Las interacciones y relaciones son importantes a lo largo de toda nuestra vida. Desde el momento en que una persona nace, comienza su proceso de interacción y relación con otros, proceso que le ayuda a aprender a socializar con los demás, expresarse e integrarse en la comunidad desde sus primeros años de vida.

La conexión social es el vínculo que tenemos con las personas que nos rodean, y estas relaciones tienen un impacto directo sobre el bienestar mental y emocional. Estudios indican que mantener relaciones saludables con familiares, amigos, pareja, vecinos u otros, puede impactar de manera positiva nuestro bienestar físico, mental y emocional. Además, se ha encontrado que tener una variedad de conexiones sociales puede ayudar a reducir el estrés —un factor de riesgo relacionado con el corazón—, e, incluso, a tener una vida más larga.

Con el pasar de los años y, a medida que las personas envejecen, podrían pasar más tiempo a solas, ya sea por diferentes razones como el retiro, hijos que se van de la casa (conocido como el síndrome del nido vacío), por pérdida de la pareja o familiares cercanos o por situaciones de salud que le dificultan poder seguir llevando a cabo las actividades diarias y que comúnmente disfrutaban junto a otras personas.

El aislamiento social y la soledad

El aislamiento social y la soledad pueden ser perjudiciales tanto para la salud mental, cognitiva, emocional, como para la salud física. Aunque existe una diferencia entre estos términos, ambos se relacionan entre sí, ya que la soledad es la sensación de sentirse solo, independientemente del contacto o conexión social que tenga el individuo. Por su parte, el aislamiento social es la falta de conexión social, lo que, eventualmente, podría convertirse en un sentimiento de soledad.

El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento establece que ambos sentimientos se reflejan en el deterioro de la salud física y mental del individuo, resultando en problemas cardiacos, depresión, deterioro cognitivo, un mayor riesgo de hospitalizaciones, readmisiones al hospital y hasta una muerte prematura, entre otras complicaciones de salud.

Signos para saber si estás en riesgo de caer en soledad o aislamiento social

Aquellas personas que han sufrido una pérdida repentina, que están sirviendo de cuidador de algún ser querido, que tienen condiciones de salud que les afecta su movilidad o que han sufrido pérdida de visión o audición, pueden tener un riesgo mayor de aislarse y sentirse solos.

Además, están a un mayor riesgo aquellas personas que: viven solas; no pueden salir de su casa por situaciones de salud que le impiden o por falta de transportación; han tenido un cambio en su vida, como la muerte de un cónyuge o pareja, o el retiro; tienen problemas financieros; viven en un área de difícil acceso; tienen poco o ningún apoyo de otras personas; tienen barreras en el idioma, por el lugar donde viven; enfrentan algún tipo de discriminación, ya sea por edad, raza, etnia, orientación sexual o identidad de género; o tienen problemas psicológicos o cognitivos o depresión.

Hablando con tu médico sobre la soledad y el aislamiento social, podrías conseguir la ayuda que necesites

Si ha experimentado un sentimiento de soledad o aislamiento, es algo que deberías informarle a tu médico primario. Tu médico primario es el mejor aliado para el cuidado de tu salud, por lo que es importante compartirle información sobre cómo te sientes física, emocional y mentalmente.

Cuando le describes tus síntomas y le planteas tus inquietudes, puede ayudarte a identificar alguna necesidad de salud que tengas, y podría hacerte recomendaciones para manejarlas o sugerirte las mejores opciones de tratamiento que entienda necesarias.

Fortalece tu conexión social

Puedes hacer muchas cosas para evitar tener un sentimiento de soledad o aislamiento y protegerte sobre sus efectos negativos:

1. Ponte como prioridad – Comienza haciendo cambios a estilos de vida saludables, come sano, realiza actividad física y duerme lo suficiente.

2. Mantente activo – Realiza actividad en un área segura en tu comunidad e invita a otras personas a que se unan.

3. Comunícate – Mantente en comunicación con tus familiares, vecinos y amigos. Aprovecha las nuevas tecnologías de comunicación como mensajes de texto, correos electrónicos, llamadas en videos y en grupos.

4. Pasatiempo – Retoma un pasatiempo o actividad que disfrutabas y hace mucho no haces.

5. Aprende – Considera tomar una clase para aprender algo nuevo como dibujo, manualidades, costura, baile, entre otras.

6. Voluntariado – Ofrece tu tiempo para hacer voluntariado con alguna organización o en tu comunidad.

7. Viaja – Conoce nuevos lugares. No tienes que salir de nuestra isla para esto, visita aquellos rincones que aún no conoces. ¡Puerto Rico es una bella isla y con mucho que ofrecer!

8. Grupo – Únete a un club o a un grupo de personas que compartan tus pasatiempos favoritos.

Sigue estas recomendaciones para que puedas fortalecer tu conexión social y recuerda que esto tendrá un impacto positivo en tu salud completa.

En MCS, como parte del MCSClub Te Paga, tenemos diferentes iniciativas que se realizan a través de la isla, que van desde sesiones de ejercicios, iniciativas de salud, talleres de cocina y tecnología, actividades de entretenimientos, entre otras. Estas iniciativas son para la comunidad en general, afiliados y asegurados.

Para más información, visita la página web www.mcsclassicare.com/clubtepaga y únete al grupo de Facebook-MCS Club Te Paga.

Colaboración educativa.