Canóvanas. Desde la entrada al visitante, el hipódromo Camarero parece otro.

Hay pintura nueva por todas partes. Carteles promocionales. Exhibiciones de fabricantes de autos. Pantallas de video nuevas. Barras recién estrenadas. Mesas de artesanías. Tarimas con música en vivo. Había comensales sentados en un restaurante mexicano ubicado en el segundo nivel.

Según datos de los organizadores de la Serie Hípica del Caribe, entre 5,000 y 6,000 personas llegaron hasta el reinaugurado hipódromo el sábado, y la composición de la multitud que acudió a ver los eventos era mixta casi en partes iguales entre adultos jóvenes, personas de edad media y hasta adultos mayores. Eran muchas las damas presentes.

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Y si bien se respiraba un ambiente ameno, relajado y de esperanza con las extensas reparaciones realizadas al hipódromo que fue destruido por el huracán María en 2017, hubo detalles que no pasaron desapercibidos por algunos de los asistentes.

“La parte de las facilidades está muy bien. Hay más seguridad y todo está más accesible”, manifestó con su programa oficial en la mano Carlos Vallés, de 67 años y quien viajó desde Naranjito para presenciar la tanda sabatina.

“La última vez que vine estaban puestos los andamios y dejé de venir por eso. Lo que sí me parece que no fue bien organizado fue la oferta de comida. Lo que hay es un puesto de hamburgers y hot dogs que tiene una fila enorme”, agregó.

Entre 5,000 y 6,000 personas asistieron el sábado a presenciar la tanda de la Serie Hípica del Caribe. El evento concluye el domingo con el Clásico del Caribe como el plato principal.
Entre 5,000 y 6,000 personas asistieron el sábado a presenciar la tanda de la Serie Hípica del Caribe. El evento concluye el domingo con el Clásico del Caribe como el plato principal. (David Villafane/Staff)

Precisamente, bajando las escaleras del segundo nivel de las gradas se podía observar la evidencia de la queja de Vallés, que no fue solamente la de él: un solitario puesto de venta de alimentos con una fila de sobre 15 personas.

Unos 50 pies más adelante en la zona en que fueron instaladas las nuevas butacas en los pasados días, el aficionado y analista hípico José Colón, de Barranquitas, se disfrutaba lo que sucedía en la pista acompañado por sus hijos, amigos y otros familiares.

“El ambiente está muy bueno. Faltan algunas cositas por mejorar, pero todo se ve muy bien”, expresó Colón, de 47 años y quien dijo que analiza el hipismo a través de la emisora virtual La Radio Eléctrica en Facebook.

Al preguntarle qué cosas entendía que habría que mejorar, Colón se explicó.

“Hay que mejorar los precios de la comida y de la bebida. Hay que darle más énfasis al público como hacían antes. Así atraen a la fanaticada”, explicó. “Al boricua le gusta que le incentiven para que la gente venga. Y también creo que ya que dejaron esto así, deberían contar con el personal suficiente para mantenerlo”.

El techo de la gradería principal lucía recién remozado y la iluminación era impecable, mientras en la parte frontal, en el primer nivel cerca de la pista, un par de terrazas de madera con sillas y sombrillas, llamaban la atención como nuevas atracciones.

Mientras los entrevistados hablaban, personal de seguridad custodiaba la parte final del segundo nivel de las gradas, el cual se mantuvo acordonado y donde se podían divisar cientos de cajas de las nuevas butacas aún por instalar, esta área cubría tal vez una quinta parte del graderío.

Público de todas las edades acudió el sábado al hipódromo Camarero, que reinauguró y cuyos trabajos de remodelación continúan.
Público de todas las edades acudió el sábado al hipódromo Camarero, que reinauguró y cuyos trabajos de remodelación continúan. (David Villafane/Staff)

“Está todo mejor, pero yo creo que les traicionó el tiempo en la parte de la preparación para la Serie Hípica del Caribe y ya habían hecho el compromiso”, comentó por su parte Carlos Vizcarrondo, de 68 años y de Carolina.

“Yo creo que hoy ha estado todo a medio pocillo. Faltan muchos detalles que parecerían bobos, pero son importantes. Lo de la comida es crucial. Las barras arriba y las del clubhouse la gente pudiente se las ha disfrutado. Pero no todo el mundo puede hacerlo”, opinó.

“De hecho, yo creo que mañana (domingo), que es el Clásico del Caribe y se espera mucha gente, van a faltar los asientos. Y creo que las alternativas de comida son muy pocas y con filas interminables. Ellos tienen que pensar que la gente tiene que comer”, agregó.

“Yo la he pasado bien y me parece que este hipódromo va a ser una cosa grandiosa cuando esté terminado, pero faltan muchas cosas”, finalizó Vizcarrondo.