Una madre solloza y –entre lágrimas y una voz quebrada– su voz solo exige justicia para su hija asesinada.

De las autoridades gubernamentales solo ha recibido silencio, promesas inconclusas y desasosiego.

A pesar de que Michelle “Michellyn” Ramos Vargas fue asesinada el pasado miércoles en la carretera PR-114, del barrio Sabana Grande, en San Germán, aún no ha recibido una actualización de la Policía sobre la investigación del caso; tampoco su autopsia.

“Hasta el momento, nada, ni la Policía, ni la autopsia. Supuestamente, mañana [sábado] tengo que ir a llenar unos papeles a la funeraria”, sostuvo Elia Vargas Santiago, madre de la víctima.

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A más de 48 horas de su asesinato, el director de la División de Homicidios de Mayagüez, el teniente Aníbal Pérez, le dijo a Primera Hora que continúan sin un sospechoso y una teoría del motivo. También, aguardaban por el informe de la autopsia para ver si le arrojaba pistas que le ayudaran a esclarecer el crimen.

“Un policía vino aquí y dijo: ‘Cualquier cosa yo me comunico contigo’, pero no ha llamado”, lamentó la madre.

La tarde del viernes fue la primera vez que Vargas Santiago pudo ver las noticias sobre el caso.

“Yo no sabía ni donde era que lo habían dejado tirado [el cuerpo]. No quería ver nada. Ha sido terrible”, describió la progenitora.

En la televisión –contó– vio que agentes se encontraban “buscando dentro del apartamento” donde vivía Michellyn, en el residencial El Carmen de Mayagüez. Uno de los elementos más buscados es su celular, “para saber quién le llamó”.

Anteriormente, ya la familia había ido a la residencia a buscar documentos necesarios para el proceso de defunción y “todo estaba bien”.

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Michellyn fue descrita por su vecino y amigo de infancia, René Recio, como un “ser humano extraordinario”, que “llegaba y llenaba de alegría, de luz” el lugar. Una mujer que buscó “superarse” estudiando enfermería.

Para su madre, Michellyn era la personificación del “amor”. Un ser que “no le hacía daño a nadie”.

Al otro lado del teléfono, su voz comenzó a entrecortarse, como a quien se le hace un nudo en la garganta antes de romper en llanto. Se repuso y pausadamente hizo un reclamo a las autoridades del País.

“Que hagan justicia porque nosotros hemos sufrido mucho. Era un amor conmigo, esto no se puede quedar así, que investigan. Es una familia que está sufriendo”, alcanzó a decir antes de suspirar y volver a tomar otra pausa.

Con este asesinato suman seis los cometidos en contra de personas trans en lo que va de año en Puerto Rico.

Los otros cinco casos fueron: Alexa, quien fue ultimada en febrero pasado en Toa Baja; Yampi, un hombre trans asesinado en marzo pasado en Moca; el doble asesinato de Serena Angelique Velázquez y Layla Peláez, reportado en abril en Humacao; y Penélope Díaz Ramírez, quien murió en abril pasado mientras se encontraba ingresada en una cárcel para hombres.

De estos crímenes, solo en el doble asesinato de Serena y Layla se detuvieron a dos personas, que son procesadas en el foro federal por crímenes de odio.

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En el caso de Michellyn, según el teniente Pérez, el principal problema que han confrontado en la pesquisa ha sido la falta de cooperación ciudadana.

Lo único que sabe la madre es que a las 10:00 de la noche ella estaba en su casa. “Después de esa hora no se sabía más nada. Después de esa hora todo el mundo por allí se encierra”, contó.

El teniente aseguró que continúan realizando “entrevistas de rigor”, pero que no han logrado obtener información que les ayude a establecer “un móvil claro”.

Este sábado, a las 5:00 de la tarde, realizarán una vigilia en la plaza pública de Lajas para exigir justicia. Fue allí donde Michellyn nació y se crio.

Recio le explicó a este diario que la actividad busca “hacer que esta voz no se calle y esta muerte no quede en vano”.