La exrepresentante María Milagros “Tata” Charbonier Laureano fue sentenciada este viernes a cumplir ocho años de prisión por haber dirigido un esquema de corrupción pública en el que le infló el salario a una de sus empleadas legislativas para que le pasara dinero de manera bisemanal. También fue condenada a dos años de libertad supervisada y 120 horas de labor comunitaria.

Con esta pena, la funcionaria recibió una de las mayores sentencias impuestas por la judicatura federal a figuras públicas en la Isla.

La Fiscalía federal había solicitado en contra de la exlegisladora, que no emitió comentarios ante la corte, una pena de 15 años de prisión. Los fiscales, además, pidieron una restitución de $136,000. La juez federal Silvia Carreño Coll le dio 90 días a Fiscalía para argumentar esa suma.

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La exlegisladora, por su parte, pidió ir a una prisión en Texas, FPC Bryan, para estar cerca de su hija. No se estableció una fecha para su entrega voluntaria.

Además de Charbonier Laureano, hoy será sentenciado su esposo, Orlando Montes Rivera, quien escuchará su pena luego del receso de almuerzo.

La recomendación que hizo la Fiscalía en su contra es de cinco años y tres meses de prisión. Este también estuvo implicado en el esquema ilegal en el que se le infló el salario a Frances Acevedo Ceballos, quien era “recepcionista-secretaria” de la exrepresentante, hasta llevarlos a $8,000 mensuales para que esta devolviera a la familia entre $1,000 a $1,500 bisemanales. Se alude que, bajo este esquema, la exlegisladora habría recibido unos $100,000 desde septiembre de 2017 hasta verano del 2020, los cuales no reportó como devengados ni en sus planillas contributivas ni en sus informes éticos.

Fue la jueza federal Silvia Carreño Coll, Tribunal federal de Distrito en Hato Rey, quien dictó la sentencia contra Charbonier Laureano. Esta no acogió las mociones presentadas por su abogado, Francisco Rebollo, para intentar disminuir la ofensa cometida por la exrepresentante.

Un asunto que queda pendiente a dilucidar es si la jueza permitirá que Charbonier Laureano pueda permanecer en libertad bajo fianza mientras su abogado realiza los trámites para apelar el proceso judicial.

Discusión presentencia

El inicio de la vista de sentencia comenzó con la discusión de múltiples mociones radicadas por la defensa para refutar los argumentos esbozados en el informe presentencia y en el memorando de sentencia que suministró la Fiscalía federal, integrada por los fiscales María L. Montañez Concepción, Kathryn E. Fifield y Jonathan E. Jacobson, para esta sentencia.

Rebollo fue el primero en hacer su exposición. En esencia, estipuló que el hurto bajo el esquema de soborno no fue mayor de $136,000, como argumentó la Fiscalía federal, sino que “no excede los $20,000″.

“Que quede claro. No estamos haciendo admisión de ninguna parte. Nosotros vamos a apelar el veredicto del jurado”, señaló Rebollo a la jueza.

Es que aludió a que la mayoría del dinero que alegaba la Fiscalía federal, específicamente un monto de $68,345.22, no fue a la cuenta de Charbonier Laureano y su esposo, sino que a la cuenta de Jonathan Alemán, un exdirector de la oficina legislativa que se convirtió en confidente de los federales y no fue acusado.

Mostró un cheque que aludía a que Alemán saldó el hipoteca de su hogar “15 días después del último retiro de Frances Acevedo”, que ocurrió el 10 de junio de 2020. El monto que pagó para hacer el saldo fue de $68,454.28, según el cheque que mostró.

El abogado también dijo que la Fiscalía no tomó en consideración que Charbonier Laureano recibía un pago mensual de unos $1,200 por el cuidado de su tía.

“Usted quiere que que adjudique algo que el jurado ya evaluó”, le indicó la jueza Carreño Coll a Rebollo en una de las múltiples instancias en que le recordó que esa prueba la tuvo el jurado ante su consideración y encontró culpable a su clienta. También le llegó a señalar que dejaba afuera prueba que derrotaba sus argumentos.

Otro punto que cuestionó Rebollo es que la Fiscalía pretendió que cada supuesto pago que recibió la exrepresentante se convierta en un acto de extorsión. Señaló que, al contrario, “es una extorsión con múltiples pagos”.

