En la sociedad actual, vivir sin estrés es imposible. Esto no debe desalentarnos porque, según Robert Sapolsky, científico e investigador de la Universidad de Stanford, un poco de estrés es bueno, nos pone alerta y nos permite salir de situaciones conflictivas. El problema está cuando vivimos continuamente en estrés, eso es devastador.

 El doctor Jaime Claudio Villamil, médico de familia y profesor AD-Honorem de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, explicó que el estrés es la respuesta de ajuste del cuerpo a unas demandas reales o percibidas de cambio. “El estrés es esencial para el crecimiento y bienestar, pero también te puede consumir y liquidar”, recalcó.

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Dijo el médico de familia que existen situaciones de estrés “positivo” (eustrés) que estimulan las actividades cotidianas como dominar un deporte o lograr un proyecto que nos lleve a una promoción en el trabajo. Cuando no podemos ni vencer, controlar o evadir el estrés, se empieza a producir una respuesta de estrés “negativo” (distrés).

“Durante situaciones estrésicas, la tensión crece y el cerebro se enfoca en el reto que percibe. Cuando el estrés se convierte en crónico y uno continúa pensando en el mismo problema, una y otra vez, deja de ser un estímulo psicológico y viene a ser perjudicial para nuestra salud en general, puede generar muchas enfermedades y puede causar hasta la muerte”, advirtió el doctor Claudio.

El ruido, la presión de la responsabilidad, la agitación, la falta de reconocimiento, el miedo a perder el trabajo, exigencias laborales, rupturas amorosas y problemas familiares, entre otros, pueden desencadenar el estrés. Lo importante es aprender a enfrentarse al mismo.

“El estrés es cuando uno siente que está entre la espada y la pared. Te desalientas, no haces ejercicios, no te saboreas lo que te da el momento, estás en un estado de alarma constante. A veces, estamos bregando con situaciones que no tenemos control y la respuesta de alarma prende y se apaga, y nos quedamos pegados en el problema”, recalcó el galeno.

“Hay que aprender a hacer un diálogo más razonable ante estas demandas de ajuste de cambio. Hay que bajar la respuesta al estrés. Hay que dejar de echarle leña al fuego. Dejar de ser catastrófico. Hay que empezar a contar las bendiciones en vez de las maldiciones”, añadió.

En diversas investigaciones, Sapolsky y otros científicos han demostrado que los episodios de estrés prolongado pueden provocar o desencadenar distintos padecimientos, tanto físicos como mentales, que afectan nuestra salud. Entre estos, señalaron que el estrés deprime el sistema inmunológico, aumenta la presión arterial, puede causar envejecimiento prematuro, afecta a la memoria porque destruye neuronas del hipocampo, altera el ciclo menstrual, causa disfunción eréctil e incrementa el riesgo de enfermedad cardiaca, entre otras.

El doctor Jaime Claudio sostuvo que para combatir el estrés excesivo y mantener una buena salud, es importante acudir siempre a su médico primario y al médico del cuidado de su salud mental.

 “Toda condición puede ser iniciada o provocada por el estrés. Con la ayuda de su médico, muchas de estas condiciones se pueden manejar con un plan sencillo de trabajo. Además de ir al médico, hay que descansar lo suficiente, alimentarse bien, hacer ejercicios y sacar tiempo para distraerse y hacer actividades que a uno le gustan, tanto solo como en buena compañía”, subrayó.

Efectos perjudiciales del estrés para la salud

Presión arterial. “El estrés es un fenómeno vinculado a la hipertensión y amerita ser considerado en el tratamiento abarcador de la condición. En el caso de padecer hipertensión, el reposo y la relajación suficiente es especialmente importante. Las personas hipertensas deben procurar dormir lo suficiente, gozar de vacaciones, de descanso y de tiempos de ocio relajantes y evitar el exceso de inquietud y conflictos de la vida cotidiana”, manifestó el doctor Claudio Villamil.

Problemas cardíacos. Al sentir estrés la presión sanguínea se eleva, siendo la causa número uno de las enfermedades coronarias y desencadenando, en el peor de los casos, en un ataque cardiaco.

Enfermedades virales. El estrés baja las defensas, afecta directamente al sistema inmunológico; esto facilita la aparición de enfermedades virales.

Problemas de la piel. Un alto nivel de estrés, puede tener efecto en nuestra piel. Puede provocar picazón, irritación, escozor, urticaria, acné, sudoración excesiva, uñas quebradizas y hasta que se empiece a caer el pelo.

Dolores de cabeza. Al elevar la presión arterial, el estrés afecta nuestro cerebro, ocasionando dolores de cabeza y hasta migraña.

Trastornos mentales. Puede causar depresión, ansiedad, ataques de pánico, cambios de ánimo recurrentes, irritabilidad y hasta la agresividad.

Trastornos menstruales. En las mujeres, el estrés en exceso puede llegar a alterar el ciclo menstrual e incluso provocar problemas hormonales. Esto se debe a que las hormonas sexuales y las que se producen por el estrés se regulan por la misma glándula, el hipotálamo.

Trastornos sexuales. En el hombre, lo más común es la eyaculación precoz y la impotencia. En las mujeres puede haber una disminución del deseo sexual.

Problemas digestivos. Gastritis, náuseas, cólicos, diarreas, dolor estomacal, entre otros, pueden aparecer en caso de tener demasiado estrés.

Trastornos del sueño. El estar pensando en un problema constantemente causa ansiedad e insomnio.

 Dolores musculares. La tensión hace que se generen contracciones involuntarias en los músculos, lo que aumenta el riesgo de padecer dolores musculares como el dolor de espalda, cuello y hombros.