Cuando se trata de la salud cardiovascular, la educación sobre cómo sostener buenos hábitos para prevenir mayores contratiempos es esencial. Esto cobra más importancia cuando el cuadro clínico de un paciente con problemas cardiovasculares se combina con un escenario de diabetes.

Así lo compartió la doctora Norma Devarie Díaz, quien aseveró que “la diabetes aumenta cinco veces el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular”. En estos casos, según abundó la cardióloga, la diabetes, siendo una enfermedad inflamatoria, afecta los vasos sanguíneos y los nervios, lo cual impacta directamente a las arterias del corazón.

Los altos índices de diabetes en Puerto Rico reflejan que nuestra población esta desproporcionalmente afectada por la diabetes, en comparación con los Estados Unidos. Según un estudio realizado por la organización Puerto Rico Unidos por la Diabetes, para el año 2021, 456,640 adultos en en la isla vivían con diabetes, lo cual compone 16 % de la población adulta del archipiélago, y siendo la diabetes la tercera causa de muerte de nuestra población. Esto, en comparación con la mediana de prevalencia en los Estados Unidos, la cual suma un 11.1 %.

A pesar de que la diabetes impacta principalmente a personas adultas mayores, o de 65 años en adelante, Devarie alertó sobre un alza continua de estos casos en los niños de Puerto Rico. Según compartió, esto se debe a una suma de factores que van desde una pobre alimentación hasta posibles rasgos genéticos que aumenta la propensidad de este cuadro clínico.

“Desde jóvenes, deben verificarse el colesterol, peso, la azúcar y monitorearse la presión… todos estos son factores de riesgo que hay que modificar desde una edad temprana para prevenir problemas mayores a futuros”, sostuvo la doctora, quien cuenta con más de 25 años en la práctica de la cardiología.

Por otro lado, según Devarie Díaz, la obesidad está relacionada con la hipertensión, la cual, en conjunto con la falta de actividad física y el alto costo de alimentos saludables, puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. A estos efectos, la cardióloga recomendó a toda persona con diabetes o con problemas de regulación del azúcar a mirar las etiquetas de los productos que consumen.

“Esto es algo que todo el mundo en el supermercado puede hacer... tenemos que saber lo que estamos consumiendo y, cada vez que consideremos comprar algún producto que no sabemos si nos va a perjudicar, siempre podemos mirar cuanta azúcar tiene y monitorear los aditivos”, expresó la médica, que ejerce desde su práctica privada en Reparto Metropolitano, en San Juan.

Reconociendo la falta de acceso a alimentos saludables y de bajo costo, y la realidad que viven muchos de sus pacientes que, por conveniencia, recurren a consumir alimentos de cadenas de comida rápida, la doctora recomendó procurar alternativas dentro de estos establecimientos que sean lo menos nocivas posible.

“A cada rato, les digo a mis pacientes, no que no coman fast foods, sino que, en vez de pedir todo frito, por ejemplo, pregunten por alternativas más saludables… muchas cadenas cuentan con alternativas menos tóxicas para nuestro corazón y, [por nuestro bien], tenemos que crear el compromiso de buscar esas opciones”, sostuvo.

Por último, la doctora invitó a las personas con diabetes a incorporar estilos de vida saludables para minimizar los riesgos de desarrollar alguna enfermedad cardiovascular o sufrir algún episodio crítico en el futuro. En el caso de personas con diabetes, esto pudiera incluir realizarse exámenes periódicos del corazón, acudir a un nutricionista para la elaboración de una dieta para personas que viven con diabetes, monitorear las guías de las autoridades médicas, las cuales se actualizan continuamente con posibles cursos de acción y tratamientos; e incorporar una rutina de ejercicio diaria que puede ser “media hora caminando a paso ligero”, exhortó Devarie. A su vez, recordó que “muchas de estas condiciones [y sus factores de riesgo] son prevenibles, y cuando no lo son, con un buen programa de tratamiento se pueden controlar. No hay que esperar a un síntoma; lo más importante es monitorearse con frecuencia. Esto puede salvar tu vida”, concluyó.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.