Durante el año fiscal 2019-2020, que coincide con la pandemia del COVID-19, el Departamento de Corrección y Rehabilitación registró 59 muertes de confinados, 30 de estas por causas no naturales, una cifra que reveló hoy la secretaria de la agencia, Ana Escobar Pabón, ante la Comisión de Seguridad Pública y Asuntos del Veterano del Senado de Puerto Rico.

De las 30 muertes, el 83% fue por abuso de sustancias controladas, el 14% por homicidio y el 3% por suicidio, siendo estas las tres causas principales de los fallecimientos no naturales en las prisiones de la isla.

En lo que va del 2021, se han registrado 29 muertes no naturales y se perfila que sobrepase la cantidad que se registró en el año fiscal 2019-2020.

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Muertes en las cárceles (años fiscales):

  • 2015-2016 - 47 muertes en total, 16 no naturales
  • 2016-2017 - 38 muertes en total, 13 no naturales
  • 2017-2018 - 45 muertes en total, 15 no naturales
  • 2018-2019 - 47 muertes en total, 11 no naturales
  • 2019-2020 - 59 muertes en total, 30 no naturales

La mayoría de estas muertes no naturales ocurrieron en las instituciones carcelarias de Ponce y Bayamón, precisó la secretaria.

Ante la exposición de estas estadísticas, el senador y presidente de la comisión Henry Neumann Zayas levantó una serie de preocupaciones en cuanto a la seguridad de la población penal, que precisamente busca garantizar la Resolución del Senado 99, entre otros asuntos.

“Vemos unas cifras que son alarmantes en término de la cantidad de muertes que hemos tenido en nuestras cárceles”, manifestó el legislador. “Es un fallo, una deficiencia de parte del Departamento de Corrección en proteger a las personas que están confinadas”.

Una persona convicta “se me entrega para yo protegerla, darle programas de rehabilitación, y si ocurre que esta persona por causas no naturales pierde su vida, es un fallo en el sistema que opera el gobierno de la responsabilidad primaria que es tenerla custodiada y protegida por el tiempo que va a estar con nosotros”, reiteró Neumann Zayas, a lo que aseveró la secretaria.

Mientras, Escobar Pabón reconoció que a pesar que las cárceles son una zona donde no debe campear el trasiego de drogas, el problema persiste incluso con las restricciones que han impuesto por el coronavirus. Los traficantes se las han ingeniado con el uso de drones (aeronave no tripulada) para entregar sustancias en las ventanas de las celdas, particularmente en la zona sur, y otros lanzan paquetes o bultos al perímetro de la prisión. Para esto también se prestan algunos empleados de la agencia. En este 2021, cinco oficiales correccionales han sido arrestados por contrabando.

La dificultad se ha complicado con el contrabando de fentanilo, un potente analgésico opioide que si se consume puro a una cantidad tan pequeña como una cabeza de alfiler, puede ser fatal, destacó Escobar Pabón a preguntas de los senadores José Vargas Vidot y Rafael Bernabe Riefkohl, quienes acompañaron a Neumann Zayas en la vista.

Es un fallo, una deficiencia de parte del Departamento de Corrección en proteger a las personas que están confinadas.

-Henry Neumann Zayas, senador y presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Asuntos del Veterano

“Es tan ínfima la que se necesita. Puedo registrar los bultos en las entradas de las instituciones, puedo hacer registro físico a los empleados, podemos revisar a través de la unidad canina la detección de posible contaminación con sustancias controladas en alguna persona, pero es tan pequeño lo que la persona necesita y a veces se torna invisible, no puede detectarlo a simple vista, la droga está quizás en una hoja de papel, llave, vaso, cualquier lugar”, explicó.

Al momento, unas 10 muertes han sido vinculadas al fentanilo este año.

“Estamos identificando otros recursos y equipos más sofisticados que nos ayuden a detectar estas sustancias controladas, y esa en estos momentos es la más difícil que se nos ha hecho controlar su entrada”, señaló la secretaria.

“Debemos ser mucho más prudentes y proactivos en tomar las medidas necesarias con relación a evitar que este tipo de situaciones ocurran en todo momento, y para ello hemos establecido una serie de alternativas, propuestas, proyectos, adquisición de nuestros equipos de vigilancia, ‘body scanner’ para identificar si una persona entra con sustancias controladas o cualquier objeto de contrabando, y no vamos a escatimar en la petición de fondos para adquirir estos equipos que necesitamos, no vamos a escatimar en el adiestramiento de nuestro personal correccional y tampoco vamos a escatimar en poder identificar a través de las investigaciones que se están llevando a cabo a aquellas personas que deshonran la integridad del departamento”, declaró.

El 75% de la población que ingresa a las cárceles en algún momento consumió drogas o está activo al momento de entrar, mayormente heroína y cocaína.

El Departamento de Corrección y Rehabilitación actualmente administra 31 instituciones penales con una población de 7,239 reos. El costo de mantenimiento de un confinado es de $135 al día, sin contar los tratamientos médicos que necesite.