Más allá de que las personas con psoriasis comprendan la enfermedad, es fundamental que la población en general también se eduque y entienda en qué consiste este padecimiento crónico, para evitar que persistan mitos que pueden causar un daño adicional a quienes viven con este diagnóstico.

En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Psoriasis, que se celebra hoy 29 de octubre, buscamos crear conciencia acerca de las falsedades más comunes relacionadas con esta enfermedad y aclararlas con lo que evidencia la ciencia.

Primero es importante establecer que la psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica donde el sistema inmunológico de la piel está acelerado y produce lesiones escamosas engrosadas e inflamadas en varias partes del cuerpo, como codos, rodillas, cuero cabelludo, abdomen, piernas, genitales, espalda, uñas y, cuando hay complicaciones de inflamación en la coyunturas, puede presentarse la artritis psoriásica.

“La prevalencia de esta enfermedad es del 2 % al 4 % de la población, y afecta igual a hombres y a mujeres. La afección tiene dos picos de prevalencia: en la adultez temprana y entre los 50 y los 60 años”, explicó el doctor Rafael Martín García, catedrático y director del Departamento de Dermatología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Ciencias Médicas (RCM).

La psoriasis se manifiesta con lesiones escamosas que producen una escama gruesa blanquecina. Estas lesiones ocurren de una forma simétrica en diferentes áreas del cuerpo.“El 80 % de la enfermedad son lesiones localizadas. Sin embargo, hay un 20 % de los pacientes que las manifiestan de manera moderada a severa. Esas lesiones están regadas por muchas partes del cuerpo, afectando la calidad de vida de estos pacientes, tanto por la apariencia como por la molestia. Las lesiones pueden picar, doler, sobre todo cuando están en áreas palmoplantares, ya que dificultan coger objetos y hasta caminar. Es una morbilidad significativa para estos pacientes”, mencionó el doctor Martín García.

De igual manera, destacó que un 20 % de los pacientes puede tener artritis psoriásica, lo que agrava la calidad de vida del paciente.“Esta es una artritis que afecta las manos, los pies, las rodillas, la espalda, la espina dorsal, produciendo dolor e incapacidad, con cambios que pueden ser irreversibles”, describió el catedrático.

Estos son los mitos más comunes y lo que dice la ciencia:

Mito: La psoriasis es infecciosa

Realidad: Este es uno de los mitos más comunes sobre la enfermedad. Muchas personas, al ver las lesiones en la piel, piensan que la psoriasis es infecciosa, pero no lo es. La psoriasis no se pega, es una enfermedad inmunológica. Aunque ciertas bacterias pueden, en algunos casos, estimular el sistema inmunológico, no se trata de una enfermedad infecciosa ni bacteriana.

Mito: La psoriasis solo afecta la piel

Realidad: La inflamación de la psoriasis se considera sistémica, es decir, puede afectar más allá de la piel. En aproximadamente un 20 % de los casos, también se afectan las coyunturas, y eso es parte de la artritis psoriásica.Además, estos pacientes tienen un mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades sistémicas, como las cardiovasculares, por lo que deben ser monitoreados regularmente por su médico para evaluar su presión arterial, triglicéridos y colesterol.

Mito: La psoriasis es curable

Realidad: Lamentablemente, la psoriasis no se cura, es una enfermedad crónica para toda la vida. Esto debe explicarse claramente al paciente al iniciar los tratamientos sistémicos. Existe evidencia de que, al suspender los medicamentos y retomarlos más adelante, su efectividad no es tan alta como cuando los usa continuamente.Si bien hay pacientes que van a mejorar mucho con el tratamiento y puede que estén sin lesiones, deben continuar usando los medicamentos de manera continua. En los casos tratados solo con medicamentos tópicos, estos se utilizan nuevamente si las lesiones aparecen.

Mito: Basta con atenderse con el médico primario

Realidad: Este es otro problema frecuente. En ocasiones, los pacientes no reciben el tratamiento ni la orientación adecuada.Quizás, por desconocimiento, se les continúan recetando las mismas cremas. Lo más importante es que el paciente sea referido a un dermatólogo, quien podrá indicar el tratamiento más apropiado para su tipo y nivel de psoriasis.

Mito: No hay medicamentos para atender la psoriasisRealidad: Hoy existen tratamientos muy efectivos para controlar la enfermedad. Los medicamentos pueden ser tópicos (cremas) y sistémicos (orales e inyectables subcutáneos e intravenosos). Además, la fototerapia, una herramienta terapéutica importante que ofrece buenos resultados en muchos pacientes.

Mito: Los medicamentos no son accesibles para todos

Realidad: Los medicamentos son costosos, pero el plan de salud del gobierno (plan Vital) es bastante bueno para su cobertura. En las clínicas de la Escuela de Medicina (UPR) se realiza el proceso de justificación y apelación para que el plan Vital y otros planes comerciales los aprueben.

“Detengamos el efecto dominó en los pacientes”

Si bien es cierto que hay desinformación sobre la psoriasis, también existen muchos recursos de apoyo para los pacientes y más en este mes que se celebra el Día Mundial de la Psoriasis. Por esto, la Asociación Puertorriqueña de Ayuda al Paciente de Psoriasis (APAAP) instó tanto a los pacientes como a la ciudadanía a educarse.

“En la APAPP llevamos 15 años y 15 celebraciones del Día Mundial de la Psoriasis. Este año, celebramos bajo el lema “Detengamos el efecto dominó en los pacientes”. Esto quiere decir que hay otras enfermedades que el paciente de psoriasis puede sufrir, como enfermedades cardiovasculares, cáncer, síndrome metabólico, depresión y artritis psoriásica”, destacó la directora ejecutiva.

Para cita en las Clínicas Dermatológicas del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR, puedes llamar al 787-758-7910. Y, si deseas más información sobre la APAPP, escribe a psoriasispr@gmail.com, o búscalos en sus redes sociales (Instagram, Facebook y X) como APAPP Psoriasis o enviar un mensaje al 787-376-7604.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.