Trujillo Alto.  Un inesperado y travieso visitante tiene alborotados a los residentes en el barrio Dos Bocas en Trujillo Alto.

Y es que un mono patas (Erythrocebus patas, por su nombre científico) decidió hace cinco días  adoptar a los vecinos del kilómetro 8 en la carretera PR-181 en Dos bocas, situación que  no parece molestarles aunque algunos admitieron estar preocupados por las enfermedades que pueda acarrear el primate.

Sin embargo, a diferencia de los avistamientos de monos Rhesus no domesticados en la zona de Bayamón y Guaynabo, el pequeño mamífero parece haberse escapado de alguna residencia cercana ya que en su cuello llevaba puesto un collar, implicando que podría ser una mascota extraviada.

“(El mono) ha cogido una confianza tremenda, se pasa en mi balcón y si me le pego, brinca y se sube al techo y se pone a jugar con las antenas pero hasta ahora no ha sido agresivo conmigo”, explicó Abraham Calderón Alexandrino, cuya residencia parece ser la favorita del mono a quien algunos vecinos ya bautizaron como “Monkey”. 

“Se pasa halándome las puertas y tratando de abrir las ventanas como para entrar. Hoy (ayer) es el cuarto día que está por aquí. Me da un poco de pena no le vayan a matar porque crean que es rabioso”, lamentó don Abraham quien parece disfrutar de la compañía de Monkey.

Asimismo, Mary Ann Sánchez, también vecina del lugar y quien fue la primera que dio la voz de alerta al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) sobre la presencia del primate, también parecía divertirse con la presencia de Monkey, aunque mostró reservas por su hija de 11 años.

Sánchez indicó que también le parece que el mono esté domesticado ya que por las noches  toca las ventanas de los vecinos, como pidiendo que lo dejen entrar a las casas.

La mujer también indicó que hizo pública la denuncia de la aparición del mono ya que, según aseguró, al llamar al DRNA a reportar el caso el despachador supuestamente le indicó que no tenían personal para atender la denuncia.

“Cuando me dijeron eso lo que hice fue mandar una foto que le tomamos a la prensa”, explicó.

Es un chamaquito

Manuel Rey, vigilante del DRNA quien atendió la situación,  explicó que se trataba de un mono patas joven que muy probablemente era una mascota exótica de algún residente cercano a quien se le escapó y llegó hasta la comunidad de Dos Bocas.

“Es un mono patas juvenil y se ve que es de una persona que lo tenía como mascota ilegalmente; tiene collar y no es tan arisco. Estos monos se encuentran mayormente en los valles de Lajas pero hay gente que les roba las crías a las monas que dan a luz y los venden como mascotas”, explicó el vigilante, quien al momento de la entrevista se encontraba en el lugar tratando de atraer al mono con un señuelo a una jaula para lograr atraparlo, una tarea que, según  Rey, tardaría uno o dos días en completarse dada la astucia de Monkey.

En un momento dado, y demostrando una sagacidad envidiable hasta para algunos humanos, se trepó encima de la jaula y, como desafiando la autoridad del vigilante, de un manotazo cerró la puerta de la misma y tranquilamente volvió a trepar el árbol de pana donde se esconde.

Rey explicó que no se pueden utilizar dardos tranquilizantes por el tamaño del animal y el riesgo que esto implica para los humanos.

“Es muy chiquito para tirarle un dardo; lo puede matar y si el dardo no le da  hay que peinar el lugar hasta encontrarlo, porque si un humano lo pisa el tranquilizante lo puede matar. Esos más bien se utilizan para animales más grandes”, explicó, a la vez que indicó que una vez se atrape a Monkey sería trasladado hasta el área de confinamiento del DRNA, en Cambalache, donde se mantendrá en cautiverio.

Por otra parte, Rey catalogó como un malentendido la denuncia que hiciera la vecina que  aseguró que se le indicó en las oficinas del DRNA que no había personal disponible para atender la querella.

“Posiblemente fue un malentendido porque no había personal en el momento de la llamada, porque yo recibí la querella (el miércoles) y hoy (ayer) por la mañana vine hasta acá”, explicó.