Desde antes del momento de la concepción del ser humano, el estado nutricional es crucial para el neurodesarrollo. Esa necesidad de nutrientes para el desarrollo del cerebro, la capacidad cognitiva y otros órganos esenciales continúa durante todo el proceso de crecimiento.

Algunas enfermedades y la malnutrición pueden desencadenar un deterioro del neurodesarrollo en edades tempranas. La malnutrición que puede ocurrir antes del período de embarazo y durante los primeros años de vida del niño, puede afectar grandemente el neurodesarrollo. Según la Organización Mundial de la Salud, la malnutrición es el exceso o la carencia de calorías o nutrimentos que pueden amenazar la salud de un individuo.

Entre las alteraciones al neurodesarrollo que pueden manifestarse se encuentran: un crecimiento atípico del cerebro, discapacidad sensorial, atraso en el desarrollo motor y del lenguaje, deficiencias cognitivas y dificultades de aprendizaje. Además, se puede percibir pobre regulación del comportamiento, incluyendo las destrezas sociales, la capacidad emocional y la atención. Se ha observado que los cuidados nutricionales intensivos en bebés prematuros, ofrecidos durante esa primera semana de vida, promueven un crecimiento y un desarrollo adecuados. Por tanto, la intervención nutricional temprana origina un mejor crecimiento en peso, longitud y circunferencia de la cabeza. Asimismo, se han visto mejoras del desarrollo cognitivo y de la capacidad de atención.

Para prevenir las complicaciones en el neurodesarrollo, se debe prestar atención a la alimentación desde antes que la madre quede embarazada, durante el embarazo, mientras se esté lactando y en el período de desarrollo de la niñez. A continuación, te ofrecemos una lista de algunos nutrimientos que refuerzan un neurodesarrollo adecuado:

Proteínas

  • Las proteínas están involucradas en un sinnúmero de funciones en el cuerpo como la creación de tejidos y hormonas. De haber deficiencia en proteínas, se puede deteriorar el neurodesarrollo, la producción de neurotransmisores del cerebro y el desarrollo del sistema nervioso.
  • Fuentes de alimentos: leche materna, pollo, carnes, pescado, huevo, lácteos, yogur, quesos, gandules, habichuelas, garbanzos, soya y tofu.

Ácidos grasos

  • Nos referimos, específicamente, a los ácidos grasos poliinsaturados como el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido araquidónico (AA). Estos están involucrados en el crecimiento y el funcionamiento del cerebro desde el desarrollo del bebé en la madre. Si hay deficiencia de ácidos grasos se pueden afectar el neurodesarrollo y el desarrollo visual.
  • Fuentes de alimentos: leche materna, salmón, sardinas, atún, huevo, aceite de canola, nueces, almendras, semillas de calabaza, girasol y sésamo.

Hierro

  • Importante tanto para la transportación de oxígeno en la sangre como para la síntesis de neurotransmisores y la formación de glóbulos rojos. En el período de deficiencia, podrían afectarse el desarrollo motor, el neurodesarrollo, la capacidad de atención y la memoria.
  • Fuentes de alimentos: hígado, carnes, pollo, pescado, nueces, habichuelas, semillas y espinacas.

Folato

  • Esta vitamina del complejo B es esencial para el desarrollo del tubo neural, la formación de glóbulos rojos y el crecimiento. Si se presenta una deficiencia en la madre, puede ocasionar atraso en el neurodesarrollo y en el crecimiento del bebé.
  • Fuentes de alimentos: leche materna, cereales fortificados y vegetales de hoja verde.

Zinc

  • Este mineral también promueve el crecimiento adecuado y trabaja en las funciones exitosas de los neurotransmisores y la corteza cerebral. Se pueden afectar la capacidad de atención, el desarrollo motor y el crecimiento del cerebro, si hay deficiencia de zinc.
  • Fuentes de alimentos: leche materna, vegetales de hoja verde oscura, cerdo, mariscos, almendras y setas.

Yodo

  • Nuestro cuerpo necesita el yodo en pequeñas cantidades para el desarrollo cognitivo y un neurodesarrollo adecuados. Se ha observado que, si la madre tiene deficiencia de yodo, el neurodesarrollo y el crecimiento del bebe se deterioran o se estancan.
  • Fuentes de alimentos: leche materna, sal iodada, lácteos y mariscos.

Vitamina D

  • Esta vitamina, además de optimizar la salud ósea, promueve el neurodesarrollo y protege contra la demencia y las enfermedades cardiovasculares. Las personas que se mantienen bajo techo, sin recibir luz solar, pueden presentar deficiencia de vitamina D. Por ejemplo, personas encamadas, con sobrepeso u obesidad, o que tengan interacciones con algún medicamento.
  • Fuentes de alimentos: leche materna, alimentos fortificados, setas, salmón, huevo, quesos y luz solar.

Recordemos que la población con deficiencias en el neurodesarrollo tiene múltiples factores de riesgo, que la llevan a requerir intervenciones nutricionales. Entre los factores de riesgo se destacan: las alteraciones en el desarrollo, el atraso del crecimiento, la obesidad, los trastornos metabólicos y las habilidades deficientes de alimentación.

El nutricionista-dietista licenciado es el profesional con la preparación y el conocimiento para apoyar a los padres y a las madres en la evaluación de la alimentación de sus hijos con desarrollo típico o con condiciones especiales. Los nutricionistas-dietistas podemos crear estrategias e intervenciones individuales que promuevan el consumo de los nutrimentos necesarios para cada individuo, durante cualquier etapa del ciclo de vida. Si esta labor se une con el equipo multidisciplinario de profesionales de la salud, incluyendo la participación familiar, se pueden impulsar un neurodesarrollo y un crecimiento óptimos durante la niñez.

La autora es Nutricionista-Dietista miembro del CNDPR.