Un grupo de 12 estudiantes de bachillerato de la Universidad Estatal de Arizona está viviendo esta semana la oportunidad de estudiar de primera mano factores sociales determinantes de la salud, a través de visitas a varias entidades e iniciativas a través de Puerto Rico, como la Fondita de Jesús, en Santurce, donde este martes estuvieron sirviendo alimentos y compartiendo con personas que reciben allí ese y otros servicios.

El grupo forma parte del curso “Al garete no more! Bienestar y determinantes sociales de salud”, que ofrece la profesora puertorriqueña Karen Gregory Mercado, y que estudia todos esos “factores que afectan a las personas, donde viven, donde juegan, la salud, y hasta donde mueren, o sea, los factores sociales, como la edad, la educación, la parte económica, la transportación, acceso a servicios, cualquier aspecto social que pueda determinar la salud personal que tenemos”.

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“Muchas veces pensamos que un estilo de vida saludable es: ‘te digo lo que vas a comer, te digo que tienes que hacer ejercicio’, pero entonces también tenemos que entender el contexto de las personas para poderle dar las recomendaciones que nuestros estudiantes deben recomendar, o que sean aplicadas dentro del contexto de lo que una persona puede hacer”, explicó Gregory Mercado, quien es natural de San Germán, pero vive desde hace 24 años en Arizona.

“La visita a Puerto Rico es la aplicación del contexto que aprendieron en el curso”, explicó la profesora Karen Gregory Mercado, quien imparte clases en Arizona.
“La visita a Puerto Rico es la aplicación del contexto que aprendieron en el curso”, explicó la profesora Karen Gregory Mercado, quien imparte clases en Arizona. (Ramon "Tonito" Zayas)

Subrayó que es esencial que los estudiantes conozcan la situación de la persona, su trabajo, dónde vive, qué ocurre en ese vecindario, si hay disponible oferta de alimentos saludables, entre otros factores que influyen en la salud de la persona.

“La visita a Puerto Rico es la aplicación del contexto que aprendieron en el curso. Y aquí hoy estamos trabajando con la Fondita (de Jesús) para que ellos vean la parte de la pobreza, la parte de no tener un hogar y cómo eso afecta la salud, y más que todo los servicios sociales que tienen que estar establecidos para poder proveer por lo menos un ambiente por lo menos un poco más saludable a las personas que están afectadas por el hecho de que no tienen un hogar”, agregó Gregory Mercado, explicando que los estudiantes estaban “dando sus servicios voluntarios para que la organización continúe funcionado como quiere funcionar”.

Su colega, Jenny Quezada, también profesora de la Universidad Estatal de Arizona y master de taekwondo, ofreció una charla de defensa personal a los participantes de la Fondita, y sostuvo que “me encantó que un señor dijo, ‘mi universidad es la calle, pero lo que usted está haciendo, la verdad que sí salva vidas’. Entonces, como instructora, escuchar eso, es lo que me da el propósito de seguir compartiendo lo que sé, porque sea ellos que vienen de la universidad de la calle, o unos que venimos de la Universidad de Arizona, para todo humano es importante entender cómo defendernos. Somos humanos”.

“Para mí lo importante es tener una diferencia en la vida de los demás. Si tengo el conocimiento claro que lo voy a compartir. Entonces estoy aquí para compartir lo que Dios me ha dado y pues muy bonito compartir esta experiencia con los alumnos y también con los participantes de Fondita de Jesús”.

En cuanto a los estudiantes, la experiencia ha sido enriquecedora incluso más allá del objetivo primordial de contribuir a su formación académica, pues también les ha permitido conocer a Puerto Rico, su gente y su cultura, según dejaron saber a este diario.

“Me encanta estar aprendiendo sobre Puerto Rico. Me parece que hay muchas cosas similares, cosas parecidas, entre Puerto Rico y Estados Unidos, porque soy afroamericana y puedo ver las cosas similares en mi comunidad con los pobres”, comentó Kara Smith, estudiante oriunda de Los Ángeles, California, pero residente en Phoenix, Arizona.

La joven expresó que le gusta ayudar a las personas “que no tienen mucho acceso a comida y cosas que afectan la salud”. Agregó que “me gusta aprender sobre diferentes culturas, y me gusta practicar el español, así que quiero pasar tiempo con las comunidades aquí, y en los países donde las personas necesitan ayuda”.

“Es interesante y es importante para mí, porque sé las cosas que son difíciles, así que tengo mucha empatía. Como aquí, la organización está entregando comida y donde vivo también hay personas que no tienen comida, es lo que llamamos “food deserts” (áreas carentes o con limitado acceso a comida nutritiva a precio asequible)”, sostuvo la estudiante, quien alabó la organización en la Fondita de Jesús, así como la amabilidad de las personas en el lugar.

Comentó que pudo conversar “con una mujer afro… pues negrita, y estaba diciendo, ‘oh me gustan tus trenzas’. Así puedo conectar con esas personas. Esas personas son humanos como yo, y cualquier persona puede experimentar esta situación de estar sin hogar o sin comida, así que necesitamos pensar con empatía hacia las personas”.

De manera similar se expresó Emely Perpuly, joven de familia mexicana residente en Arizona, y también con la vocación de servir a las personas “desde que era chiquita”.

