Una jueza del Tribunal de Ponce determinó causa para juicio en dos de los cinco cargos que enfrentaba Eduardo Meléndez Velázquez, el enfermero imputado por el asesinato del biólogo marino Robert Viqueira Ríos, de 49 años, durante un altercado entre vecinos ocurrido la noche del el 15 de julio en la calle Star, de la urbanización Estancias de Yidomar, en Yauco.

La jueza Lisandra Avilés determinó causa para juicio contra el imputado por el artículo 6.14 B de la Ley de Armas (disparar o apuntar con un arma de fuego). Mientras que el cargo por el artículo 93 A del código penal, asesinato en primer grado que enfrentaba Meléndez Vázquez, fue reclasificado por el artículo 95, asesinato atenuado, informó la Oficina de Prensa de la Administración de los Tribunales.

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El enfermero de 45 años, quien actualmente se encuentra sumariado en la Cárcel Las Cucharas de Ponce, también enfrentaba cargos por tentativa de asesinato contra la esposa de Viqueira Ríos, Moshayra Vicente Cruz, quien fue la testigo principal durante los días que duró la vista preliminar, escalamiento y otro cargo por violaciones a la Ley de Armas, pero que no prosperaron en esta etapa de los procesos.

Tras esta determinación, Meléndez Velázquez deberá regresar al tribunal el 26 de septiembre, para la lectura formal de las acusaciones en su contra, mientras que el inicio del juicio fue señalado para el 20 de octubre.

La vista preliminar que fue transmitida por televisión y plataformas digitales, conmocionó al País por el impactante testimonio de la viuda, quien relató el traumático episodio que vivió esa noche, cuando su esposo fue ultimado a balazos.

El imputado, de 45 años, está encarcelado en el Complejo Correccional Las Cucharas, en Ponce, desde el 17 de julio, al no prestar la fianza de $1 millón 750 mil, que le señaló la jueza Adria Cruz Cruz.

El científico y el entonces enfermero tenían disputas vecinales. Esta vez, según reveló la pesquisa, el altercado fue por la colocación de una bocina en el techo de la casa de Meléndez Velázquez que emitía el canto de coquíes.

Al momento del crimen este entregó dos armas de fuego tras hacer una admisión de los hechos y en una bóveda se recuperaron otras nueve.