Roberto Marrero (nombre ficticio) tiene 27 años, mide 6 pies y pesa 131 libras. Recientemente sintió que tenía un ataque de asma, y casi no podía respirar. 

“Nunca había padecido asma, pero esperé a ver si mejoraba, pero eso no sucedió. Al tercer día decidí ir a emergencia al hospital”, señaló. 

Al llegar al centro hospitalario le mandaron a hacer una placa de pecho y mientras estaban los resultados, le comenzaron a dar medicamentos para el asma. “El médico viene y manda a suspender el tratamiento. Dice que lo que tenía era un colapso pulmonar”, recordó Marrero. 

Por su parte, el doctor Álvaro Aranda Rodríguez, pulmonólogo en el Hospital Auxilio Mutuo, en Hato Rey explicó que el término médico para esta afección es pneumotórax. 

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Es una condición que ocurre cuando aire entra en el espacio entre la pared del pecho y el pulmón (espacio pleural). A medida que el aire aumenta, la presión dentro del espacio pleural aumenta y causa el pneumotórax. La presión también impide que el pulmón se expanda cuando uno intenta inhalar, causando dolor en el pecho y falta de aliento.

“No se supone que haya aire entre el pecho y el pulmón. Cuando se escapa el aire desde el pulmón a la capa torácica o de afuera hacia el pulmón, eso es un pneumotórax”, recalcó doctor Aranda.

Tipos de peumotórax

Indicó el especialista que hay dos tipos de pneumotórax, el espontáneo primario y el secundario.

“A los niños y a los muchachos jóvenes les da el pneumotórax espontáneo. Este tipo de colapso pulmonar puede ocurrir sin razón aparente y es muy poco común. En Estados Unidos es de 7 por cada 100,000 hombres y 1 de cada 100,000 mujeres”, aseguró.

 “Puede darse, probablemente, porque la persona tiene un leve defecto de nacimiento; les quedó una burbuja de aire al nacer donde se separan las dos membranas”, anotó.

Dijo Aranda que, usualmente, son hombres flacos y nacieron con esa burbujita de aire. En este caso, el pneumotórax puede ocurrir en cualquier momento, ya sea cuando la persona esté en reposo o ejerciendo un esfuerzo mayor. 

En esos pacientes, la probabilidad que le vuelva a ocurrir otro colapso pulmonar es de un 25%. “Lo que sí se sabe es que si fuman el riesgo aumenta. También podría ser un factor de herencia”, sugirió el médico.

De ese grupo, están a riesgo los que padecen el síndrome de Marfan. Generalmente son personas altas con brazos y piernas delgados y largos, y dedos en forma de araña (llamado aracnodactilia). Cuando estiran los brazos, la longitud de éstos es mayor que su estatura. Se dice que Abraham Lincoln tenía este mal.

Según el doctor Aranda Rodríguez, hay ciertos factores que predisponen y pueden aumentar el riesgo de tener neumotórax espontáneo primario. Estos son niños o jóvenes que padecen asma, fibrosis quística y aquellos que han tenido pulmonía necrotizante. Hay unos casos bien raros de neumotórax de catamenial, que ocurre asociado a la menstruación.

“El pneumotórax espontáneo se ve con más frecuencia en hombres que en mujeres, y aunque se ve en hombres altos y delgados, esto no quiere decir que sea un factor de riesgo”, sostuvo. 

El pneumotórax secundario se da en adultos. Los factores de riesgo son fumar, tener enfermedad pulmonar crónica, paciente de cualquier tipo de cáncer de pulmón, pulmonía o tuberculosis. “Hay otros grupos de persona que están en riesgo. Aquellas que inhalan cocaína, los que fuman marihuana, los buzos, pacientes con asma o los que han sufrido algún trauma”, aseguró el doctor Álvaro Aranda. 

Planteó el médico que un trauma puede ser causado por una herida punzante en el pecho, como una herida de bala o de cuchillo; trauma por fuerza, como un golpe al pecho; y un accidente que resulta en la fractura de las costillas también puede causar pneumotórax.

Cómo se trata 

“Si el colapso es total hay que poner un tubo de pecho, un tubo que saque el aire de adentro del pecho. Pero si no es completo, si es pequeño, se observa para ver si se reabsorbe solo. En aquellos casos que el pulmón no expanda de forma espontánea, habría que operarlo, abrir el pecho para pegar el pulmón a la caja torácica”, especificó el doctor del Auxilio Mutuo. 

Sobre este particular, Roberto contó el tratamiento que siguieron en su caso. “Después que el doctor me dijo que lo que tenía era un colapso pulmonar, me puso un tubo de pecho, por el costal del lado derecho. Me dijo que era para que el pulmón volviera a llenarse de aire. Me dijo que una burbuja de aire se había reventado dentro del pulmón derecho y éste colapsó y el aire escapó del pulmón al área torácica”, sostuvo el joven de 27 años. 

Al día siguiente, el aire que tenía en la cavidad torácica, empezó a ejercer presión en el pulmón izquierdo, por lo que el médico decidió ponerle un tubo de pecho en el lado izquierdo, para evitar que el pulmón izquierdo colapsara también. 

De ahí, lo refirieron al Cardiovascular para que lo viera un cirujano torácico especializado en pulmones. Le envió a hacerle placas y un CitiScan. 

“Por los tubos de pecho me pusieron unas máquinas para succionar el aire que estaba escapándose. Después de dos días me quitaron el tubo del lado izquierdo pues estaba mejor. El doctor esperó dos días más a ver si el pulmón derecho sellaba solo. Pero no selló, y me hizo una laparoscopía pulmonar. Eso es que perfora el pulmón, remueve las burbujas de aire y hace un raspado del pulmón para ayudar a que éste se expanda. Eso funcionó”, subrayó Roberto.

El joven estuvo 13 días hospitalizado y ya está bien. “Ahora, no puedo hacer fuerza por dos meses y debo hacer ejercicios de respiración. Yo fui fumador, quien sabe, eso pudo haber causado todo esto”, destacó.

Síntomas de esta afección

Los síntomas comunes de un colapso pulmonar incluyen: falta de aire, tos y dolor de pecho. 

Pruebas y exámenes

“El médico auscultará la respiración con un estetoscopio. Si hay disminución o ausencia de ruidos respiratorios en el lado afectado del pulmón, éste le manda a hacer una radiografía para confirmar el diagnóstico”, puntualizó el doctor Aranda.