Los niños en edad preescolar (3-5 años) están en constante aprendizaje y atentos a lo que realizan los adultos para imitarlos. Durante esta etapa, es importante establecer hábitos saludables de alimentación que perduren a través de los años y les ayuden al crecimiento y desarrollo adecuados, con el fin de prevenir enfermedades nutricionales. El papel de los padres y cuidadores es vital, ya que son los responsables de la alimentación del niño y toman decisiones sobre los alimentos que les ofrecen a diario. Dentro de lo complejo que puede ser alimentar saludablemente a un preescolar debes tomar en cuenta que, durante esta etapa, disminuyen el apetito y el interés por los alimentos.

Si este es tu caso, no te desesperes. Para motivar nuevamente a tu niño, toma en consideración las siguientes recomendaciones.

  • Planifica las comidas y meriendas que prepararás durante la semana. Este hábito te ayudará a tener a la mano alimentos saludables y no tendrás que improvisar y recurrir a alternativas no saludables.
  • Durante la planificación del menú o mientras cocinas, involucra al niño para que se familiarice con los alimentos.
  • Ofrece variedad de alimentos. Algunos alimentos, probablemente, los rechace de la primera, esto es parte del proceso de explorar los alimentos. En una próxima ocasión, se lo debes volver a ofrecer en una porción más pequeña.
  • Establece horarios fijos para las comidas (desayuno, almuerzo, cena y meriendas).
  • Enseña a tu niño a poner la mesa.
  • A la hora de comer, se deben sentar a la mesa y evitar distracciones como el televisor, juguetes o juegos electrónicos.
  • Antes de sentarse a comer, debe estar tranquilo. No es recomendable sentarlo, si está jugando o llorando. Dale unos minutos para que descanse.
  • Si el niño rechaza comer, no sustituyas el alimento por otro del agrado del niño. Si, por ejemplo, el niño no quiere almorzar, no le ofrezcas otras alternativas de alimento, simplemente, espera a la próxima comida (merienda o cena) para ofrecer los alimentos nuevamente.
  • Ofrece la misma comida a toda la familia; no pasará nada si tu niño no quiere comer de vez en cuando.
  • Sirve porciones pequeñas. Es mejor poco y que desee repetir, que mucho y se rehúse a comer.
  • Cuando ofrezcas meriendas, estas deben ser livianas para que tenga apetito para la próxima comida.

Entonces, ¿qué debemos hacer para aprovechar esos momentos en que los niños tienen apetito y quieren comer? Los niños pueden comer de todo tipo de alimentos, sin olvidar que sus porciones no se comparan con las de un adulto. En ocasiones, a los niños les toma tiempo aceptar alimentos nuevos. Continúa ofreciéndolos en porciones pequeñas más veces, ya que puede tomarte muchos intentos antes de que el niño acepte el alimento nuevo.

Para tener éxito con la alimentación de tu niño debes:

  • Dar buen ejemplo. Ten hábitos de alimentación saludables.
  • La alimentación de tu niño debe ser equilibrada y variada en sabores, texturas, consistencia y colores para acostumbrarlo a comer de todo.
  • Es esencial una dieta balanceada. Esta debe incluir los cinco principales grupos de alimentos: cereales, vegetales, frutas, proteínas y lácteos. En el caso de dietas vegetarianas, omite el grupo de lácteos y, de igual forma, podrás tener una alimentación balanceada, obteniendo los nutrientes de fuente vegetal.
  • Ten siempre disponibles meriendas saludables. Estas son la mejor oportunidad para garantizar que los niños reciban las calorías y nutrientes que necesitan, ya que, en ocasiones, no consumen correctamente a la hora de la comida. Aprovecha el momento de la merienda para ofrecer frutas, vegetales, yogur, queso, pan o galletas integrales, y nueces.
  • Ofrece agua en todo momento. El agua es la única bebida indispensable.

Como parte del desarrollo de hábitos saludables, es fundamental que se eviten los alimentos altos en azúcar como: cereales de desayuno azucarados, galletas, bizcochos, dulces, mantecado, refrescos, jugos, y los productos procesados y empacados, ya que contienen grasa, sodio, colorantes y preservativos en grandes cantidades. Estos productos no le hacen bien a tu niño, son una bomba de tiempo, si se consumen con frecuencia, lo que provocaría obesidad, colesterol alto, diabetes, caries, problemas visuales, déficit cognitivo y problemas en el aprendizaje y desarrollo del cerebro, entre otros. Al consumir estos productos, se pone en riesgo la salud de tu niño a corto y largo plazo.

Como parte de establecer hábitos saludables, es recomendable que los niños tengan tiempo de actividad física diariamente. Elige actividades en familia como, por ejemplo, jugar en el parque, correr, brincar, correr bicicleta, nadar o practicar algún deporte. Hacer ejercicios es beneficioso para adultos y niños.

Puedes utilizar este plan como guía, recordando que el apetito de los niños varía, por lo cual no te debes preocupar si tu niño no come las cantidades esperadas diariamente.

La autora es nutricionista y miembro del CNDPR.