Dr. Jhon Guerra: un héroe de “bata blanca” que lucha contra el cáncer
“Mi misión es hacer todo lo que esté a mi alcance, como persona, como ser humano, como oncólogo, junto con el equipo multidisciplinario, para que los niños se puedan curar”
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Hace 27 años, el hematólogo oncólogo pediátrico Jhon Guerra, llegó desde Colombia a Puerto Rico para dedicarse a ayudar a los niños pacientes de cáncer. Desde entonces, no ha descansado en su misión de salvar vidas, y, ahora, lo hace a través de su programa Hope Wonders Oncology Care, en el Puerto Rico Women and Children’s Hospital de Bayamón, el único programa a nivel privado para tratar a niños con cáncer en la isla. Su preparación, experiencia y labor como hematólogo oncólogo pediátrico con subespecialidades en trasplante de medula ósea y neurooncología pediátrica lo han destacado en la lucha contra el cáncer pediátrico, pero no hay un título o logro que vaya por encima de su pasión por las vidas.
“Mi misión es hacer todo lo que esté a mi alcance –como persona, como ser humano, como oncólogo–, junto con el equipo multidisciplinario, para que los niños se puedan curar; no solo que estén en un proceso de remisión, sino que se curen completamente”, expresó el galeno, quien se especializa en el manejo y tratamiento de tumores del sistema nervioso central en niños y cuya pasión de servir es parte de su ADN, ya que, desde muy niño, confesó, portaba con orgullo una bata blanca, mostrando indicios de su vocación.
“Desde mis 5 y 6 años andaba con una bata de esas blancas y encorbatado, pero no vengo de una familia de médicos. Nosotros somos nueve hermanos y mis padres fueron personas muy humildes, que solo tuvieron la escuela elemental. Mi madre (María Evangelina Moreno) era modista y nos sacó adelante ella solita. Aunque ya no está con nosotros desde el año pasado, ella fue la inspiradora en todo este proceso desde que era un niño”, relató el médico.
Cuando llegó el momento de estudiar, Guerra se decidió por la medicina y se encontraba en su tercer año de pediatría cuando le llegó a su corazón el deseo de trabajar en pro de los pacientes de cáncer.
“Me habían aceptado en una posición para ir Tulane University, en New Orleans, para hacer neurología pediátrica, pero esos meses antes de terminar, como era jefe de residentes, tuve una rotación electiva que fue oncología pediátrica y eso fue como un amor a primera vista. Cuando empecé a trabajar con los niños de cáncer fue cuando tomé la decisión de renunciar a la posición de neurología y tomar el camino de la oncología pediátrica. Han pasado 24 años desde [que tomé] esa decisión”, dijo Guerra.
Ese cambio de dirección ha impactado no solo su vida, sino también la de muchos pacientes y sus familias, quienes han tenido al oncólogo Guerra en su frente de batalla contra esta enfermedad.
“Para los papás, cuando un niño se diagnostica con cáncer, es una tragedia; una catástrofe. Yo trato de cambiar de mentalidad a los papás de que, cuando se diagnostica con cáncer, no quiere decir que se va a morir. Así estemos ante el peor escenario, siempre hay que mirar todo de una manera positiva. Eso me ha funcionado. Lo más bonito es poder entregarle el paciente completamente curado a sus padres”, señaló el héroe de bata blanca.
Sin duda, los momentos más gloriosos para el doctor Guerra son las reuniones para tocar la campana en señal de sanación de un paciente. Esas son las victorias más hermosas que se lleva en su profesión.
“Nosotros tenemos establecido que, cuando un niño termina tratamiento y hay evidencia de que no tiene enfermedad residual o que está en remisión completa, pues hacemos este evento que es muy importante para todos, sobre todo para mí, poder contribuir para que el niño y la familia estén ahí tocando la campana y que sean felices. Realmente, eso es de las cosas más bonitas de esta carrera”.
Sin embargo, como en toda batalla, hay sus victorias y derrotas. Y, uno de los más grandes desafíos que ha enfrentado como oncólogo pediátrico es luchar contra el enemigo del cáncer, y en algunos casos, no poder vencerlo.
