El valor del movimiento como parte del tratamiento
Entre el 35 y el 70 % de los adultos mayores hospitalizados experimenta deterioro funcional. Promover el movimiento desde el inicio es clave para preservar autonomía y bienestar

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En el entorno hospitalario, donde cada intervención busca preservar la vida, hay una pérdida silenciosa que puede pasar desapercibida: la funcionalidad. Muchos adultos mayores, durante su estadía en el hospital, experimentan una disminución en su capacidad para llevar a cabo actividades básicas como bañarse, vestirse, caminar o levantarse de la cama. Esta pérdida, que puede surgir incluso en personas previamente independientes, tiene consecuencias profundas y duraderas.

Se estima que entre 35 y 70 % de los pacientes mayores hospitalizados sufren algún grado de deterioro funcional. En mayores de 70 años, la prevalencia alcanza el 46 % y, en los mayores de 90, puede llegar hasta el 88 %. Estas cifras reflejan una realidad que exige atención clínica activa.
Entre los factores que contribuyen a esta condición se encuentran la sarcopenia, la fragilidad, la disminución de fuerza muscular, la inmovilidad prolongada, el uso de psicofármacos, el delirio y restricciones físicas, como barandas o catéteres. Todos estos elementos, comunes en la hospitalización, pueden acelerar el deterioro si no se contrarrestan con estrategias centradas en la movilidad.
La buena noticia es que esta pérdida funcional es prevenible. La evidencia respalda intervenciones sencillas, pero efectivas, que integran el movimiento como parte del tratamiento. Actividades como caminar dos veces al día, levantarse para comer, usar pedales o hand grips y llevar a cabo ejercicios de resistencia pueden marcar una diferencia significativa. Se ha documentado que en las primeras 48 horas de inmovilidad se pierde hasta un 2 % de masa muscular y, en una semana, hasta un 10 %.
Implementar iniciativas que promuevan el movimiento no solo mejora la recuperación del paciente, sino que reduce complicaciones, readmisiones y prolongación de estadías. Más aún, promueve una atención centrada en la dignidad, autonomía y bienestar del adulto mayor.
Como profesionales de la salud, tenemos la responsabilidad de reconocer esta problemática, identificar a los pacientes en riesgo y actuar con un enfoque multidisciplinario. Porque al final, el movimiento no es solo parte de la recuperación: es parte del tratamiento. En MCS impulsamos iniciativas que promueven el bienestar integral de nuestros afiliados, ayudándoles a mantener y mejorar su salud y calidad de vida para que así disfruten de una salud completa.