Pedalear es la combinación perfecta entre aumentar la autoestima, liberar el estrés, mejorar la salud y controlar el peso. Según Romi González, instructor de ciclismo y director de la única escuela endosada para este deporte por el Departamento de Educación, tienes que vivir la experiencia para entender lo que se siente.

Por su parte, la fisióloga del ejercicio y nutricionista dietista Carla de la Torre explicó que, “cuando practicamos ciclismo, se produce una se­rie de cambios en nuestro cuerpo. Unos se observan de manera externa como puede ser la ganancia de masa mus­cular en las piernas y los glú­teos, y la pérdida de grasa cor­poral. Otros se manifiestan de manera interna como pueden ser una mejor capacidad car­diorrespiratoria, menor fre­cuencia cardiaca en reposo, menor presión arterial y mejor sensibilidad a la insulina”.

Ambos expertos hicieron hincapié en el sentido de bienestar que provoca rodar. “El ejercicio aeróbico, como es el ciclismo, mejora la calidad del sueño y reduce la probabilidad de sufrir trastornos emocionales como la ansiedad y la depresión”, destacó de la Torre.

De igual forma, González relató que los efectos de correr bicicleta ofrecen una sensación de libertad inexplicable. “Te da un sentido de autoestima increíble y una libertad que te llena de satis­facción. Todo empieza a fun­cionar mejor en tu vida, desde el descanso y lo sexual, hasta las relaciones interpersonales porque, al liberar endorfinas, estás más feliz y menos irrita­ble”, expresó.

Descubre lo que nos cuen­tan estos apasionados y ex­pertos del ciclismo sobre los interesantes efectos de pedalear:

Un corazón más fuerte

El corazón se hace más fuerte y grande, consiguiendo ser más eficiente en los esfuerzos y en reposo. “Si bien esto no lo puedas sen­tir, quedará evidenciado por una menor frecuencia cardiaca. Tu pulso en reposo dis­minuye y también hay una bajada en la presión arterial”, mencionó de la Torre. Por su parte, González confirmó que, cardiovascularmente hablan­do, ofrece un aire más fuerte, resistente y rápido.

Más tolerancia alesfuerzo físico

Tardas más en cansarte, porque tus músculos se oxigenan mejor. “Como parte de las adaptaciones físicas, la sangre transporta con velocidad más cantidad de oxígeno al músculo y se lleva rápidamente el dióxido de carbono producto de la combustión de energía”, especificó de la Torre.

Alivia el dolor de espalda

Fortalece la musculatura de la espalda y protege la colum­na vertebral. Ambos aclaran que optimizar la experien­cia al pedalear dependerá del ajuste correcto de la bicicle­ta. Quiere decir que, para ser más eficiente y evitar lesiones, hay que adaptar la altitud y la longitud del manubrio y del sillín de la bicicleta a las medi­das del ciclista.

Refuerza la energía y mejora el descanso

Aumenta la sensación de energía. “Si bien el ciclismo es agotador [no hay duda de esto], al hacer ejercicio aeróbico se reducen los niveles de corti­sol en la sangre y dormimos mejor”, aseveró la fisióloga del ejercicio. Además, mencionó que ocurren adaptaciones en nuestras células. “Se produ­cen más mitocondrias, células encargadas de transformar los macronutrientes (carbohidra­tos, las grasas y las proteínas) en energía”.

Más hambre

“Pues, claro que sí. El gasto calórico del ciclismo es elevado y nos pasa factura con ese apetito atroz, tras llegar de pedalear. Es aquí cuando debemos actuar, ingiriendo alimentos completos y ricos en nutrientes que nos ayuden a recuperar las fibras muscu­lares y así permitirnos estar listos para la próxima aventu­ra”, aseveró de la Torre.

El sistema inmunológico se beneficia de las pedaleadas

Con un sistema cardiorrespiratorio más eficiente y un mejor descanso es más fá­cil combatir las enfermedades. El ciclismo puede rejuvenecer el sistema inmunitario, debido a que los ciclistas conservan la masa muscular y la fuerza según pasan los años.

