El autocuidado es un acto consciente que realizan las personas para promover su salud física y psicológica. Hay muchas maneras de practicar el autocuidado, porque no a todas las personas les funcionan los mismos hábitos. No obstante, para establecer hábitos saludables, primero hay que trabajar con el aspecto psicológico.

“La base de todo hábito saludable comienza por lo psicológico. Si no tenemos un equilibrio mental, ningún hábito, sea físico o espiritual, y no estoy hablando de lo religioso, tendrá una consistencia”, explicó la psicóloga Yashira Brito.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés), la salud mental incluye el bienestar emocional, psicológico y social. No contar con un equilibrio mental afecta la forma en que pensamos, sentimos, actuamos, tomamos decisiones y nos relacionamos con las demás personas. Por lo tanto, la salud mental es mucho más que la ausencia de una enfermedad y es esencial para la salud en general y tener calidad de vida.

Tres pasos crear un plan de autocuidado

Brito expresó que tomar conciencia es el primer paso para identificar qué necesitas para autocuidarte.

Es escuchar a tu cuerpo, observar tu ambiente, cómo te hace sentir la alimentación que tienes o estar en tu casa y hacer las actividades que estás haciendo todos los días. [Es] escucharte [sobre] cuáles son los estilos de vida saludables que te pueden favorecer frente aquellos que te perjudican. Hacerte consciente también te lleva a buscar esos hábitos saludables”, añadió la psicóloga.

El segundo paso consiste en discernir: las personas pueden empezar a enumerar sus hábitos actuales y valorar las consecuencias.

“Por ejemplo, de lunes a viernes yo como en la calle, pues ¿qué consecuencias tiene esto? Dentro de lo psicológico, siempre estoy enojado, todo me molesta o me siento con tristeza, pues déjame auscultar qué pensamiento hay ahí. Qué tengo que trabajar en mi círculo familiar o de amistades. Dejar de procrastinar, no saber poner límites saludables, ser una persona pesimista y perfeccionista: todos esos rasgos de personalidad me pueden llevar a boicotearme y a sentirme cansada, estresada o con ansiedad”, mencionó Brito, quien, además, es la fundadora de Psiconatural, un espacio que se dedica a implementar terapias alternativas como complemento a la psicoterapia.

La especialista en trastornos de ansiedad y depresión sostuvo que cuando las personas están conscientes de sus hábitos, los enumeran y disciernen, luego, el tercer paso es crear estrategias para establecer hábitos saludables y eliminar los que no lo son.

Cómo trabajar los hábitos saludables desde la mente

Como el ser humano es un ente holístico, no se puede separar lo mental de lo físico, porque el bienestar de una persona incluye ambas. Sin embargo, para trabajar el bienestar físico, hay que empezar por la mente: ventilando emociones y auscultando pensamientos.

“Auscultar los pensamientos es ese dilema interno que tenemos todos los días con nosotros mismos. [Es] esa vocecita que está ahí todo el tiempo, que nos dice cómo reaccionar, cómo actuar, cómo caminar. Viene siendo lo que vivimos a diario. Yo quiero tener unos hábitos mentales adecuados, pues tengo que trabajar con esos pensamientos, con esa higiene mental y cómo yo proceso mis días”, dijo Brito, quien también es creadora del podcast El diario de las mentes.

Ventilar las emociones implica escribir qué te preocupa y hablar con un especialista en salud mental de dónde vienen esas preocupaciones. Ventilar las emociones ayuda a las personas a entender por qué no pueden lograr una consistencia con los hábitos saludables como: dormir, la buena alimentación y realizar actividad física.

“Ayer, una paciente me dijo: ‘yo no hacía ejercicio porque mi pensamiento me decía que las flacas no hacen ejercicio. Si estoy flaca para qué voy a hacer ejercicio’. Así que, ella no había creado ese hábito que ella quería, porque su pensamiento era que ‘las flacas, ¿para qué iban a correr?’. Cuando a nivel psicológico empieza a trabajar con esos pensamientos, pues empezó a hacer ejercicio. Esto es un ejemplo de cómo se trabaja la parte mental y eso lleva a tener buenos hábitos en otras áreas. Con la alimentación es lo mismo. Esa relación con la comida empieza con los pensamientos”, ejemplificó la psicóloga.

El autocuidado debe tener una intencionalidad

Brito explicó que debe haber un propósito y un equilibrio mental a la hora de practicar el autocuidado.

“Puedes hacer yoga, meditar y hacer ejercicio todos los días, pero si, mentalmente, no estás equilibrado, pues lo puedes estar haciendo, pero lo estás haciendo en el vacío; no le estás dando ese enfoque, y se queda en hábitos vacíos sin un propósito ni principio”, enfatizó la psicóloga.

Las personas deben pensar por qué están realizando esa práctica de autocuidado para que ese propósito o esa emoción que están experimentando les ayude a mantener la consistencia.

“Que te des cuenta y le des la importancia a las repercusiones que tiene en tu salud y en tu calidad de vida, y que sepas que todo lo que practiques, que sea saludable, es porque te estás cuidando”, expresó Brito.

El plan de cuidado personal deberá individualizarse, según las necesidades y lo que está sucediendo en la vida de cada persona. No esperes a llegar a un punto de crisis en tu vida. El objetivo es tomar decisiones todos los días para tener calidad de vida.