Cayó en punto 25 del tercer juego de la serie final del Voleibol Superior Femenino en el Coliseo Roberto Clemente y el árbitro principal Arnaldo ‘Abuelo’ Piñero se cruzó de brazos por última vez en señal de que se acabó el juego, así como su carrera de oficial, que inició en el 1987 y que lo llevó alrededor el mundo.

Piñero, uno de los principales oficiales de voleibol de Puerto Rico, concluyó así el sábado su carrera.

“Me quedé en la tarima (silla del árbitro principal) un segundo mirando desde esa perspectiva, realizando que era la última vez que iba a estar en ese escenario. Fue emocionante, pero tuve que hacer pecho para no estar llorando”, reveló Piñero.

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Piñero pitó de manera ininterrumpida desde el 1990 al 2024, tanto a nivel local como internacional. Su primer juego local fue en el 1990 en Guayanilla, entonces como auxiliar y con el también retirado Pedro ‘Pedruco’ García como principal, y su debut internacional fue el preolímpico de Norceca en el 2003 en República Dominicana.

Sus primeras funciones fueron como juez de línea desde el 1987 al 1990.

El drama en la tarima continuó cuando Piñeiro se bajó a la cancha. Al pisar cancha se encontró esperando por él a los dos dirigentes del partido, Jamille Torres, de las Cangrejeras de Santurce y Ramón Lawrence, de las Atenienses de Manatí, así como a jugadoras activas en la final y otros atletas que llegaron hasta el Coliseo para despedirse de Piñero.

Entre esos jugadores que fue al encuentro con Piñero, cercano a la tarima, estuvo el exjugador recién exaltado al Salón de la Fama del Voliebol Puertorriqueño, Víctor ‘Vitito’ Rivera, quien sorprendió al árbitro por su espalda y se confundió con éste en un abrazo fraternal de respeto a pesar de tantas cantadas y seguramente, tarjetas en contra.

Pinero dijo que la visita de Rivera simboliza lo que sintió con cada dirigente, jugador o jugadora que le felicitó.

“Fue bien gratificante porque luego de tantos años en el trabajo, se crean malentendidos. Al árbitro siempre se le ve como el malo. Pero en mi caso, de joven me dijeron que tratara de dejar las cosas en la cancha y lo logré, y los frutos fueron esos. Había un sinnúmero de jugadores que fueron a despedirse mí. Me tocó, a la verdad. Tienes un caso de un jugador como Vitito, extremadamente competitivo y peleón, pero quien me invitó para la primera vez que se caso”, dijo.

El voleibol llevó a Piñero alrededor de la Isla y a pitar en mundiales, como en Turquía y Japón. Tambien lo llevó a Argentina para la desaparecida Liga Mundial, así como a Estados Unidos, Francia, entre otros para pitar en la también desaparecida competencia conocida como Grand Prix.

También lo llevó a pitar en, quizás, el principal escenario de voleibol del mundo: el estadio de playa de Río de Janeiro en Brasil para pitar la medalla de bronce de los Juegos Panamericanos del 2007 entre las potencias de Brasil y Estados Unidos.

Piñero mira para atrás y solamente puede estar agradecido con el voleibol.

“Estoy muy agradecido. El voleibol me ha forjado como persona. Es lo más grande. Y me ha llevado por caminos en los que no hubiese estado nunca si no hubiese sido por el juego”, reconoció.

Piñero es de padres cubanos y reside en Puerto Rico desde el 1970. Dijo que no tiene sentimiento por otro país que no sea el 100x35. Nació en Cuba en el 1966 y fue trasladado con sus padres a España desde el 1967 al 1970, cuando llegó a Puerto Rico. Su primer contacto con el oficio de arbitraje fue en el 1986 con el entonces jugador, Víctor Aponte. Trabajó localmente para las presidencia del fenecido Luis ‘Lulo’ Mendoza, del pasado presidente Carlos Beltrán y del vigente líder César Trabanco.

Piñero permanecerá cercano al arbtraje. Adelantó que será nombrado a la Comisión de Arbitraje de Norceca y que se mantendrá como director de arbitraje de la Federación Puertorriqueña de Voleibol.

“Vamos a darle seguimiento a lo que he estado haciendo por los últimos cinco años. Mi relación con todos los árbitros es excelente, Antes, los directores de torneo dirigían a los árbitros. Eran abogados; no eran árbitros, y había mucha molestia porque el director tiene una responsabilidad y el árbitro tiene otra”, dijo.