“Vamos a la que no miente, la que no tiene sentimientos, la que siempre nos habla con la verdad”. Los fanáticos del Baloncesto Superior Nacional (BSN) probablemente se aprendieron esa frase de memoria a lo largo de la pasada temporada.

Ese era el comentario que hacía el narrador Javier Sabath en la transmisión de los partidos cada vez que los tres árbitros se acercaban a la mesa de anotaciones para revisar alguna falta o jugada en duda, algo que sucedía con frecuencia.

Un ejemplo de esto fue el tercer juego de la final de la Conferencia A entre los Vaqueros de Bayamón y los Cangrejeros de Santurce, que dejó un saldo de nueve revisiones y acabó casi a las 11:00 p.m.

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Tres días después, hubo dos revisiones en apenas los primeros dos minutos del cuarto partido de la final de la Conferencia B entre los Leones de Ponce y los Indios de Mayagüez.

Así fuera en el Coliseo Rubén Rodríguez o en el Auditorio Juan “Pachín” Vicens, la frustración de los más de un millón de fanáticos que visitaron las canchas del BSN esta temporada era la misma. Literalmente, pedían a gritos que los oficiales dejaran de ir a la mesa de anotaciones tan a menudo.

El licenciado Homero González, director de torneo del BSN, admitió que la liga tiene conocimiento de las quejas de los aficionados sobre la cantidad de revisiones realizadas por partido, por lo que entiende que será un tema a discutir en la primera reunión de apoderados de la temporada muerta.

“Cuando el árbitro siente que hay una jugada, que puede ser revisada bajo el reglamento, tiene la potestad de aclararla mediante el sistema de monitores del BSN. Esa potestad se ejerce cuando ellos consideran que es prudente. He escuchado quejas de los fanáticos sobre la cantidad de revisiones realizadas y entiendo que debe discutirse en la próxima reunión de apoderados para definir cuál debe ser el marco de aplicación de esa regla”, dijo González.

“Hubo juegos que se acabaron tarde y otros que no. Son circunstancias particulares que los árbitros deciden en su momento si irán o no a la revisión. Pero reconozco que ha habido una queja general del fanático y debe ser objeto de discusión por parte de los apoderados una vez comiencen las reuniones para darle forma a la próxima temporada. Hay que ver si los apoderados deciden discutirlo, pero pienso que es algo que se debe traer a la mesa”, continuó.

El árbitro José Aníbal Carríon después de revisar una jugada en el Palacio de Recreación y Deportes, de Mayagüez.
El árbitro José Aníbal Carríon después de revisar una jugada en el Palacio de Recreación y Deportes, de Mayagüez. (BSN / Edgardo Medina Millán)

De acuerdo con el Inciso 9.4 del Reglamento del BSN, el árbitro principal está autorizado a utilizar el Sistema de Repetición Instantánea (IRS, por sus siglas en inglés) a su propio juicio o a petición de un dirigente. La revisión deberá ser conducida por los tres oficiales después de haber consultado entre ellos. Tendrán un máximo de dos minutos para observar los distintos ángulos de la jugada y llegar a una decisión final.

La denominada “liga más dura” permite a sus oficiales utilizar el IRS durante todo el juego en las siguientes 12 situaciones: clarificar un intento de dos o tres puntos; determinar si el jugador deberá lanzar dos o tres tiros libres; identificar qué jugador recibió la falta; reclasificar faltas personales, faltas antideportivas o faltas descalificadoras; corregir mal funcionamiento de relojes; sancionar violaciones de 24 segundos; evaluar goaltending o interferencia pitada; verificar si el balón cayó fuera; revisar actos de lanzamiento; considerar la posibilidad de una violación de interferencia no pitada tras una falta pitada que conlleve tiros libres; y determinar la probabilidad de que un canastero haya tocado el balón en la última o única tirada libre.

Los entrenadores, por su parte, tienen la habilidad de retar una falta personal pitada en su contra. Para solicitar el “challenge”, deben tener disponible un tiempo muerto. Si ganan el reto, pueden solicitar otra revisión más tarde, pero si lo pierden, se mantiene la decisión arbitral y no podrán desafiar cualquier otra jugada por el resto del desafío.

“Muchos de nosotros vivimos un baloncesto diferente sin revisiones, pero era porque no existían esas reglas debido a que no había la tecnología que hay ahora. En otras palabras, era un estado de derecho que no era el mismo al de ahora. En el BSN, se ha ampliado los momentos en que se pueden llevar a cabo las revisiones y se han añadido instancias donde se pueden realizar las revisiones”, indicó el director de torneo.

“Esto de las revisiones es algo que también ha sido bien controversial en el fútbol. La llegada del VAR (Video Assistant Referee, en inglés) trajo una certeza en algún tipo de jugadas, pero, a la misma vez, provocó una queja de la fanaticada y hace que se tarde más. Las personas no necesariamente quedan satisfechas con las decisiones que se toman en el VAR, así que todos estos procesos traen controversia al principio. Con la medida del tiempo, se puede trabajar para que mejore”, abundó.

Defienden las revisiones

Nelson Colón, técnico de los Cangrejeros, fue uno de los entrenadores más vocales en la postemporada del BSN sobre la importancia de las revisiones en un juego. Para el estratega ponceño, todas las jugadas que tengan un 50-50 de probabilidad de cambiar la decisión original deben ser revisadas.

“¿Cuántas veces nosotros perdemos el review y yo me siento satisfecho porque se revisó? Estamos en una etapa donde todos los canastos y situaciones tienen la capacidad de aportar o restar. Por eso, tenemos que revisar las jugadas 50-50, aunque salgamos tarde y la gente se queje. Son jugadas que le van a dar claridad al partido”, comentó Colón en una conferencia de prensa de los Cangrejeros luego de un partido contra los Vaqueros.