Nota: Este es el primero de siete artículos que conforman un reportaje sobre el rol de la juventud en las elecciones de noviembre y el esfuerzo de los partidos políticos por captar el voto de los jóvenes.

Son la generación de la crisis. La mayoría de los jóvenes boricuas no ha visto otra cosa que corrupción, una deuda que no tomaron y de la que tampoco se beneficiaron, una educación precarizada, un sistema de salud mercantilizado, un salario paupérrimo, recortes de derechos laborales y la migración masiva porque la clase política no les ha podido asegurar un mejor futuro en Puerto Rico.

Ellas y ellos estuvieron frente a los portones de la Universidad de Puerto Rico por 72 días. Sufrieron el embate del huracán María. Lideraron los esfuerzos para ayudar a los damnificados por los terremotos y hasta se enfrentaron a una pandemia. Fueron los que dominaron las calles por 15 días consecutivos durante el verano de 2019. Los que, hastiados de no ver progreso, decidieron exigir vehementes la dimisión de Ricardo Rosselló. Y lo lograron.

Estos jóvenes podrían ser claves en la elección de 2020, donde los que nacieron en el nuevo milenio, votarán –si se animan– por primera vez.

Sin embargo, durante el verano, en las calles había casi un consenso: insatisfacción con los dos partidos políticos que se han alternado en el poder.

“Los partidos políticos tradicionales, si quieren funcionar en este siglo, tienen que actualizarse porque siguen un ciclo vicioso y ponen los intereses de ellos primero que los intereses del pueblo. Eso no puede ser así”, sostuvo Gabriela Aponte, de 22 años.

Para Angélica Rivera, de 23 años, el Partido Nuevo Progresista y el Partido Popular Democrático “tienen una historia extensa de corrupción”. Mientras que, para Giovanni Cruz, de 26 años, el Partido Independentista Puertorriqueño lo que hace es “coger chavos y postularse para nada”.

“Los partidos tradicionales han hecho muchas cosas malas y se han metido mucho en la cabeza de las personas prometiendo cosas que no han cumplido y haciendo cosas que nos perjudican a todos para el bienestar de ellos. No les importa básicamente lo que el pueblo piense”, añadió Luis Ángel Falero, de 22 años.

Ni rojos, ni azules

Primera Hora habló hace unos meses con diez jóvenes universitarios –entre 19 y 26 años– y ninguno dijo categóricamente que se identificaba o votaría por algún partido político tradicional. Seis indicaron que buscan “algo nuevo” y, de esos, dos mencionaron al Movimiento Victoria Ciudadana como opción. Los otros cuatro dijeron que se informarán antes de tomar una decisión.

El 80% de estos jóvenes participó de las manifestaciones del Verano Boricua del 19 y el resto no pudo asistir por estar fuera del País. Mientras, el 100% está esperanzado –en mayor o menor grado– que las multitudinarias protestas tendrán un impacto en los próximos comicios.

“Hay personas que enaltecen las manifestaciones más de lo que es, pero creo que va a jugar un papel importante porque si ya pasó una vez, el pueblo sabe que puede volver a pasar”, expresó Adriana Rosa, de 21 años.

Pero, ¿qué tiene que tener un candidato o partido para que estos jóvenes los endosen?

Como consenso, mencionaron la seguridad, la salud y la educación accesible y de calidad. Sin embargo, sus inquietudes giran en torno a temas más específicos como: el cambio climático, el apoyo a la clase trabajadora, la búsqueda de salarios justos, la defensa de los derechos básicos de los más vulnerables –incluyendo los niños–, que los intereses del pueblo estén por encima de los partidos políticos y que aspiren a una vida digna para todos.

“Que sea una persona que esté consciente sobre nuestra situación colonial, que tenga ideas y que forme parte de espacios donde se crea una resistencia. Debería hablar mucho sobre la soberanía alimentaria, sobre la agricultura, que sea sustentable, ya que las tierras más fértiles que nosotros tenemos forman parte de Monsanto, que es un enemigo de nuestra tierra. Que haya seguridad para las mujeres, para la comunidad Lgbtq+. Que crea en un país sustentable y esté consciente del cambio climático”, detalló Rivera, estudiante de Historia de las Américas.

Baja participación

Los datos de la Comisión Estatal de Elecciones indican que cuatrienio tras cuatrienio los jóvenes no encuentran ese candidato ideal y desisten de ir a las urnas. Para las elecciones de 2000, votaron 682,104 personas de 18-34 años, de una población hábil de 877,727. Lo que significa que el 22% no participó del proceso.

Mientras, en los comicios de 2016, participaron 382,684 jóvenes, de un universo de 800,925. Esa vez, el 51% se quedó en su casa –o abandonó el País–.

En 16 años, la merma de la participación en ese renglón de la sociedad ha sido de 299,420 electores mozos. Una cantidad que sobrepasa los 175,831 votos que obtuvo la candidata independiente Alexandra Lúgaro en 2016 y que la convirtió en la tercera fuerza política.

La baja participación de los jóvenes contrasta con un aumento que hubo de 2012 a 2016 en el número de votantes hábiles de entre 18 y 34 años. Para la primera fecha, habían 720,039; cuatro años más tarde, el universo ascendió a 800,925. Esto representó un aumento de un 11.23% o 80,886 nuevos electores.

Por otro lado, desde 1984 no ha ocurrido un aumento, en términos generales, en el número de personas que asiste a los eventos electorales. En los comicios de 2016 participó el 56 % de los electores hábiles para votar, la segunda fecha más baja, superada por 1900 con 48 %.

Los jóvenes entrevistados están conscientes que, si salen a votar, podrían lograr un cambio en el próximo evento electoral o, al menos, comenzarlo con nuevas caras en la Legislatura y alcaldías.

“Necesitamos un cambio urgente y necesitamos que nos tomen en consideración. Nosotros vamos por encima del partido porque somos los que votamos, los que pagamos impuestos, los que estudiamos, los que trabajamos, los que mantenemos este país. Es inconcebible que en estos tiempos todavía a ellos no les quepa eso en la mente”, manifestó Aponte, estudiante de Sicología y Teatro.

Los otros artículos del reportaje son:

- Arduo el trabajo para que los partidos tradicionales recuperen la confianza de los jóvenes

- Movimiento Victoria Ciudadana: los jóvenes “no hemos visto un país en progreso”

- PIP: “La juventud fue protagonista en el Verano del 19 y puede serlo en las próximas elecciones”

- PNP: los jóvenes “están cansados de las mismas políticas, de las mismas mentiras, de la misma corrupción”

- PPD: “Los partidos tienen que entender que se transforman o mueren”

- Proyecto Dignidad convencido en que captará el voto joven con la “firmeza en sus valores”