La tercera objeción que trajo recordó que los expresentantes Néstor Alonso Vega y Nelson del Valle, que fueron sentenciados por un crimen similar, de elevar el salario de un empleado para que le devolviera parte del mismo. Alonso Vega fue sentenciado a cinco años y tres meses de prisión, mientras Del Valle se declaró culpable y fue sentenciado a cuatro años y 10 meses.

Rebollo alegó que en este caso la Fiscalía federal trataba de manera diferente a su clienta, ya que se le aumentaron dos puntos de ofensa bajo las guías de sentencia por su alegado rol en el esquema.

La Fiscalía federal le imputó a Charbonier Laureano un grado de ofensa de 34, que llevaba la sentencia a imponerse, según las guías de sentencia, a cumplir un periodo de 12 a 15 años en prisión. Por esta razón, Rebollo intentó refutar el monto de la extorsión, que fue sólo un evento con múltiples pagos y la diferencia que se impuso a los otros exlegisladores, para intentar que se disminuyeran los años en prisión.

“Nadie ha sido convicto a cumplir más de 63 meses en casos en Puerto Rico”, expuso. “Creo que es irrazonable y la corte debe eliminar estos niveles de sentencia (los impuestos a Charbonier Laureano)”.

También pidió a la jueza que analizara el bien que hizo Charbonier Laureano más allá de la Legisltura. Dijo que ella inició su labor en trabajo social y que intervino para ayudar a drogadictos, necesitados y niños con bajo perfil educativo. Tambien recordó que es activa en las actividades religiosas.

“La sentencia de Charbonier debe ser menor de 63 meses”, concluyó Rebollo.

Por su parte, el fiscal Jacobson enfatizó que en este caso de Charbonier Laureano “su corrupción no tenía límites” y hurtó sobre $95,000. Señaló que así se determinó en un juicio.

Enfatizó que la convicta mintió sobre sus delitos a las autoridades federales y destruyó evidencia.

“Ella llamó a personas para que incubrieran su actividad criminal”, subrayó.

El fiscal también destacó que Rebollo pretendía que, con una sentencia menor, se le absolviera a Charbonier Laureano de sus delitos. Además, refutó los puntos controvertibles expuestos por el abogado para justificar la petición de 15 años de prisión contra la exlegisladora.

Uno de los puntos destacados es que una de las transacciones que alega que Acevedo Ceballos entregó Alemán fue el día en que detectaron que la empleada acudió a los Outlets de Canóvanas a cambiar el cheque en el First Bank y en un periodo de alrededor de 15 minutos hubo un depósito a la cuenta de Charbonier Laureano.

Jacobson indicó “n el último año más de 10 funcionarios fueron acusados y que las sentencias dictadas no han tenido el resultado de disuadir.

“Una medicina más fuerte es necesaria” apuntó.

En su recomendación de sentencia, la Fiscalía federal describió a Charbonier Laureano como una “mente maestra”, que llegó a reclutar a funcionarios legislativos y hasta su familia para robar fondos públicos.

“En el transcurso del esquema, Charbonier violó su juramento al pueblo de Puerto Rico, corrompió varios funcionarios públicos y reclutó a miembros de su propia familia, incluido su hijo pequeño, para que siguieran sus comandos. Cuando los investigadores federales se acercaron, Charbonier mintió repetidamente a los agentes sobre sus crímenes, con pruebas fabricadas, mensajes de texto destruidos y emplearon a Frances Acevedo Ceballos (de quien Charbonier dijo una vez que era ‘como mi hija’) como escudo para aislarse de la exposición. Charbonier continuó exigiendo sobornos y robando a los contribuyentes durante los devastadores huracanes y una pandemia mundial. En pocas palabras, su corrupción no tenía límites”, se estableció en el memorando de sentencia.

Lo que ocurrió en el juicio

El juicio contra Charbonier Laureano y su esposo se realizó entre diciembre de 2023 y enero de 2024. En total, duró 10 días. Un jurado los encontró culpables el 12 de enero de cargos de conspiración, robo, soborno y comisiones ilegales en relación con programas que reciben fondos federales, fraude electrónico por servicios honestos, así como dos cargos de lavado de dinero. Contra la exrepresentante también pesó un cargo de obstrucción a la justicia por destruir datos en su teléfono celular.

