Las enfermedades infecciosas siempre han sido motivo de alerta para el sistema de salud en cualquier país. Aunque los avances científicos y el descubrimiento de nuevos medicamentos son latentes, el resurgir de enfermedades, muchas de las cuales ya habían sido erradicadas, así como nuevas mutaciones de estas es evidente. Cada vez son más las personas afectadas por enfermedades que se pueden prevenir con educación, manejo adecuado y acceso a servicios de salud.

De acuerdo con la doctora Marielys Otero Maldonado, infectóloga y presidenta de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Puerto Rico, el incremento en la transmisión de este tipo de enfermedades se puede relacionar con varios aspectos, entre los que se encuentran la globalización. “Hoy, podemos viajar a diferentes partes del mundo y regresar a nuestro lugar de procedencia en corto tiempo, factor que aumenta la probabilidad de que nos podamos contagiar con la enfermedad endémica de un país y transportarlo al de nuestro origen o el que es nuestro hogar”.

Consecuentemente, la American Society of Microbiology, esbozó que, para el año 2022, el número de casos de sarampión aumentó cerca de un 80 % en el mundo, a diferencia del año 2021. Este hecho refleja una gran baja en la vacunación preventiva en la población infantil, lo que se resume en 23 millones de niños que no recibieron su vacunación preventiva en el mismo periodo, según lo reportó el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidad para la Infancia, conocido por sus siglas en inglés como UNICEF. Otra de las enfermedades que han despuntado, tras la pandemia de COVID-19, es la malaria, enfermedad que es causada por un parásito transmitido por mosquitos infectados por el virus. En el año 2020, hubo 14 millones de casos de malaria más que en el 2019.

Otero Maldonado destacó que “la inconsistencia o la falta de información para cumplir con las medidas de prevención de enfermedades infectocontagiosas como es la vacunación en contra de dichas enfermedades, el lavado de manos, la falta de higiene, el poco acceso al agua potable y muchos mercados de alimentos que tienen muy pocas regulaciones”.

De acuerdo con la experta, en realidad, no han surgido nuevas enfermedades, sino que las ya existentes o que parecían controladas han tenido un aumento. Por ejemplo, hace, aproximadamente, dos años, el Monkey Pox o virus mpox era una enfermedad que se veía más en partes de África y, ahora, se ha propagado por todo el mundo. “Ante este nuevo resurgir, se declara una emergencia mundial. Hacemos hincapié, nuevamente, en el sarampión en los Estados Unidos, enfermedad que, por la baja en la vacunación, se está alcanzando altos niveles de contagio”.

Otero Maldonado exhortó a que, si bien debemos estar alertas ante el virus mpox, es mejor ser proactivos y no reactivos. “Las personas que cualifican para vacunarse, lo deben hacer, [se debe] orientar a la ciudadanía [para que], si tiene lesiones compatibles, se aísle, y promover el lavado de manos e higiene. Entre los síntomas, se encuentran unas manifestaciones que anteceden a las lesiones cutáneas como fiebre, dolor de cabeza y ganglios linfáticos inflamados dolorosos. Las lesiones cutáneas pueden ser de diferentes tipos; pueden empezar como una pústula que evoluciona a una lesión umbilical más grande y que luego puede desarrollar una costra. Estas se pueden observar en lugares como la cara, el abdomen, las manos, los pies y se puede caracterizar por la presencia de lesiones de diferentes estadios por región anatómica. Por ejemplo, en las manos podemos tener las pústulas y en la cara las lesiones umbilicadas, pero, en cada región, no debe haber mezcla de lesiones de distintos tipos”.

Para Otero Maldonado, luego de la pandemia, también, se observó el aumento en los casos del virus sincitial respiratorio, sobre todo en personas en las que no es tan común. Igualmente, los casos de influenza aviar en Estados Unidos han tenido un alza. Asimismo, las enfermedades de transmisión sexual como sífilis, gonorrea y clamidia reflejan un alza. Esto pudiera relacionarse a que las personas, luego de la pandemia, bajaron la guardia ante estos virus”, explicó la infectóloga.