“Una de las frustraciones es que todavía falta un camino por recorrer para que todos los niños se puedan curar. Se ha avanzado muchísimo en el manejo, el tratamiento y la sobrevida de los pacientes pediátricos con cáncer, pero todavía nos falta un poco. Eso es lo más difícil, uno siempre quiere que todos los niños se puedan curar, ese es mi sueño de vida; tratar de contribuir con mi granito de arena para que todos esos niños con cáncer pediátrico se puedan curar”, mencionó el doctor.
Atender el cáncer en la población pediátrica es una misión que cala hondo en el corazón, y el oncólogo ha tenido que aprender a manejar esa área de los sentimientos para no quebrantarse, sino poder ser esa fortaleza y ayuda para los pacientes y sus familias.
“A veces, la gente me pregunta: ‘doctor, ¿cómo hace para bregar con estas situaciones tan tristes?’. Uno trata de que esas situaciones no le afecten; trato de dar lo mejor de mí para que todos los pacientes se puedan curar. Pero, por más que uno haga lo que haga, hay veces que no ocurre y ese tipo de situaciones es muy triste”, confesó doctor Guerra.
Dentro de las experiencias más tristes, el médico recuerda el caso de una joven que caló hondo en su corazón.
“Era una niña con un tumor cerebral que se llama glioblastoma multiforme; es un tumor extremadamente malo, el más malo, que por más de que hagas lo que hagas es difícil que un paciente tenga una sobrevida a largo plazo. Esa nena tenía una familia extraordinaria, hubo una química muy profunda, incluso yo estuve en su quinceañero, bailando el vals con ella. Fue muy bonito ese momento porque, aunque tengo mucha fe, yo sabía en el fondo de mi corazón que la niña, probablemente, no iba a poder salir de su proceso, y así, infortunadamente, ocurrió y para mí fue muy triste”, relató el oncólogo pediátrico.
Hope Wonders Oncology Care: Su frente de batalla
A pesar de lo duro de la batalla y la fuerza que hace el cáncer como enemigo, el director del programa Hope Wonders Oncology Care en el Puerto Rico Women and Children’s Hospital, en Bayamón, confía en que cuenta con un programa completo y los mejores aliados en su lucha contra el cáncer pediátrico.
“Ahora mismo, es el único programa a nivel privado para tratar niños con cáncer. Contamos con un grupo multidisciplinario, con el apoyo de los colegas oncólogos y subespecialistas como cardiólogo, neurólogo, fisiatras, endocrinólogos y nefrólogos, aparte de las instalaciones del hospital. Trabajamos para proveer el mejor tratamiento y poder dar las mejores sobrevidas comparables a los mejores centros de Estados Unidos”, aseguró el doctor.
De hecho, el pasado 2 de agosto, se inauguró la nueva unidad de hospitalizados y sus expectativas son altas.
“Hemos estado trabajando la unidad nueva de oncología con todos los estándares, inauguramos la unidad de hospitalizados, y ha sido muy bueno. Estamos en el desarrollo del programa comprensivo de neurooncología y todo el manejo de tumores cerebrales y del sistema nervioso. También estamos desarrollando la unidad de trasplante de médula ósea, que es parte integral de la hospitalización del paciente. Las expectativas que tenemos es poder desarrollar el mejor programa de cáncer en Puerto Rico”, afirmó el doctor, quien, anteriormente, había dirigido con éxito el programa de cáncer pediátrico en el Hospital HIMA, en Caguas, cuya sobrevida casi alcanzaba el 90 % de sus pacientes.
El objetivo principal del doctor Guerra y de todo el grupo que conforma el Hope Wonders Oncology Care en Bayamón es ofrecer los estándares más altos de tratamiento y que los pacientes y sus familiares se sientan como si estuvieran en los mejores centros de Estados Unidos.
“Si no fuera así, no lo haría. Y mi meta, que siempre menciono y que ha sido un sueño mío, es poder tener, algún día en la vida, la posibilidad de que todos los niños de cáncer se puedan curar. No sé qué tan lejos estemos, pero se ha avanzado muchísimo… Así podría morirme tranquilo”, puntualizó el héroe de bata blanca.
Quienes deseen obtener más información del Programa Hope Wonders Oncology Care, pueden llamar al 787-474 8282, extensión 454255.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.