Filadelfia. Daryl Banks III anotó los canastos del empate y la ventaja que llevaron a Saint Peter’s, decimoquinto preclasificado, al borde del Final Four, y los diminutos Peacocks aprovecharon la ventaja de local para vencer 67-64 a Purdue, tercer preclasificado, el viernes.

Los Peacocks (22-11) se convirtieron en el primer decimoquinto sembrado en llegar al Elite Eight, sumando a los Boilermakers a su lista de sorpresas en el Torneo de la NCAA, y ahora se enfrentarán a UCLA o a North Carolina en la final de la Región Este el domingo.

Desde el inicio, Saint Peter’s tuvo de su lado a muchos fanáticos dentro del repleto Wells Fargo Center, y el coliseo estalló cuando Banks empató el juego a 57 con un tiro brincado. Conectó un ‘layup’ con 2:17 por jugar que dejó la pizarra 59-57.

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Los Peacocks mantuvieron la compostura -ya están acostumbrados a estas victorias después de derrotar al segundo sembrado Kentucky, y a Murray State- y mantuvieron a raya a un equipo de Purdue que trató de intimidarlos en la pintura.

“¿Qué van a decir ahora?”, dijo el entrenador Shaheen Holloway sobre los escépticos de su equipo, un grupo cuyos números siguen disminuyendo.

Los Boilermakers (29-8), que eran favoritos por 12 puntos y medio según FanDuel Sportsbook, nunca lideraron por más de seis.

A casi 30 años del día en que el canastazo en tiempo extra de Christian Laettner, de Duke, sorprendió a Kentucky para ganar una final regional en el Spectrum, Purdue y Saint Peter’s lograron su propio clásico de Filadelfia.

Los fanáticos de Saint Peter’s hicieron el viaje de 93 millas hacia el sur para ayudar a llenar el coliseo y darles a los Peacocks más ventaja de la que normalmente tienen en su hogar, conocido como ‘Run Baby Run Arena’. Solo 434 fanáticos figuraron como la asistencia total para el primer partido en casa de Saint Peter’s esta temporada contra LIU.

Muchos más que esa cifra llegaron a despedirlos del campus esta semana de camino al Sweet Sixteen.

Incluso más fanáticos del baloncesto, incluso aquellos a quienes los Peacocks les rompieron el ‘bracket’, de repente estaban alentando a la pequeña universidad de cercanías en Jersey City, Nueva Jersey, justo al otro lado del río Hudson desde el Bajo Manhattan.

Jaden Ivey enterró un triple de la distancia de la NBA con ocho segundos restantes que acercó a Purdue a 65-64 y momentáneamente hizo callar a la multitud.

Pero no hubo problema. Doug Edert, cuyo bigote ralo y personalidad extraña le valieron un contrato de patrocinio de comida rápida de pollo, metió dos tiros libres para sellar la victoria.

Los Peacocks saltaron a la mesa de la prensa y saludaron a los fanáticos en las primeras filas. Se empujaron y se abrazaron, y comenzaron a saludar a fanáticos y amigos antes de reunirse bajo el canasto para celebrar, una vez más, la mayor victoria en la historia de su programa deportivo.

Mientras tanto, un boleto al Final Four sigue siendo difícil de alcanzar para el entrenador de los Boilermakers, Matt Painter, y su perenne equipo contendor en el Big Ten.

Banks lideró a los Peacocks con 14 puntos, Clarence Rupert anotó 11 y Edert tuvo 10. Trevion Williams tuvo 16 puntos y ocho rebotes para Purdue. Matthew Lee finalizó con siete puntos y tres asistencias.