El australiano Lochie Jones compartió en sus redes sociales un vídeo grabado en un cementerio ubicado en las cercanías del bosque de Aokigahara, en las faldas del monte Fuji, en Japón, un lugar conocido popularmente como “el bosque de los suicidios”.

En la grabación, publicada el 4 de agosto, se observa cómo el joven toma una moneda ritual para jugar a “cara o cruz” y decidir si beberse o no una lata de bebida colocada junto a una tumba, práctica habitual en Japón como ofrenda para saciar la sed de los difuntos.

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Finalmente, Jones abrió la lata, la consumió y eructó frente a la lápida, un gesto que fue considerado una falta grave de respeto hacia las tradiciones funerarias japonesas.

El material audiovisual se viralizó rápidamente y generó indignación en redes sociales locales.

Reacciones en redes y acusaciones

La publicación provocó una oleada de comentarios en la red social X (antes Twitter). “Este aspirante a g*****llas de Australia es otro clon de Johnny Somali que ha estado robando tumbas en Japón y haciendo cosas asquerosas”, escribió un usuario, en referencia al youtuber estadounidense que fue deportado tras protagonizar incidentes de desorden público y difundir mensajes xenófobos en el país.

Otro internauta señaló: “Esto es un delito, así que, por favor, arréstenlo”, y añadió: “Las políticas de turismo receptivo incentivan la delincuencia”, en alusión al debate creciente en Japón sobre el impacto del turismo masivo y su vínculo con comportamientos irrespetuosos por parte de algunos visitantes extranjeros.

La controversia aumentó tras difundirse otro vídeo en el que Jones aparece blandiendo una estupa, un monumento funerario budista, mientras hace bromas con una pistola de juguete.

En la misma grabación, se le ve manipulando una figura de conejo, también destinada como ofrenda funeraria, lo que reforzó las críticas en su contra.

El episodio recordó el caso del creador estadounidense Logan Paul en 2018, quien durante una transmisión en vivo mostró el cadáver de una persona en el bosque de Aokigahara mientras se reía. Ese incidente, ampliamente repudiado, generó un rechazo social comparable al que enfrenta ahora Jones.

Reacción diplomática

La polémica alcanzó incluso el ámbito diplomático. La Embajada de Australia en Tokio difundió un comunicado en el que llamó a sus ciudadanos a mantener la prudencia durante su estadía en Japón e hizo un llamado para que “se comporten adecuadamente durante su visita a Japón”, señaló la legación.

Además, indicó que colabora estrechamente con las autoridades locales para garantizar que los viajeros cumplen las leyes y normativas y que apoyará medidas para tomar acciones más estrictas en caso necesario.