¿Qué es?

Es un trastorno cutáneo prolongado que provoca enrojecimiento de la piel y picazón. Es frecuente en niños, pero puede manifestarse a cualquier edad. Es duradero (crónico) y suele exacerbarse periódicamente. Puede manifestarse junto con asma o con rinitis alérgica.
Es un trastorno cutáneo prolongado que provoca enrojecimiento de la piel y picazón. Es frecuente en niños, pero puede manifestarse a cualquier edad. Es duradero (crónico) y suele exacerbarse periódicamente. Puede manifestarse junto con asma o con rinitis alérgica. (Shutterstock)

A quiénes afecta

Es una afección frecuente y a cualquier persona le puede dar, pero, por lo general, comienza en la infancia. No se puede contagiar de una persona a otra. Nadie sabe qué la causa.
Es una afección frecuente y a cualquier persona le puede dar, pero, por lo general, comienza en la infancia. No se puede contagiar de una persona a otra. Nadie sabe qué la causa. (Shutterstock)

Los síntomas

El más común es la picazón, que puede ser intensa. Otros síntomas frecuentes incluyen: manchas secas en la piel con un color entre rojo y café oscuro; sarpullido que puede sangrar, o que puede supurar o secretar un líquido transparente al rascarse; engrosamiento y endurecimiento de la piel.
El más común es la picazón, que puede ser intensa. Otros síntomas frecuentes incluyen: manchas secas en la piel con un color entre rojo y café oscuro; sarpullido que puede sangrar, o que puede supurar o secretar un líquido transparente al rascarse; engrosamiento y endurecimiento de la piel. (Shutterstock)

Enfermedades relacionadas

A menudo, las personas con dermatitis atópica tienen otras afecciones, como: asma y alergias, incluidas las de tipo alimentaria; otras enfermedades de la piel, como la ictiosis, que causa resequedad y engrosamiento de la piel; depresión o ansiedad; y pérdida de sueño.
A menudo, las personas con dermatitis atópica tienen otras afecciones, como: asma y alergias, incluidas las de tipo alimentaria; otras enfermedades de la piel, como la ictiosis, que causa resequedad y engrosamiento de la piel; depresión o ansiedad; y pérdida de sueño. (Shutterstock)

Qué la empeora

Nadie sabe qué, pero los cambios en la piel pueden hacer que se seque, provocando lesiones e inflamación en esta. La forma en la que la piel se protege y mantiene su humedad puede verse afectada por cambios en los genes; problemas con el sistema inmunitario, que pueden confundirse y volverse demasiado activos, haciendo que la piel se inflame; exposición a algunas cosas en el ambiente, como humo de tabaco, productos para la piel y jabones; y ciertos contaminantes del aire.
Nadie sabe qué, pero los cambios en la piel pueden hacer que se seque, provocando lesiones e inflamación en esta. La forma en la que la piel se protege y mantiene su humedad puede verse afectada por cambios en los genes; problemas con el sistema inmunitario, que pueden confundirse y volverse demasiado activos, haciendo que la piel se inflame; exposición a algunas cosas en el ambiente, como humo de tabaco, productos para la piel y jabones; y ciertos contaminantes del aire. (Shutterstock)

Las metas para tratarla

Incluyen manejar y controlar la piel seca; evitar que más piel se inflame, controlar la picazón; promover la recuperación de la piel; evitar infecciones por rascarse y prevenir los brotes. Por lo general, los tratamientos incluyen una combinación de terapias, entre ellos: medicamentos, que tu médico te puede recetar; cuidados de la piel, como la aplicación de humectantes inmediatamente después del baño; y fototerapia, para tratar los síntomas.
Incluyen manejar y controlar la piel seca; evitar que más piel se inflame, controlar la picazón; promover la recuperación de la piel; evitar infecciones por rascarse y prevenir los brotes. Por lo general, los tratamientos incluyen una combinación de terapias, entre ellos: medicamentos, que tu médico te puede recetar; cuidados de la piel, como la aplicación de humectantes inmediatamente después del baño; y fototerapia, para tratar los síntomas. (Shutterstock)

Cómo controlarla

Toma baños tibios (uno al día) para limpiar la piel, sin resecarla demasiado; usa un jabón en barra suave y sin fragancia o un limpiador que no contenga jabón; seca la piel con palmaditas, después del baño, pero sin permitir que se seque demasiado antes de humectarla (sin frotarla o secarla rápidamente); usa una crema hidratante; usa crema y ungüentos, pero evita lociones con un alto contenido de agua o de alcohol, lo cual puede ocasionar quemaduras; y protege la piel contra irritantes y ropa áspera.
Toma baños tibios (uno al día) para limpiar la piel, sin resecarla demasiado; usa un jabón en barra suave y sin fragancia o un limpiador que no contenga jabón; seca la piel con palmaditas, después del baño, pero sin permitir que se seque demasiado antes de humectarla (sin frotarla o secarla rápidamente); usa una crema hidratante; usa crema y ungüentos, pero evita lociones con un alto contenido de agua o de alcohol, lo cual puede ocasionar quemaduras; y protege la piel contra irritantes y ropa áspera. (Shutterstock)

Qué más puedes hacer

Habla con tu médico sobre posibles alergias alimentarias; controla el estrés; evita rascarte o frotarte; mantén tus uñas cortas; busca ayuda, si sientes agobio, vergüenza o ansiedad debido a esta afección; mantén nivelada la temperatura interior de tu hogar; duerme bien y evita la vacuna contra la viruela.
Habla con tu médico sobre posibles alergias alimentarias; controla el estrés; evita rascarte o frotarte; mantén tus uñas cortas; busca ayuda, si sientes agobio, vergüenza o ansiedad debido a esta afección; mantén nivelada la temperatura interior de tu hogar; duerme bien y evita la vacuna contra la viruela. (Shutterstock)

Las complicaciones

Incluyen infecciones de la piel por bacterias, hongos o virus; cicatrices permanentes; efectos secundarios del uso prolongado de medicamentos para controlarla. Habla con tu médico si: no responde a las cremas humectantes o al evitar los alérgenos; los síntomas empeoran; o si tienes infección (fiebre, enrojecimiento o dolor).
Incluyen infecciones de la piel por bacterias, hongos o virus; cicatrices permanentes; efectos secundarios del uso prolongado de medicamentos para controlarla. Habla con tu médico si: no responde a las cremas humectantes o al evitar los alérgenos; los síntomas empeoran; o si tienes infección (fiebre, enrojecimiento o dolor). (Shutterstock)

Fuentes: Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (niams.nih.gov) y MedlinePlus (medlineplus.gov)