Con ese título, Bad Bunny ha lanzado al mundo su más reciente producción, la cual definitivamente nos transporta a sus inicios. No quisiera enfocarme en el disco propiamente, ni mucho menos en la lírica de la mayoría de sus canciones, pues tendría que entrar en una defensa voraz del género del trap y, ciertamente, no me considero fanática o conocedora de este género tan controversial.

De hecho, habría que hacer un análisis literario de la intertextualidad que existe entre la primera canción del disco con canciones de Residente y hasta Justin Bieber.

Para beneficio de aquellos que desconozcan el término intertextualidad, “es un recurso estilístico que permite establecer una relación entre dos textos de manera implícita o explícita, citando a uno dentro de otro. Se puede plasmar con referencias a otros textos de la misma época o de otra, literales o parafraseados, del mismo autor o más comúnmente de otros”. Por eso es que hago mención de Residente y Justin Bieber.

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Sí me gustaría resaltar nuevamente la genialidad del conejo malo y su equipo de trabajo, quienes una vez más rompen con los esquemas de lo antes visto. Esto me atrevo a decirlo por el “listening party” que llevaron a cabo el pasado jueves, en donde miles de fanáticos se dieron cita para escuchar el disco nuevo y, de paso, ver a su ídolo.

De los aciertos de este evento fue la integración de los estudiantes de la escuela de comunicaciones de la Universidad de Puerto Rico (UPR). El equipo de producción de este fenómeno mundial se comunicó con el Prof. David Cordero Mercado, para que sus estudiantes tuvieran la experiencia de preparar el periódico que salió a la luz junto a la nueva producción musical. Este gesto es una prueba fehaciente de la importancia de la Universidad de Puerto Rico en nuestro país; institución universitaria que ha estado en peligro de extinción desde hace varios años y en más de una ocasión hemos tenido que defender.

Es de popular conocimiento el valor que tiene la UPR para nuestro país. Me emociona muchísimo ver cómo Benito y su gente contaron con ellos. Es una manera de resaltar la gesta del profesorado y el poder del estudiantado. Ojalá y no se quede solo aquí, y alguno de esos estudiantes pueda continuar laborando con el equipo y convertirse en esa persona que documente la trayectoria de este icono mundial.

Cuentan los que estuvieron presentes el jueves en el “listening party” que antes de ser lanzada la producción, la música que ambientaba el “Choliseo” era la de Héctor Lavoe y La Lupe, entre otros exponentes. Y qué bueno que así sea, porque le presenta a esta generación a aquellos que abrieron camino a la música y se hicieron sentir en muchas esferas del mundo.

Nos guste o no, Bad Bunny es uno de esos artistas del que se estará hablando por décadas. El muchacho que salió de un supermercado hoy conquista el mundo entero. Ciertamente, nadie sabe lo que pasará mañana, pero debo decir que lo que sí sabemos es que este boricua seguirá dando de qué hablar con o sin la Kardashian, con o sin disco nuevo.

Este joven ha sabido transgredir muchos espacios, entre ellos el de la lucha libre, incluso hasta el del cine, recientemente junto al gran Gael García Bernal. Ahora bien, es importante que siempre tenga presente a quién se debe, que es a su público y a su gente. Su irreverencia es tolerable hasta cierto punto, pero que no olvide que hemos sido los fanáticos quienes lo hemos puesto donde está.