A diferencia de otras enfermedades que dependen de cómo cada persona cuidó de su salud durante su juventud, especialistas del sistema nervioso aseguraron que nunca es tarde para iniciar hábitos que extiendan la vitalidad de la memoria.

“Si uno tiene 60 años y todavía no tiene síntomas de enfermedades neurodegenerativas y hace ciertos cambios en su estilo de vida, se piensa que es beneficioso de aquí a diez o 15 años, que es cuando hay mayor riesgo de padecer las enfermedades. A los 60 años, todavía no es tarde porque hoy esperamos vivir más de 70 años”, explicó el neurólogo Christian Schenk.

Las enfermedades neurodegenerativas son afecciones cerebrales que pueden perjudicar el movimiento, el lenguaje, la memoria, el razonamiento y otras capacidades que, en la mayoría de los casos, terminan por limitar la autonomía de los pacientes. Estas condiciones son producto de daños en las neuronas debido a tóxicos internos o externos al cuerpo, que luego no se pueden desechar de forma eficiente.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada tres segundos se diagnostica un nuevo caso de demencia; anualmente, se reportan 9.9 millones de pacientes. Actualmente, se estima que, mundialmente, hay 47 millones de personas con este trastorno, cifra que aumentaría a 75 millones para 2030 y que se triplicaría en 2050.

Entre las demencias, la enfermedad de Alzheimer es la afección más común, debido a que acumula entre el 60 y el 70% de los casos, siendo una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre los adultos mayores.

Asimismo, la demencia frontotemporal suele afectar a personas entre los 45 y los 65 años al incidir, entre otras cosas, en las las relaciones interpersonales, el control de las emociones y los comportamientos compulsivos. Por otro lado, la demencia con cuerpos de Lewy deteriora la cognición, produce alucinaciones y podría causar síntomas musculares parecidos a los del síndrome de Parkinson.

¿Cómo dilatar las demencias?

A pesar de que aún no se ha encontrado un mecanismo para evitar las demencias, de acuerdo con Schenk, los cambios en los estilos de vida podrían dilatar los síntomas de estas enfermedades.

“Hasta ahora, ningún suplemento medicinal ha podido demostrar que protege a la neurona de la degeneración, pero sí hay mucha evidencia en los cambios de estilos de vida”, sostuvo el especialista en neuropsiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.

Comer saludabley ejercitarse

Una alimentación sana, en combinación con el ejercicio, puede ayudar a manetener el peso y la salud en general.
Una alimentación sana, en combinación con el ejercicio, puede ayudar a manetener el peso y la salud en general. (Shutterstock)

Aquellas personas que mantengan una alimentación balanceada y se ejerciten con frecuencia podrían extender la vitalidad de las células cerebrales debido a los nutrientes y a los antioxidantes que se obtienen a través de estos hábitos.

“Hay una hormona de factor de crecimiento del cerebro que se produce en el ejercicio y esta se ha tratado de sintetizar en los laboratorios para inyectarla en los cerebros con el objetivo de evitar el alzhéimer, pero es bastante difícil. Es más fácil ejercitarse para recibir el beneficio”, dijo Schenk.

Velar por el consumo de tabaco y alcohol

Hay datos científicos que prueban que cuanto más se fuma, mayor es el riesgo de sufrir demencia.
Hay datos científicos que prueban que cuanto más se fuma, mayor es el riesgo de sufrir demencia. (Shutterstock)

El mínimo consumo de tabaco puede perjudicar las neuronas, debido a las toxinas como el monóxido de carbono y la nicotina que abundan en estos productos.

“Si hay ataques tóxicos, llegan, a través de los vasos sanguíneos, menos sangre y nutrientes al cerebro, y se liberan menos desechos”, precisó el también médico con práctica privada.

Por otro lado, el alcohol en exceso podría aumentar la presión arterial, perjudicando, de esta forma, a las neuronas. “La clave está en la moderación”.

Dormir entre siete y ocho horas diarias

Descansar es muy importante y puede suponer la diferencia entre desarrollar o no demencia.
Descansar es muy importante y puede suponer la diferencia entre desarrollar o no demencia. (Shutterstock)

Atravesar trastornos del sueño sin someterse a ningún tratamiento influye en que haya más riesgos de enfrentar alguna enfermedad neurodegenerativa.

