A casi un año de sentir que estaba al borde de la muerte, José “Piculín” Ortiz encara el 2026 con fe de que continuará ganándole la batalla al cáncer colorrectal, como lo ha hecho desde su diagnóstico.

Ortiz, considerado el mejor baloncelista puertorriqueño de todos los tiempos, fue hospitalizado a principios de febrero tras presentar complicaciones después de una intervención quirúrgica relacionada con su tratamiento.

El excentro de la Selección Nacional permaneció una semana bajo cuidados intensivos en el Hospital Ashford, de San Juan, y hasta tuvo que solicitar donaciones de sangre y plaquetas como parte de su recuperación.

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Tal como cuando vestía el uniforme de Puerto Rico, Ortiz superó ese momento crítico y, desde entonces, ha sentido una mejoría constante con el pasar de los días.

“Estoy mejorando poco a poco. Es un proceso evolutivo. No ha habido nada hacia atrás desde entonces, así que gracias a Dios estamos mejor”, dijo el legendario canastero en una entrevista con Primera Hora.

“He seguido yendo a la quimio de seguimiento. El proceso ha sido positivo. En mi caso, terminaré el tratamiento en febrero y entonces seguiré con los exámenes rutinarios de imágenes y análisis de sangre. A partir de ahí, los médicos decidirán qué hacer más adelante. El cáncer lo voy a tener de por vida, salvo a un milagro que lo borre”, explicó.

Piculín compartió que su quimioterapia más reciente fue esta semana y que ha estado recibiendo el tratamiento cada 21 días. Sin embargo, su semblante no reflejaba el cansancio típico de alguien que acaba de pasar por quimioterapia, ya que estaba animado y lleno de energía.

“Estoy bien. Obviamente, con mi resiliencia diaria y realista, como yo digo, pero positivo, orando mucho y buscando calidad de vida. Creo que esto es muy importante, no solo para nosotros, los pacientes de cáncer, sino también para los demás”, manifestó.

“Los excesos, como el ron, la comida rápida y los refrescos, no son buenos; es algo sobre lo que hay que crear conciencia. El cáncer no está porque sí; surge de un proceso que uno vive día a día y, si no se detecta a tiempo, pueden pasar estas cosas. Pero la prevención más importante es hacerse la colonoscopia después de los 35 años”, abundó.

Al recordar el apoyo que recibió del pueblo cuando más lo necesitaba, Ortiz comentó entre risas que ahora se considera un “sato”. Después de todo, por sus venas corre la sangre de boricuas que no dudaron en responder al llamado de su esposa, Sylvia Ríos, cuando se encontraba recluido en el Hospital Ashford.

“El apoyo de la gente ha sido magnífico. Es algo que aprecio y valoro mucho. Las oraciones siempre ayudan. Como yo digo, ya no soy Ortiz Rijos. Ahora soy de todo Puerto Rico por la sangre que me donaron. Ahora soy sato, no tengo apellido. Tengo un poquito del ADN de todo el mundo. Es bonito”, expresó.

Un espacio para recordar al pasado

Ortiz, quien cuenta con un bachillerato en Comunicaciones de la Universidad de Oregon State, le ha sacado provecho a sus estudios durante este tiempo como método de distracción mediante su podcast, “El GOATCast”. En ese espacio, ha tenido la oportunidad de entrevistar a figuras reconocidas del deporte, como Félix “Tito” Trinidad, Raymond Dalmau y Julio Toro.

“Yo estudié Comunicaciones de Radio y Televisión y, cuando me encuentro con el tema mío de salud, supe que tenía que empezar este proyecto. Era algo que tenía en mente. No quería ser podcastero, pero sí quería que la gente conociera del pasado porque nadie habla de ellos y fuimos el principio de lo que están gozando hoy en día”, relató.