“Mi día a día con la diabetes es un round de boxeo sobre el ring”, expresó la abogada y relacionista laboral Mildred Cabello Lugo, quien dirige la Comisión de Nombramientos del Senado.

A los 33 años fue diagnosticada y la noticia le tomó por sorpresa porque creía que solo las personas adultas mayores padecían diabetes. “Un diagnóstico a esa edad es muy fuerte. En aquel momento, se me cayó el mundo encima”, contó.

Tan pronto como supo que padecía la enfermedad, lo compartió con su madre, María Antonia Lugo, quien también había sido diagnosticada con diabetes a los 45 años. “Mi madre siempre estuvo al lado mío y me decía que me tenía que cuidar, que no era un juego”, recordó.

Durante los primeros siete años luego del diagnóstico, Mildred le dio prioridad a su desarrollo profesional y a atender su condición de endometriosis. No fue hasta que sintió los primeros síntomas de la diabetes que decidió educarse, visitar a especialistas en endocrinología y nutrición, y a asumir una actitud proactiva en su proceso de salud.

Mientras que anteriormente no quería que nadie supiera sobre su condición, ahora reconoce la trascendencia del empoderamiento entre pares y la prevención.

“Ahí fue que conocí a la Asociación Puertorriqueña de Diabetes”, dijo, agradecida por la oportunidad educativa y de interacción con otras personas que le ha brindado la organización.

Asimismo, habló con entusiasmo de las actividades que realiza la asociación en su labor de sensibilización y concienciación con actividades como la Expo Diabetes y el Reto NutriFit para promover un estilo de vida saludable.

Aun cuando siente que no ha alcanzado el estado de salud que quisiera tener, reconoce que los cambios en la alimentación, la planificación de las comidas, leer las etiquetas de los productos y la actividad física han sido favorables.

“Aprendí que el conocimiento da poder. Uno tiene que entender la condición”, manifestó sobre el beneficioso impacto que han tenido las herramientas educativas sobre la diabetes.

En la actualidad, Mildred es una voz activa para concienciar sobre la importancia de educarse, cuidarse y la atención de especialistas para el manejo de la condición. “Me siento fortalecida”, aseguró y compartió la relevancia de los grupos de apoyo y del acompañamiento de la familia y las amistades para manejar la enfermedad.

Definitivamente, el autocuidado y los momentos de esparcimiento y relajación deben ser parte de los hábitos. Ella disfruta caminar por el Viejo San Juan, ir a la playa y pasear a su perrita Chispi Marie.

“Quiero viajar a Europa y tener mi propio negocio”, manifestó sobre dos de sus grandes anhelos. Ella es imparable y la perseverancia ha sido un factor clave en su experiencia de vida. Cada día se repite: “Yo soy más fuerte que mi diabetes”. Mildred, claro que lo eres.