En total, la exrepresentante fue encontrada culpable de 12 cargos y Montes Rivera de 11 cargos.

Durante el juicio, el equipo de la Fiscalía federal presentó gran cantidad de evidencia acompañada por el testimonio de 15 testigos, que incluyó grabaciones de conversaciones telefónicas, registros telefónicos, documentos bancarios, así como los testimonios de agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) que participaron en la investigación.

La exrepresentante y Orlando Montes se mostraron tranquilos antes de conocer su sentencia por corrupción pública.

El abogado Rebollo y la abogada Anita Hill, representante de Montes Rivera, solo presentaron un testigo, una agente del FBI que tuvo un corto testimonio.

Como parte del proceso judicial, la Fiscalía llevó a testigos que expusieron cómo el salario de Acevedo Ceballos como empleada legislativa de la Cámara de Representantes aumentó hasta llevarlos a $8,000 mensuales.

Según la información ventilada en el juicio, Acevedo Ceballos ganaba un salario neto promedio de manera bisemanal de $755 en el 2013, de $810 en el 2014, de $848 en el 2015 y de $926 en el 2016. Pero, cuando la Cámara de Representantes quedó bajo el Partido Nuevo Progresista en el 2017 y Charbonier Laureano fue nombrada presidenta de la Comisión de lo Jurídico, dicho salario comenzó a aumentar. El primer incremento fue a un promedio de $2,564 bisemanal, en el 2018 el salario era promedio de $2,768 bisemanales, en el 2019 de $2,830 bisemanales, y en el 2020 de $2,873 bisemanal.

En el juicio trascendió que Acevedo Ceballos, en un inicio, cambiaba su cheque en efectivo y depositaba la suma pagada como soborno a la cuenta de banco del matrimonio. También se los llegó a dejar en efectivo dentro de la cartera de la hoy convicta o se los transfirió mediante ATH Móvil a sus familiares con mensajes que dejaban claro que el dinero era “De Tata” o “Para Tata”.

Acevedo Ceballos se declaró culpable y fue sentenciada a cumplir tres años y un mes en prisión. Ingresó a la cárcel a mediados de abril.

El cuarto acusado en este caso lo fue el hijo del matrimonio, Orlando Montes Charbonier. Este se acogió a un programa de desvío, en el cual tendrá que aceptar un grado de responsabilidad y cumplir ciertos criterios que le impondrán. Al cabo de cumplidos, se le desestimarían los cargos.

Durante el juicio, dos de los testigos que presentó la Fiscalía federal, Sheila Mangual y Roxana Sifre declararon tener conocimiento personal del esquema de comisiones ilegales.

Mangual, exdirectora de la oficina legislativa de Charbonier Laureano entre 2019 y 2020, declaró haber recibido de manos de Acevedo Ceballos un sobre que parecía contener dinero, para entregárselo a la exrepresentante. Lo hizo al colocarlo en la cartera de la exlegisladora.

También afirmó que el elevado salario de Acevedo Ceballos no se podía bajar por orden de Charbonier Laureano, porque “le daba una cantidad de su sueldo a la representante”.

Asimismo, Mangual dijo que, luego de una visita de agentes federales a Acevedo Ceballos el 11 de julio de 2020, Charbonier Laureano la visitó en su oficina privada de sicóloga y le dijo que todo lo que ocurría “era su culpa, que Frances (Acevedo Ceballos) le daba dinero para pagar su deuda al IRS (Servicio Federal de Rentas Internas)”.

Durante el juicio, trascendió que Charbonier Laureano estaba endeudada por una cifra que se acercaban a $300,000, por préstamos estudiantiles con el Departamento de Educación federal, el IRS y una tarjeta de crédito.

Por su parte, Sifre, exempleada de Charbonier y exesposa del convicto exalcalde catañés Félix “El Cano” Delgado, dijo que supo del esquema cuando Acevedo Ceballos le dejó saber su molestia porque tenía una deuda con el Departamento de Hacienda por su alto salario. También declaró que, en un día de pago, en los que usualmente iba con Acevedo Ceballos al banco y a hacer diligencias, la vio poner un sobre en la cartera de Charbonier Laureano, que creía contenía dinero.