“Por muchos años, no sabíamos bien por qué necesitábamos dormir, y hemos encontrado que una de las principales razones es porque, durante la noche, se filtran mucho de estos desechos del cerebro”, explicó el neurólogo.

Aseguró que, en el último tiempo, se ha estudiado cómo el uso de medicamentos para conciliar el descanso impactan las placas cerebrales.

Controlar el estrés

Manejar el estrés, ya sea meditando, ejercitándote o respirando profundamente, ayudará a mantener la salud de tu cerebro
Manejar el estrés, ya sea meditando, ejercitándote o respirando profundamente, ayudará a mantener la salud de tu cerebro (Shutterstock)

Cuando no existían los avances medicinales y tecnológicos que la sociedad hoy tiene a mano, el estrés funcionaba como un mecanismo para combatir ciertas enfermedades. Sin embargo, este beneficio desaparece cuando esta tensión se extiende en el tiempo, pues provoca que las afecciones que pretendía combatir se deterioren.

“Se ha visto que el sistema inmune ayuda a capturar las toxinas y a sacarlas del cerebro, pero, si todo el tiempo estamos estresados, ese mecanismo de limpieza no se produce de forma eficiente”, señaló Schenk.

Atender la depresión a tiempo

La depresión puede incrementar el desarrollo de demencia.
La depresión puede incrementar el desarrollo de demencia. (Shutterstock)

Estados de ánimos que varían debido a eventos particulares no afectan la demencia, sino que son los sentimientos de tristeza que prevalecen durante un largo período los que podrían acelerar el daño en las células del cerebro.

“Si alguien atraviesa por una depresión durante mucho tiempo o enfrenta mucha ansiedad sin someterse a ningún tipo de tratamiento, estas situaciones pueden traer mucho estrés, y, a su vez, contribuir a que estos trastornos se desarrollen”, manifestó el neurólogo.

Si te sientes triste frecuentemente o mantienes sentimientos de desesperanza por largos períodos, o esto le pasa a una persona que conoces, busca ayuda. Llama a la Línea PAS (Programa de Asistencia Social) al 1-800-981-0023.

Relación simbiótica con otras enfermedades

En Puerto Rico, la hipertensión y la diabetes se encuentran entre las principales causas de muerte cada año, y, de igual forma, estas condiciones podrían acelerar la neurodegeneración.

“Si tienes hipertensión o diabetes, debes mantener tu colesterol y niveles de azúcar controlados, porque, de no hacerlo, se podrían perjudicar diferentes funciones y áreas del cerebro”, subrayó la expresidenta de la Asociación de Alzheimer de Puerto Rico, Briseida E. Feliciano Astacio.

En el caso de la presión arterial, la neuróloga indicó que se debe tener cuidado al intentar bajarla porque los cambios “muy abruptos” podrían producir derrames cerebrales.

Asimismo, Feliciano Astacio precisó que uno de los mayores peligros cuando se presentan los primeros síntomas de la demencia es cómo la pérdida de memoria podría afectar los tratamientos de otras enfermedades.

“Si se te olvida tomarte las pastillas de la presión, por ejemplo, esto va a tener un impacto en tu sistema cerebrovascular; te puede dar un infarto. Una cosa se ve interrumpida por la otra”, resaltó.

En busca de tratamientos

Biomarcadores que puedan utilizarse para identificar de forma temprana las demencias es el objetivo de las investigaciones que estudian, entre otras cosas, múltiples generaciones de una misma familia para analizar el desarrollo de estas enfermedades.

Actualmente, la rapidez con la que el cerebro disminuye es uno de los mecanismos para diagnosticar anomalías. Sin embargo, como este proceso es propio del envejecimiento, resulta complejo establecer diferencias entre las variables que pueden repercutir en esta compresión.

“Se está buscando una prueba de sangre en la que podamos medir los niveles de la proteína amiloide”, precisó Schenk sobre el marcador que representa una etapa temprana del alzhéimer.

Además, el neurólogo afirmó que se espera que Puerto Rico forme parte de una investigación en la que se estudiará, en mayor profundidad, cómo los estilos de vida sanos evitan el alzhéimer.

“En los últimos 20 años, hemos aprendido mucho sobre estas enfermedades, a pesar de no tener una cura. Por eso, la participación en los [estudios] clínicos es bien importante porque, mediante la investigación, es la única manera en que encontraremos una cura”, resaltó.