La pérdida súbita de alguna función neurológica como son la dificultad para hablar, verbalizar o coordinar pensamientos, para mover alguna extremidad, la pérdida de conocimiento, el desplome o pérdida de visión súbita, son alertas de que un accidente cerebrovascular está en proceso.

“Estos son síntomas que se desarrollan súbitamente en los accidentes cerebrovasculares, también conocidos como ictus, donde se corta o disminuye la cantidad de sangre que llega a alguna parte del cerebro, porque se obstruye la circulación”, explicó el doctor William Borges, cardiólogo y presidente de la facultad del Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe.

Existen dos tipos de ictus o accidentes cardiovasculares: el isquémico o infarto cerebral y el hemorrágico o derrame cerebral. El isquémico, según Borges “el más común”, ocurre cuando “se ocluye la circulación a una parte del cerebro y esas células empiezan a morir porque no tienen suficiente sangre. Depende del área del cerebro afectada, vamos a ver unos hallazgos clínicos”.

“En el hemorrágico, no solamente se tapa una arteria, sino que se rompe y se sale la sangre del sistema circulatorio y forma un hematoma dentro del cerebro. Depende de en qué área se acumula la sangre, vamos a ver distintos tipos de hallazgos clínicos o síntomas”, describió el cardiólogo.

Existen un sinnúmero de factores de riesgo o enfermedades que pueden predisponer a que un paciente sufra un ictus. Conocer esta información es vital para reducir las probabilidades de que ocurra.

Entre los factores de riesgo más comunes, el primer lugar lo ocupa la edad: “mientras más edad, mayor el riesgo”, dijo. También, “si padeces de hipertensión y diabetes, y más si ambas están descontroladas; si fumas o has fumado en el pasado y si usas drogas ilícitas como la cocaína; si tienes historial de ataques isquémicos transitorios, si tienes historial de problemas de colesterol elevado, si eres obeso o sumamente sedentario”, explicó.

Añadió a los factores de riesgo a “las personas que padecen de enfermedades cardíacas como arritmias, fibrilación atrial —tipo de arritmia que se asocia mucho a eventos cerebrovasculares—, o que tengan enfermedades estructurales cardíacas, como algunos tipos de soplos y defectos congénitos del corazón”.

¿Cómo prevenir los accidentes cerebrovasculares?

A pesar de la peligrosidad y de su manifestación repentina, muchos de los ictus pueden prevenirse ajustando los estilos de vida y controlando los factores de riesgo.

“En teoría, sí se pueden prevenir muchos de los accidentes cerebrovasculares por medio del control de los factores de riesgo. Si eres hipertenso y tienes tu presión controlada con un estilo de vida saludable y con medicamentos, el riesgo de que te dé por hipertensión es mucho menor; lo mismo pasa con cada uno de los factores de riesgo”, afirmó.

El doctor Borges instó a que las personas reconozcan la peligrosidad de este evento neurológico, “que puede cambiar tu vida drásticamente, en menos de 24 horas”.

Posibilidades de supervivencia de un accidente cerebrovascular

Si sufres un accidente cerebrovascular, la clave está en actuar con prontitud, ya que el tiempo es determinante. Mientras más se tarde el diagnóstico y el tratamiento, más difícil es poder recobrar la función neurológica completa.

“Ante una emergencia de este tipo, es vital acudir de inmediato a un hospital. Si es del tipo isquémico –cuando una arteria se obstruye–, existe una ventana crítica, de aproximadamente cuatro horas, en la que el paciente puede beneficiarse de los medicamentos trombolíticos intravenosos, que rompen el coágulo que está causando el derrame o la obstrucción en la arteria del cerebro”, explicó el médico, quien aseguró que, si se trata con prontitud, “en muchos casos es posible lograr una recuperación completa de los síntomas”.

Otro aspecto que beneficia la recuperación de un paciente que sufre de un ictus, es su edad. “Si son pacientes jóvenes, usualmente las causas son distintas y la probabilidad de sobrevivir es mayor, primero porque tienden a buscar ayuda más rápido cuando ven que no pueden mover un brazo, una pierna o no pueden hablar. Además que, al ser más jóvenes, posiblemente tienen menos enfermedades asociadas que se compliquen y hagan del tratamiento uno más riesgoso”, dijo.

Sin embargo, para el doctor Borges, la prevención es la mejor recomendación, pues “todo se centra en llevar estilos de vida saludable y visitar a tu médico de cabecera regularmente”.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.