Los testigos de Fiscalía federal también incluyeron al exsecretario de Hacienda, Francisco Parés, y la exdirectora de Recursos Humanos de la Cámara de Representantes, Karen Torres; así como un directivo de la Oficina de Ética Gubernamental, un oficial de Banco Popular y un empleado de First Bank.

Durante los testimonios de los últimos testigos, tres agentes federales que participaron de la investigación, incluyendo de la entrevista a Acevedo Ceballos el 11 de julio de 2020 y los allanamientos a las residencias de Charbonier Laureano y de la “secretaria-recepcionista” cuatro días después, se presentaron fragmentos de varias llamadas telefónicas interceptadas por el FBI.

En los audios se destacaban Charbonier Laureano, Acevedo Ceballos y Jonathan Alemán Arce, un exdirector de la oficina legislativa de la ahora convicta que además era informante del FBI y quien mantenía una relación con Acevedo Ceballos. Los teléfonos de Charbonier y Acevedo Ceballos se intervinieron luego de obtener órdenes judiciales, mientras que el de Alemán Arce fue intervenido con su consentimiento.

En esos fragmentos de llamadas se escucharon reiteradas alusiones al esquema de comisiones ilegales. Una de esas llamadas, cuyos fragmentos fueron presentados como parte de la prueba, fue una extensa llamada de una hora y media de Acevedo Ceballos a Alemán Arce, el día siguiente a su entrevista con el FBI, en la que, llorosa y evidentemente nerviosa y preocupada, se le escucha hablar del esquema de corrupción que mantenía con Charbonier Laureano y de personas que estaban involucradas en el mismo. Asimismo, le explica que mientras ocurría la entrevista con el FBI, en un momento se fue a otra habitación y, usando el teléfono de la amiga con la que compartía su casa, logró contactar a Charbonier Laureano a través del teléfono de su esposo, y que la exlegisladora le dio instrucciones sobre cómo responder a los agentes federales.

Como parte de los testimonios se presentaron sólo tres instancias en las que Montes Rivera estuvo implicado. Una fue cuando Mangual alegó que Montes Rivera acudió a su hogar a buscar unas pastillas y, de paso, solicitó un dinero que Charbonier Laureano le había dado para que lo guardara. Esta alegó que el hombre puso el dinero en un vaso y lo dejó abandonado entre un pastizal para buscarlo luego. Aludió a que lo hizo por miedo a que agentes del FBI lo estuviesen siguiendo.

Montes Rivera también aparece implicado en las transacciones por ATH Móvil que Acevedo Ceballos realizó para transferir el dinero de soborno a la exlegisladora.

También se escucharon en el juicio fragmentos de una conversación telefónica entre el matrimonio, en el que Montes Rivera pidió a su esposa que no usara el dinero para viajes. En la comunicación, no se especificó que era el dinero que Acevedo Ceballos le entregaba.

El abogado Rebollo, como parte de sus esfuerzos para demostrar duda razonable sobre la prueba presentada por la Fiscalía federal, cuestionó la validez de la llamada interceptada al teléfono de Alemán Arce, imputando que la conversación estaba forzada por el interés que el FBI le había indicado a su informante.

Rebollo cuestionó también el hecho de que, un dinero marcado que el FBI le dio a Alemán Arce para que se lo pasara a Acevedo Ceballos, y que esta última se lo entregara a Charbonier Laureano como parte de las comisiones ilegales, no apareció en la casa de la exrepresentante durante el allanamiento y, en cambio, fue encontrado en poder de Acevedo Ceballos. Alegó que “los amantes se habían quedado con el dinero”.

El abogado cuestionó repetidamente a los agentes del FBI el hecho que se usara un informante que mantenía una relación amorosa con una de las personas que eran objeto de la investigación.

La abogada Hill, en tanto, enfocó parte de sus esfuerzos en mostrar que la cuenta bancaria a nombre de Montes Rivera, a través de la cual se hacían transferencias vinculadas al esquema ilegal era una conjunta con Charbonier Laureano, a la que la exrepresentante tenía pleno acceso, y que no se había mostrado más allá de duda razonable la participación de su cliente en esas transferencias relacionadas con el esquema.