El comienzo de un nuevo año es un excelente punto de partida para echar a correr planes y hacer modificaciones en nuestra rutina diaria que aporten a nuestra salud y bienestar. Un sinnúmero de estudios reafirman que mantener hábitos saludables puede ayudarnos a vivir por más años. Sin embargo, la parte atractiva de vivir la mayor cantidad de años posibles es hacerlo en salud y bienestar.

1. Mantén o alcanza un peso saludable

Son muchos los debates sobre el peso y la figura ideal. El peso es un factor de riesgo importante para el desarrollo de condiciones crónicas que pueden afectar de forma significativa tu salud.

Establece un plan para alcanzar tu peso saludable. La receta más antigua es una alimentación balanceada y mantenernos físicamente activos. Consulta con tu médico si hay otras complicaciones asociadas que no te permiten alcanzar tu peso saludable.

2. Comprométete con una alimentación balanceada y sana

Ciertos hábitos alimentarios y algunos componentes de los alimentos que consumimos aumentan el riesgo de desarrollar varias enfermedades o alteraciones en nuestro sistema. Por eso, lo mejor es mantener una alimentación sana y balanceada. Si buscas bajar de peso, evita las dietas drásticas y las soluciones rápidas, ya que estas no suelen ser sostenibles.

Concentremos nuestros esfuerzos en mejorar día a día los hábitos alimentarios y hacer de esto nuestro estilo de alimentación, en lugar de una dieta temporera. Identifica cuáles alimentos deseas o debes reducir, y cuáles podrías aumentar porque aportan mejores nutrientes y beneficios. Ten cuidado con la propaganda y los anuncios de alimentos o productos mágicos. Si te interesa este tema busca más información en fuentes confiables de salud como Mi Plato Saludable, de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA en inglés) u otras organizaciones de salud.

3. Mantente físicamente activo, realiza ejercicios

Incluir el ejercicio en nuestra rutina de vida es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud. La actividad física tiene innumerables beneficios, incluyendo mejorar tu salud general y tu capacidad física, además de reducir el riesgo de desarrollar muchas enfermedades crónicas. Estudios recientes resaltan la relación que existe entre ejercitarnos regularmente y la salud del cerebro y mantener nuestra capacidad cognitiva.

No se trata de convertirte en un atleta, sino de incorporar tiempo para realizar actividad física o una rutina sencilla de ejercicios, desde caminar o correr bicicleta. Si estás preparado para más, lánzate y mantén una rutina de ejercicios más intensa. Es importante que elijas los tipos de ejercicios adecuados para ti, de acuerdo con tu estado de salud y capacidad. Asegúrate de disfrutar este tiempo porque esto te ayudará a que los adoptes como parte de tu rutina diaria.

4. No fumes, no vapees y evita la exposición al humo del tabaco o de cigarrillos electrónicos

Desde hace mucho, conocemos que fumar tiene graves consecuencias para la salud del fumador y las personas expuestas al humo. Al igual que el tabaco, el cigarrillo electrónico tiene sustancias dañinas y adictivas que pueden causar enfermedades pulmonares y cardíacas, así como cáncer, entre otras. Dejar de fumar puede ser un proceso arduo, pero los beneficios que obtienes son inmensos.

Si te interesa dejar de fumar, busca apoyo de un profesional de la salud. También puedes buscar orientación y servicios gratuitos a través del programa ¡Déjalo ya! del Departamento de Salud, comunicándote al 1-877-335-2567 o búscalos a través de internet.

5. Haz del sueño una prioridad

Muchas investigaciones destacan la importancia del sueño para la salud en general. Si no duermes lo suficiente, tu cerebro puede tener dificultad para desempeñar funciones básicas y puedes mostrar falta de concentración y olvidos frecuentes, o sentirte cansado y hostil. Igual que tu cerebro necesita descanso, tu cuerpo también lo necesita para mantener su funcionamiento óptimo. Cuando no se duerme lo suficiente, aumenta el riesgo de padecer enfermedades. Adopta la higiene del sueño como una práctica de tu rutina diaria, busca información al respecto y toma acción. Si es necesario, consulta a tu médico.

6. Mantente conectado con personas significativas que aporten bienestar a tu vida

Los científicos han descubierto que nuestros vínculos con los demás pueden tener efectos poderosos en nuestra salud física y emocional. Mantener relaciones sanas con parejas, familiares, amigos, vecinos u otros puede influir en nuestra biología y bienestar. Según los estudios, tener relaciones sociales saludables podría reducir el estrés y los riesgos relacionados con el corazón, así como mejorar la capacidad de tu sistema inmunológico. Además de ayudarte a tener una mejor actitud ante la vida.

7. Practica la gratitud

Agradecer parece ser un ingrediente que beneficia nuestra salud mental y física. Tomar tiempo para sentir gratitud puede mejorar tu bienestar emocional al ayudarte a sobrellevar el estrés y los retos de la vida. Investigaciones recientes sugieren que una práctica diaria de gratitud también podría beneficiar nuestra salud física, relacionándose con menos signos de enfermedad cardíaca. La verdad es que vale el esfuerzo ser agradecido.

Convierte la gratitud en un hábito diario: identifica y agradece diariamente. Es sorprendente cómo practicar la gratitud puede contribuir a mejorar nuestro bienestar general.

Te invito a que reflexiones sobre estas prácticas y cuáles debes de reforzar. El nuevo año puede ser un punto de partida hacia una mejor calidad de vida. Incorpora poco a poco estas prácticas en tu rutina diaria para que disfrutes de una salud completa. Cuidando de nuestra salud y bienestar individual, aportamos a mantener un Puerto Rico Saludable.

Anabelle Carrión es vicepresidenta auxiliar de Promoción de Salud y Bienestar de MCS.