Añadió que otro virus que se está viendo es el conocido como oropuche. Este es parecido al dengue y se transmite a través de la picada de mosquitos. Dicho virus surgió en el año 1955, en la zona de las islas Trinidad y Tobago, y ha causado epidemias en Brasil, Panamá y Perú. Actualmente, se ha visto un aumento en países tropicales como Cuba. En este caso, las medidas de prevención son básicamente las mismas que se usan con el dengue: uso de repelente, utilizar camisas de manga y pantalón largos si se está en exterior, al igual que la prevención de aguas estancadas. Los síntomas son dolor en el cuerpo, dolor muscular, fiebre, rash o erosión en la piel y náuseas.

Detallando lo que expresado por Otero Maldonado, otro de los factores comunes para el aumento en estos tipos de enfermedad es la falta de información y de confianza en las vacunas. “Las vacunas previenen un sinnúmero de enfermedades infectocontagiosas con tanto éxito, que, durante mucho tiempo, dejamos de ver su resurgir. Es importante señalar que la vacunación es la herramienta clínica que logra el control de las enfermedades. Además, mientras menos personas se vacunen, existe una gran probabilidad de que haya contagio de persona a persona, aumentando el número de casos”, indicó.

Otra enfermedad a la que se debe prestar atención, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre todo, después de lluvias fuertes o inundaciones, es la leptospirosis, definida por esta entidad como “una enfermedad zoonótica de potencial epidémico, causada por una bacteria llamada leptospira”.

“Las infecciones en el ser humano se adquieren por contacto directo con la orina o los tejidos de animales infectados, o, indirectamente, por contacto con agua o suelo contaminados. Las puertas de entrada habituales son la piel con abrasiones y las mucosas expuestas (conjuntiva, nasal, oral)”, describe, por su lado, el Manual Merck.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) mencionan que las actividades de alto riesgo pueden incluir caminar, nadar o navegar en agua de inundación o agua dulce (ríos, arroyos, lagos) que puedan estar contaminadas con orina de animales. Sumergir la cabeza o tragar agua contaminada puede aumentar el riesgo de enfermedad grave, describen los CDC. Entre sus síntomas se encuentran: fiebre, dolor de cabeza, mialgia (típicamente, en las pantorrillas y la parte baja de la espalda), sufusión conjuntival, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, tos y, a veces, sarpullido. Los síntomas graves pueden incluir ictericia, insuficiencia renal, hemorragia (especialmente pulmonar), meningitis aséptica, arritmias cardiacas, insuficiencia pulmonar y colapso hemodinámico. Un tratamiento rápido disminuye la gravedad y la duración de la enfermedad, dictan los CDC.

Para la doctora Otero Maldonado, a nivel científico, el cambio climático influye en la propagación de estas enfermedades. El aumento en eventos naturales como las tormentas o los huracanes provocan grandes inundaciones que resulta en un aumento en la población de mosquitos que pueden transmitir enfermedades. Otro de los efectos del calentamiento es la migración de diversas especies de animales que pueden transportar enfermedades.

A modo de exhortación, la doctora instó a que, como individuos, podemos hacer más. El lavado de manos constante, luego de tocar superficies, estornudar, darles comidas a las mascotas y antes de comer, por ejemplo, al igual que practicar la etiqueta de tos [toser con el codo cerrado o utilizando u papel desechable y botarlo] y, si estamos enfermos, utilizar mascarilla preventivamente. Definitivamente, vacunarse en contra de las enfermedades infecciosas para protegerse uno mismo, y proteger a los demás y a los más vulnerables.

“Depende de cada uno de nosotros comprometernos con la salud individual y colectiva a través de la vacunación. Mientras menos nos protejamos con las vacunas, mayor [será] la probabilidad de que sigan en aumento los diferentes virus o el resurgimiento de otros. Todos debemos de considerar la vacunación activa en contra de las enfermedades infectocontagiosas y seguir las prácticas de higiene adecuadas”, puntualizó la presidenta de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Puerto Rico.

La Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Puerto Rico hace el llamado a la vacunación en alianza con Voces, Coalición de inmunización y Promoción de la Salud de Puerto Rico, en ocasión de la “Semana de Respirar es Vital”, en Concienciación sobre Enfermedades Respiratorias Prevenibles por Vacunas. Más información en vocespuertorico.org.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.