Desde niño, el doctor Andrés Pérez Román supo que quería ser médico, lo que no sabía era en cuál rama especializarse. Pero, un accidente marítimo a sus 20 años en la ciudad de Miami, Florida, que lo llevó a una sala de intensivo por tres meses, se encargó de darle la respuesta de lo que ahora describe como su misión de vida. Varias fracturas en su cuerpo, incluyendo en la pelvis, cadera y pubis, inhabilitaron su capacidad de caminar. “Demoré un año para volver a caminar, hasta que fui mejorando”, recordó.

Sin embargo, estas no fueron las únicas consecuencias que el accidente ocasionó al joven natural de Guaynabo. Confesó que, por un tiempo, sufrió de disfunción eréctil. “Imagínate, un muchacho de 20 años que no está funcionando como quiere. Gracias a Dios, la ventaja de tener 20 años, un urólogo especialista en sexualidad y los medicamentos me ayudaron a mejorar”, contó.

De la experiencia que atravesó, Andrés hizo su misión y propósito de vida. “Siempre me quedé con eso por dentro y cuando terminé medicina, que era el momento de escoger la especialidad, me fui por urología, porque era algo que me llamaba. Dentro de la urología, me fui por la rama que yo sentía que le podía devolver a los pacientes lo que recibí cuando sufrí para que puedan mejorar y no padecer de ese problema. Es una condición que te puede hacer sentir menos hombre, te puede dar depresión o ansiedad, porque eso es parte de uno”, aseveró.

Desde su experiencia, conocimientos y habilidades, el especialista en salud sexual y disfunción eréctil ofrece a los pacientes un espacio seguro, discreto y empático para que puedan expresarse y, juntos, encontrar el tratamiento adecuado. “Como paciente, para mí lo primero es que el paciente esté bien y satisfecho. Yo fui parte de ellos, yo sufrí esa condición en algún momento y, desde mi experiencia, les doy la oportunidad y la tranquilidad para que se abran un poco conmigo y puedan hablar de este tema tan sensible”, sostuvo.

Cambiando las barreras del silencio por satisfacción y bienestar

Andrés reconoció que el tema de la sexualidad y la disfunción eréctil permea como un tabú, por lo quiere romper las creencias que limitan al hombre y a las parejas hablar de la condición y buscar ayuda para revitalizar su vida íntima.

“Mi misión es darles a los hombres un espacio donde se sientan cómodos y en plena confianza para hablar de estos temas que son tabús, que nadie quiere hablar. El hombre puede padecer de esta condición y de ninguna manera se lo dice al amigo, porque piensa que lo va a ‘bulear’ y que está solo. Vive con este trauma solo, sin querer compartirlo con nadie, mientras que por dentro se lo está comiendo. A veces, se siente hasta avergonzado y yo quiero romper con eso y que sienta esa confianza de hablar sobre el tema, que sepa que es una enfermedad como cualquier otra y que, en las manos correctas, tiene solución”, afirmó.

“Al yo haber sido paciente, estoy ahora del otro lado y sé las cosas que me gustaron de unos médicos y las que no. También sé las cosas que a mí me hubieran gustado como paciente y eso es lo que yo trato de ofrecerle a mis pacientes en la clínica Prosthetic Urology”.

Primordial la educación

Cuando el paciente comprende que es un padecimiento como cualquier otro, es más fácil lograr la apertura en la relación médico paciente. “Es como tener diabetes o presión alta; es una enfermedad que le da a los hombres, solo que, como consecuencia, causa disfunción eréctil. Mientras más temprano, más fácil es de tratar, porque tenemos tratamientos de mantenimiento y prevención, y no hay que llegar a algo más invasivo”, informó.

La disfunción eréctil puede ocurrir en pacientes de diferentes edades por diferentes componentes, ya sean fisiológicos, psicológicos u hormonales. Puede ser que la persona:

  • nunca tenga una erección;
  • a veces tenga una erección y a veces no;
  • comience el acto de tener penetración y pierda la erección.

La evaluación comienza con una conversación sencilla y un estudio de ultrasonido del pene donde se toman las medidas de las presiones que hay en el pene, y, de ahí, se calcula si la disfunción es basada en un fallo arterial (no está llegando suficiente sangre para crear una erección) o a un fallo venoso (la sangre llega, pero se va muy rápido; hay un escape). Basados en los resultados de ese estudio es que se ofrece el tratamiento. Entre estos, el urólogo mencionó, como menos invasivos, los medicamentos y las ondas de choques. Además, está la prótesis de pene (conocida como “la bombita”), que es un implante que tienen una tasa de satisfacción alta para el paciente y la pareja. “Funciona muy bien y los pacientes nunca se arrepienten de ponérsela. Los educo y les explico que, si es lo que necesitan y les hace falta, tendrán una tasa de satisfacción de 98 % tanto para el paciente como para la pareja”, enfatizó.

Aumentar la confianza y el bienestar en la intimidad

En el área estética, el doctor indicó que existe un procedimiento que ayuda a fomentar la confianza y autoestima masculina, a la vez que proporciona bienestar, al modificar la apariencia y el tamaño del pene. PhalloFILL es un procedimiento innovador, seguro, no invasivo y de larga duración con resultado inmediatos. “El engrosamiento de pene es un tratamiento más estético, no quirúrgico, y con una alta tasa de satisfacción para el paciente. Se inyectan rellenos de ácido hialurónico aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) que hacen que el paciente tenga un mejor grosor, que, al final del día, es lo más importante, porque da más satisfacción a la pareja”, aseveró el urólogo, quien se especializó en prótesis masculinas bajo el renombrado doctor Edward Gheiler, en Miami, Florida.

Al paciente que esté interesado en este tratamiento se le hace una evaluación donde se toman las medidas y se discute un plan para acordar cuánto grosor se puede trabajar en la sesión. El doctor Pérez Román es el único cirujano certificado en Puerto Rico con especialización en urología cosmética y agrandamiento de pene.

Puerto Rico como prioridad

“Quiero que los hombres de Puerto Rico sepan que lo viví y estoy aquí para ayudarles”. Aunque el galeno tuvo valiosas propuestas para quedarse en Miami, subrayó lo importante que era para él regresar a su país y atender a una población necesitada de un urólogo especializado en disfunción eréctil. “Crear esta clínica dirigida al hombre ha significado mucho para mí y quisiera poder hacer más. Espero que el mensaje les llegue y sepan que tienen ayuda y un espacio cómodo para que hablen en confianza. Aquí hay alguien dispuesto a dar todo por ellos y llevarlos a donde queremos estar. Hice mi subespecialidad en disfunción eréctil para ayudarte a ti, sabemos que no es fácil admitirlo, pero te queremos ayudar”, puntualizó.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.