Vivimos en un mundo lleno de factores que nos pueden abrumar. Nos desenvolvemos en una sociedad hiperdigitalizada en donde la tecnología comunicativa parece que nunca cesa. Los productos que consumimos en nuestra vida diaria van aumentando de precio y no llegamos a fin de mes. Nos levantamos para movernos a nuestras actividades, atrapados en un tránsito continuo que solo parece incluir tráfico incesante de congestión vehicular. En nuestras casas, también sobran las responsabilidades y las tareas. Además de todo esto, hace casi dos años que tenemos encima una pandemia que ha alterado las rutinas y la salud. La incertidumbre crece entre nosotros.

Valida tus experiencias

“Tiene sentido que estemos estresados y, a la misma vez, para poder mejorar, debemos pensar: ‘qué tengo como persona que me puedan ayudar’”, apuntó la psicóloga clínica Norka Polanco Frontera. O sea, que en esta vida de notificaciones, ruidos y exigencias, también podemos “validar nuestras experiencias” para que nuestros pensamientos no se conviertan en otra fuente de agotamiento.

Aunque sí hay momentos en que nuestra mente se puede llenar de pensamientos que son irracionales, desagradables, o poco saludables, para poder vivir en bienestar, debemos desarrollar destrezas y buscar herramientas para vivir en plenitud. La doctora Polanco Frontera recomendó el autocuidado: “incorporar en el día rutinas que nos permitan cuidarnos”. Añadió algunos ejercicios del modelo de tercera ola o mindfulness, como aprender a respirar de forma consciente, hacer actividades que activen los sentidos y realizar ejercicios de relajación.

“La práctica del mindfulness es la toma de conciencia. Es una estrategia para aprender a convivir con esos pensamientos que las personas tienen”, explicó. “Enseñamos a reconocerlos y a reconocer cómo se sienten”.

Permítete sentir

Con ella concordóla psicóloga clínica Bárbara Barros Cartagena. “La meta no puede ser no pensar o no sentir. Si tu enfoque es tener la mente en blanco, y no puedes, no tendrás el break. La meta no debe ser dejar de sentir la emoción, sino regularla efectivamente”.

Se refiere a que, para que nuestros pensamientos dejen de visualizarse como una carga, tenemos que aprender a entenderlos y buscar maneras de mitigar el daño que causan. “[A veces hay] que tomar espacios para recargar energías. Si el pensamiento está, que no te impacte”, fue su primera recomendación.

Hazte consciente

Otras estrategias que compartió la especialista en psicología de la salud de la mujer, tienen que ver con buscar conscientemente nuestro espacio y utilizar nuestros cinco sentidos. Por ejemplo, tratar de identificar y alejarnos físicamente de las situaciones o las personas que nos quiten la calma; realizar actividades placenteras donde nos sintamos en comodidad; tener un ciclo de sueño que nos beneficie y nos permita descansar plenamente; y comenzar a escribir con regularidad problemas que vayamos identificando para luego intentar buscar soluciones.

Ambas psicólogas enfatizaron en que hay que darnos la oportunidad de saber cuándo estas herramientas no son suficientes y es tiempo de hacer una cita con profesionales de la salud mental.

Para Polanco Fronteras, esta decisión puede tomarse cuando se alteran nuestras rutinas de manera insostenible, como no poder realizar tareas diarias, o si nos aislamos de nuestros círculos y nuestras rutinas.

Barros Cartagena añadió que debemos “buscar ayuda profesional para manejar las emociones, desarrollar destrezas para afrontar las situaciones de la vida y promover tu bienestar. Buscar ayuda profesional no nos hace más débiles, si no que refleja el deseo de cuidar de nuestra salud mental y de trabajar para vivir una vida que valga la pena vivir”.