En enero de 2018, a meses del paso del huracán María cuando muchos aún no tenían electricidad, agua o simplemente techo en su hogar, Martín ‘Machete’ Maldonado decidió darse a la tarea de celebrar un partido de sóftbol que organizó con su compueblano y amigo, Edwin ‘Sugar’ Díaz, oriundo del barrio Daguao, para poner su granito de arena ayudando a su gente, a su barrio, a los que lo quieren desde chiquito.

Y es que Martincito, como lo conocen muchos desde su niñez, es ‘enchumbao’ de pies a cabeza y de todo corazón. Así que al ver a su barrio hecho pedazos y a sus compueblanos sufriendo, juntó fuerzas con Díaz para hacer el evento en el parque de Jardines de Esperanza, parte del casco urbano, cuyos postes de luces resistieron los vientos del fenómeno categoría cuatro pero quedaron casi en ángulos de 45 grados, y la cancha de baloncesto bajo techo adyacente era una enorme pila de pedazos de metal y aluminio retorcido.

Relacionadas

Había que ayudar a la gente a tener un rato de esparcimiento y con lo que estos donaran, ayudar un hogar de ancianos cercano. Y bajo el sol y con mil dificultades, así se hizo. Aparecieron para ayudar figuras como Robinson Canó, Javier Báez y Yadier Molina, entre otras.

“Yo me siento sumamente comprometido con mi pueblo. Naguabo es el pueblo que nos vio crecer, donde están las amistades de uno, la familia, las personas que uno quiere desde niño. Vecinos, primos, gente que estudió con uno”, relató el receptor ganador de un Guante de Oro vía telefónica.

Machete Maldonado es el receptor titular de los Astros de Houston, donde también juega el santaisabelino Carlos Correa, quien lo abraza en la foto.
Machete Maldonado es el receptor titular de los Astros de Houston, donde también juega el santaisabelino Carlos Correa, quien lo abraza en la foto. (Joshua Bessex)

“No vivo en Naguabo pero mis padres sí. Y hay muchas cosas que el pueblo de Naguabo me brindó. Por lo que siempre, de una manera u otra, buscamos la manera de ayudar, ya sea auspiciando equipos de pelota de jóvenes, que sé que Sugar tiene también, o dando clínicas a niños y ayudando a hogares de ancianos. Uno siente el compromiso con el pueblo que vio nacer a uno”, agregó el receptor de los Astros de Houston.

Por sus compromisos en las Mayores, Maldonado viaja a la Isla cuando finaliza el béisbol, y dice que visita su pueblo al menos dos veces en semana cuando está acá. Por su puesto que primero es ir a ver a su mamá, Janet Valdez, y a su padre Martín Maldonado.

Pero siempre saca tiempo para visitar amistades de la infancia, para enseñarle sus hijos a personas que aprecia y que fueron sus vecinos desde la niñez, o para simplemente mostrarle a sus niños las casas y las calles por las que jugó cuando era simplemente Martincito.

Ese apodo, dijo, es el que la mayoría de la gente utiliza al verlo caminar por el pueblo, aunque los amigos lo llaman Machete.

“Me conocen más como Martincito. Todo el mundo me vio desde chiquito allí y así me conocen. Otros me dicen Machete, y otros me felicitan por el éxito en las Grandes Ligas, pero no me ven como el pelotero, me ven como alguien que han conocido toda su vida”, relató.

Una de sus partes favoritas de regresar a su pueblo es ir a la zona de la playa y del malecón a saborear la sazón de sus compueblanos y el fruto del mar naguabeño.

“Me encanta Villa, donde me crié, pero para comer me encanta ir a los Makitos, a los Makos, a Ikakos, a las papas de Benjy (Super Benjy’s Potatoes Taco & Grill) y hasta a la pizzería a la que iba cuando salía de la escuela”, relató.

Maldonado se graduó de la escuela superior Dr. Juan J. Núñez y fue drafteado por los Anaheim Angels en el Draft del 2004. No fue hasta el 3 de septiembre de 2011 que debutó en las Mayores con los Brewers de Milwaukee. En sus 11 temporadas en las Grandes Ligas además ha jugado para los Angels, Royals de Kansas City, Cubs de Chicago y los Astros de Houston.

Machete Maldonado (12) y Sugar Díaz realizaron un juego de sóftbol benéfico para ayudar a la gente de su pueblo, una de las muchas cosas que hacen por su pueblo natal.
Machete Maldonado (12) y Sugar Díaz realizaron un juego de sóftbol benéfico para ayudar a la gente de su pueblo, una de las muchas cosas que hacen por su pueblo natal. (teresa canino rivera)

“Llevo 15 años como pelotero profesional y aún así viví más tiempo en Naguabo que el tiempo que he sido profesional. Lo que siento es orgullo cuando me lo mencionan porque Naguabo es el pueblo por el que yo soy quien soy. Hay muchas experiencias vividas. Toda mi niñez y toda mi infancia la viví allí”, afirmó.

Así que en la medida de lo posible, seguirá tratando de ayudar a sus compueblanos con torneos de sóftbol una vez los parques del municipio vuelvan a estar en buen estado. Aún están afectados desde María.

El que los parques no estén aptos para efectuar un evento benéfico como el que quieren hacer no detiene a Maldonado en su misión de ayudar a los demás. Lo sigue haciendo, pero a nivel personal y privado, sin publicidad.

“Mi mamá me enseñó que cuando uno ayuda alguien, lo tiene que hacer de corazón, no buscando reconocimiento. Y así lo he hecho”, dijo Maldonado. “Y de verdad extraño vivir allí. Pero en casa de mi mamá todavía tengo mi cuarto. Ahí es donde me quedo cuando me voy a Naguabo”.

Quizás algún día considere regresar al pueblo que le vio nacer y crecer, pero eso no es todavía. Al momento piensa en el bienestar de sus hijos, pero Naguabo nunca ha salido de su corazón.

“Naguabo es mi niñez, mi adolescencia, es donde aprendí a jugar béisbol”, dijo al pedirle que dijera lo significaba el pueblo para él. “Todo lo que soy hoy día lo aprendí en Naguabo, salió de Naguabo”.