“A mí me interesa mucho trabajar con la comunidad latina, porque soy hispana, mis padres son de México, y crecí cruzando la frontera de Arizona a México todos los fines de semana”, comentó. “Yo también me enfermé de chiquita, y me recuerdo que no había alguien que hablara español en el hospital. Y mi trabajadora social fue una persona asombrosa, siempre nos apoyó mucho a mí y a mi mamá, pero no había una persona que se pudiera comunicar directamente con mi madre, que le pudiera decir cuál era el problema, qué tiene tu hija”.

“Entonces, yo entiendo, sé que hay un espacio muy grande entre la medicina y los doctores y los servicios a la comunidad latina, comparado a lo que americanos reciben. Entonces yo quise venir aquí porque dije esto es mucho de lo que a mí me interesa, es mucho de lo que personalmente siento que he vivido con esa falta de servicio en sí, porque tener alguien que hable español es un servicio que tú le estás proveyendo a tu comunidad”, agregó. “Y luego uno se pone a pensar también, Puerto Rico pues es un territorio de los Estados Unidos, entonces pensaría uno que harían más para tratar que más gente hable español, que lo incluyan en las escuelas, para que haya más diversidad. Y no”.

“Y nos está diciendo nuestro guía, Jorge, que la gente en la Isla no son tratadas igual que en los estados. Y eso para mí es una injusticia, porque de todos modos esa es tu gente”, condenó.

La joven habló de sus raíces mexicanas y aseguró que “yo me identifico mucho con la comunidad latina, yo me identifico como hispana y latina, porque entre todos tenemos algo en común, para empezar la lengua. El idioma para mí es algo muy, muy importante”.

“Entonces, cuando vine a este programa, me dije, uno, cuándo voy a tener la oportunidad de ir a Puerto Rico; dos, cuándo voy a tener la oportunidad de ir en esta capacidad, de servicio, de ayuda, de algo que pienso me va a ayudar a prepararme para mi carrera, para cuando me gradúe. Entonces lo miré como una gran, gran experiencia, una puerta que se abrió. Y creo mucho en que las cosas pasan por una razón, y yo tenía que estar aquí y era el plan del universo, en mi opinión. Así lo veo”, insistió.

Agregó que ha podido conocer sobre la falta de recursos que hay en la isla, “como casas, servicios de salud, comida, todo eso. Y para mí… te recuerda que seas humildes, porque te quedas pensando, yo tengo esto, pero hay mucha gente que no tiene sus necesidades básicas”.

Habló de su conversación con “un grupo de señores” en la Fondita luego de servir el desayuno, y que le preguntaron, “¿tú de dónde eres? Ah pues yo soy de Arizona. ¿Y a cuántos otros estados has ido? Ah pues no más a dos… y me dice ‘yo soy de New Hampshire’. Ah, está bonito, para allá yo nunca he ido”.

“Pero, o sea, la gente es muy humilde, muy respetuosa, muy amable. Y el hecho de poder venir a darles una comida, a mí se me hizo una experiencia muy bonita. La verdad muy bonita. Te recuerda que tienes que ser humilde, agradecido”, reiteró. “Es una experiencia que no voy a olvidar, que voy a atesorar”.

El grupo agradeció la gestión de la Fundación Triple S, cuya directora ejecutiva, Lydia Figueroa, resaltó que esa entidad trabaja precisamente con los determinantes sociales que inciden en la salud, “así que, desde esa perspectiva, auspiciamos y ayudamos a las organizaciones sin fines de lucro a trabajar con esos temas, principalmente, en el caso nuestro, aislamiento social y seguridad alimentaria”.

Figueroa agregó que, luego que la profesora Gregory Mercado les contactara buscando organizaciones que pudieran servir de experiencia para sus estudiantes y que pudieran conocer modelos de intervención locales que han sido efectivo, no dudaron en ayudar a hacer realidad esa experiencia.

“Nos entusiasma la idea de que, a través de Fundación (Triple S) podamos enlazar experiencia de aprendizaje para estudiantes fuera del país, de diferentes estados, porque no es solamente de Arizona, y que podamos demostrar que en Puerto Rico se está haciendo un buen trabajo para atender todo lo que son las cosas sociales que afectan la salud y la calidad de vida de nuestra gente, y que con esta experiencia salgan profesionales que a lo mejor se inspiran en el futuro a venir hasta Puerto Rico a dar servicios, y que sean profesionales de calidad donde sea”, afirmó Figueroa.

Por su parte, Josué Maysonet, director ejecutivo de la Fondita de Jesús, celebró poder “contar con colaboradores”, y en este caso en particular destacó el hecho que se trata de “jóvenes estudiantes de fuera de Puerto Rico, que tienen esa idea, esa misión y ese deseo de aprender a trabajar o a poder servir en aquellas necesidades que tanto se necesitan”.

“En esta ocasión, la Universidad de Arizona y sus estudiantes, que vengan jóvenes y demuestren ese amor y ese cariño hacia las poblaciones vulnerabilizadas, en esta ocasión de Puerto Rico, con mucho amor, con mucho aprecio, con mucha sensibilidad, yo creo que eso es lo que hace falta, fomentar este tipo de iniciativa, en la que los jóvenes universitarios, en Puerto Rico y fuera de Puerto Rico, se sensibilicen y vean la realidad, la otra parte de la burbuja, lo que estamos viviendo la mayoría de las personas, y sobre todo las personas que no cuentan con los recursos necesarios”, afirmó.