Incomodidad en el área de los glúteos

“Los que practicamos ci­clismo sabemos que pocas situaciones resultan más in­cómodas que la de padecer molestias en el trasero a causa del sillín”, expresó de la Torre. Es normal y por eso, conviene invertir en un culotte (pan­talón acolchado) de buena calidad.

El desequilibrio muscular

“Una persona que practica con regularidad el ciclismo tendrá los músculos princi­pales de las piernas más de­sarrollados, porque son los que más usa encima de la bicicleta (glúteos, pantorrillas y cuádriceps). Es importante tomar en consideración que, con el ciclismo, aumentan los músculos del tren inferior, pero no los del tren superior”, sostuvo de la Torre.

Para mantener un equilibrio en todo el cuerpo es impor­tante hacer ejercicios que fortalezcan otros grupos muscu­lares. “Puede ser a través de otra modalidad como la natación o con ejercicio de fuerza con el propio peso o por levanta­miento de pesas”, sugirió.

Un antidepresivo natural y eficiente

El ciclismo hace que se bombee sangre por todo el cuerpo a mayor velocidad, lo que permite la rápida difusión de endorfinas y otras sustancias beneficiosas como la dopamina y la serotonina. Montar en bicicleta es un auxiliar en el tratamiento de pacientes de todas las edades diagnosticados con depresión clínica, así como un preventivo para las personas con problemas emocionales, porque puede ayudarlas a evitar caer en depresión o a tener que medicarse, según el instructor.

Reduce el colesterol malo

Montar en bicicleta a inten­sidad moderada y de manera regular (tres a cinco sesiones por semana), aumenta el HDL (colesterol bueno), y reduce el LDL (colesterol malo) y los niveles de triglicéridos.

Libera estrés y disminuye los niveles de ansiedad

Los ciclistas se enfadan menos y se sienten menos es­tresados. El capitán del equipo de ciclismo de CAPOHeart recalcó que es una actividad que disfrutas, que es distinta y saludable. “Logras despejar la mente de los problemas, sientes bienestar general y una sensación de control y fortale­za sobre ti mismo”, afirmó.

Por su parte, de la Torre re­flexionó sobre su experiencia: “El ciclismo me da libertad de movimiento, independencia, autonomía y salud. Me per­mite estar en contacto con mi entorno, sentir el viento y meditar. Me hace sentir llena de vida, feliz. En él consigo pequeñas victorias todos los días, a la vez que me hace apreciar las simplezas de la vida”.

Activa tu cerebro

Un recorrido en bicicleta de 30 minutos aumenta el ren­dimiento cognitivo a corto plazo, sobre todo la memoria y la capacidad de planificar. Ir en bicicleta disminuye los sínto­mas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad, tan­to en niños como en adultos.

Molestia en las cervicales

Las cervicales son sensitivas y, si no se adopta una postura correcta o se ajusta la bicicle­ta con el cuerpo de la perso­na, puede causar molestia. De ahí, la importancia de hacer el ajuste para que la experiencia sea más completa y agradable.

Quemador de grasa natural

Estás quemando la grasa que está demás, en vez de usar los carbohidratos. Te hace perder libras de grasa, no de múscu­lo. “Con solo sacrificar el exceso de harina y las frituras, rebajas la grasa, y, si añades lo mínimo en pesas, verás resultados en la definición y la fortaleza de tu cuerpo en poco tiempo”, aseveró González.

Combate las enfermedades crónicas

Es una solución a los problemas mayores de enferme­dades crónicas. “Combate el azúcar alto, la hipertensión o presión alta, la diabetes y la artritis. Ayuda a mejorar la flexibilidad y a aliviar los dolores, en comparación con an­tes de pedalear”, expresó el instructor, quien trabaja con personas de todas las edades en grupos desde principiantes.