Durante las diversas etapas de vida, nuestras necesidades nutricionales varían, por lo cual es importante considerar varios aspectos.

Infantes

Por ejemplo, desde el nacimiento hasta los seis meses, se recomienda la alimentación exclusiva con leche materna o fórmula infantil.

Cada infante tiene la habilidad de regular su apetito, por lo tanto, no hay forma de establecer un patrón exclusivo de alimentación. Es necesario consultar con el médico una posible suplementación con vitamina D.

Posterior a los seis meses, se podría iniciar la alimentación complementaria. Es de suma importancia que cumpla con ciertas señales, las cuales puedes validar con el pediatra.

A través de la alimentación del infante se deben incluir varios grupos de alimentos como vegetales, frutas, cereales, farináceos, grasas y proteínas.

En esta etapa, es importante considerar el tamaño y la consistencia de los alimentos para asegurar un masticado y tragado apropiados.

Se recomienda esperar, al menos tres días, antes de comenzar un nuevo alimento para descartar alguna alergia. Es recomendado que la preparación de los alimentos se realice individualmente, sin condimentos ni azúcares añadidos.

La ganancia en peso y estatura son dos aspectos relevantes para monitorear durante el crecimiento y desarrollo. El médico o nutricionista-dietista los monitorean, utilizando herramientas como las curvas de crecimiento.

Niñez y adolescencia

Además de la alimentación, es importante considerar la ingesta de agua durante el día. En la niñez y la adolescencia se debe continuar incluyendo una variedad de grupos de alimentos.

Durante esta etapa se puede desarrollar afinidad o rechazo por algunos alimentos. Una estrategia puede ser involucrar a los niños en la preparación de los alimentos para aumentar la aceptabilidad.

Es importante considerar la fibra en su alimentación, la cual se puede obtener a través de vegetales, granos enteros, frutas y otros alimentos. Para su crecimiento adecuado, se deben incluir alimentos altos en calcio o fortificados como los lácteos.

Otro aspecto a considerar son las meriendas que llevan a la escuela. Sugiero que seleccionen opciones bajas en sodio (140 mg o menos), evitar azúcares añadidas y preferir opciones altas en fibra, obteniendo así la nutrición adecuada para el crecimiento y el aprendizaje óptimos.

La actividad física es fundamental para el crecimiento del cuerpo. Se recomiendan, al menos, 60 minutos diarios, entre los cuales puedes incluir correr bicicleta o jugar algún deporte, entre otros.

Mantener un peso saludable a lo largo de la vida ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas.

Adultez

En la adultez se deben considerar continuar incluyendo alimentos altos en calcio y vitamina D para la salud ósea. Además, incluir una variedad de colores en el plato es una buena idea para alcanzar los nutrientes necesarios.

Preferir condimentar las comidas con hierbas y especias es una estrategia para reducir el consumo de sodio. De igual modo, es importante limitar el consumo de alimentos elevados en grasas saturadas y azúcares añadidas.

Se debe destacar que la necesidad del hombre y la mujer es distinta, con relación al tamaño de las porciones, considerando la estructura ósea y el metabolismo.

Uno de los nutrientes a considerar en el adulto mayor es la proteína para mantener la masa muscular y unos niveles adecuados de vitamina B12, ya que algunos medicamentos pueden afectar su absorción.

Con la edad, se puede perder la sensación de sed. Por esto, se debe tomar agua frecuentemente; y, antes de usar algún suplemento nutricional, hay que consultar con el médico.

Es importante mantenerse activo, al menos, 150 minutos a la semana, realizando la actividad física favorita.

Finalmente, consultar con un nutricionista-dietista licenciado en cada etapa de la vida puede ayudar a las personas a identificar sus necesidades y brindarles recomendaciones individualizadas.

La autora es nutricionista dietista licenciada y miembro del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico.