Cuando pensabamos que la pequeña Riley Curry no podía ser más tierna, la niña nos recordó a todos que, a pesar de ser una picúa, sigue siendo una niñita de dos años.

Durante la caravana de celebración por la victoria de los Warriors de Golden State, Riley disfrutó al lado de sus padres y pudo disfrutar del apoyo de sus fanáticos que abarrotaron las calles de Oakland para recibir a los nuevos campeones de la NBA.

Tras la caravana, Stephen Curry se dirigió a los presentes y al terminar cedió el microfono a su ya famosa hija. Riley intentó decir algo, pero los nervios la traicionaron y prefirió no hacer comentarios, puede ser que se los esté reservando para una conferencia de prensa en la que sea ella la única estrella.

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Este gesto de Riley igual provocó carcajadas y ternura entre los presentes por lo que sus fans quedaron complacidos.

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