La diabetes por sí misma no causa problemas de tiroides, sin embargo, quienes padecen de un trastorno autoinmune están en mayor riesgo de padecer otras enfermedades relacionadas. Entiéndase, que las afecciones autoinmunes, que es cuando el mismo sistema ataca los órganos del cuerpo, exponen al organismo a desarrollar diferentes enfermedades.

“En un diagnóstico de diabetes tipo 1, que es una condición autoinmune —donde el sistema se equivoca y empieza a atacar el páncreas—, puede pasar lo mismo con la tiroides. Cuando el paciente de diabetes tipo 1 lleva un tiempo prolongado con la enfermedad, hay que hacerle cernimiento de tiroides porque puede desarrollar problemas en la glándula tiroides, ya sea hipotiroidismo o hipertiroidismo”, explicó la endocrinóloga y miembro de la junta de la Asociación Puertorriqueña de Diabetes, doctora Paola Mansilla.

Tanto la diabetes como los trastornos de las tiroides implican cambios hormonales y son las afecciones más comunes que tratan los endocrinólogos. En Puerto Rico, el hipotiroidismo figura entre un 20 a 23 % de la población, con mayor prevalencia en la mujer. Mientras que el 17 % (uno de cada seis) de la población adulta vive con diabetes, según las estadísticas del Sistema de Vigilancia del Departamento de Salud. Ambas enfermedades son más prevalentes en los adultos.

La doctora mencionó que, una vez que el paciente tiene un trastorno autoinmune, aumenta la probabilidad de que desarrolle otro a lo largo de su vida. Uno de los más comunes son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. Igualmente, puede desarrollar otras enfermedades como asma o artritis reumatoidea. Una tiroides hipoactiva puede provocar aumento de peso y ritmo cardíaco lento.

“Si un paciente que es diabético está descontrolado de la tiroides, por ejemplo, que tenga hipotiroidismo, va a ser menos sensible a muchas cosas del metabolismo, incluyendo la insulina. Todos los procesos van a ocurrir más lentos, así que, ese paciente puede aumentar de peso y, al aumentar de peso, se vuelve más resistente a la insulina y, obviamente, su glucosilada va a empezar a subir”, detalló la especialista en síndromes metabólicos. Por ende, la doctora insistió en que es muy importante que un paciente con hipotiroidismo tenga su TSH (análisis de sangre estándar de la hormona estimulante de la tirotropina) dentro de los niveles normales para que el manejo de la diabetes sea efectivo y, por lo tanto, se controle la glicosiladas y las glucosas.

“Si el hipotiroidismo está descontrolado, tengo que controlarlo primero para que el paciente no aumente de peso, los procesos puedan ser más rápidos y pueda ser más sensitivo a la insulina o al manejo que yo le doy. Sin embargo, un paciente que esté descompensado de su diabetes no quiere decir que necesariamente me va a descontrolar la tiroides”, puntualizó.

En los pacientes con diabetes tipo 2, aunque no existe una relación estrecha, la doctora indicó que pudiera influir el aumento de peso en los pacientes, lo cual puede afectar la resistencia a la insulina, requiriendo más tratamiento y un manejo más intenso de sus terapias.

La Asociación Americana de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés) recomienda la detección de problemas de tiroides poco después del diagnóstico de diabetes tipo 1, con un análisis de sangre estándar de la hormona estimulante de la tirotropina (TSH).

La endocrinóloga añadió que es importante monitorear a los pacientes que desarrollan diabetes tipo 1 desde temprana edad, ya que podrían presentar otra enfermedad autoinmune, siendo la más común el hipotiroidismo.

“Así que, a esos niños, hay que hacerles cernimientos desde pequeños, porque, eventualmente, pueden desarrollar el padecimiento y, si no se logra una detección temprana, el paciente va a tener otros desórdenes metabólicos, incluso, problemas de crecimiento”, aseveró.

El 25 % de los niños con diabetes tipo 1 sufre de hipotiroidismo autoinmune. Es importante destacar que no todas las personas con diabetes desarrollarán problemas de tiroides y viceversa. La relación entre estas dos enfermedades puede variar de una persona a otra. Además, existen otras variables como la genética y los factores ambientales que también desempeñan un papel en la aparición de estas afecciones.

Como parte de las medidas preventivas, se aconseja una dieta nutritiva, hacer ejercicios con regularidad, manejo de estrés y mantener un peso saludable. Además, se recomienda el cernimiento de otras enfermedades autoinmunes y es vital la adherencia a los medicamentos.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.