La menopausia es un proceso natural en la vida de una mujer que marca el final de la etapa reproductiva. Es un evento normal de la vida de las mujeres, no una enfermedad o condición médica.

El promedio de edad donde ocurre es a los 51 años, sin embargo, puede comenzar tan temprano como a los 40 años. Pero, a estas mujeres les sucede algo más: no pueden ver ni sentir y ni siquiera saben que su riesgo de enfermedad cardiovascular está en aumento. Los bajos niveles de estrógeno y otros cambios biológicos que ocurren en las mujeres menopáusicas, aparte de producir múltiples síntomas, también están asociados con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, osteoporosis, diabetes tipo 2 y demencia.

Durante la etapa reproductiva, los estrógenos ayudan a mantener los niveles de colesterol en la sangre bajo control, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. También tienen efectos beneficiosos en la función de los vasos sanguíneos. Sin embargo, con la llegada de la menopausia, la disminución de los niveles de estrógeno puede llevar a cambios en el sistema cardiovascular que aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas.

En los Estados Unidos, estas son la causa principal de muerte en las mujeres, quienes, por lo general, la desarrollan varios años después que los hombres. Pero, las mujeres no están conscientes de su riesgo cardiovascular, lo cual tiene más probabilidad de causarles la muerte que todas las formas de cáncer sumadas. Según una reciente encuesta de la Asociación Americana del Corazón, la concienciación de que la enfermedad cardíaca es la principal causa de muertes entre las mujeres disminuyó entre el 2009 y el 2019, sobre todo entre las mujeres negras, hispanas y más jóvenes, para quienes la prevención primaria puede ser mucho más eficaz.

Aumento de lípidos en la sangre

Uno de los efectos más notables de la menopausia en el sistema cardiovascular es el aumento de los niveles de colesterol en la sangre. Los estrógenos tienen la capacidad de reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y aumentar los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno). Esta acción protectora se pierde con la disminución de los niveles de estrógeno, lo que puede resultar en un aumento del riesgo de aterosclerosis, que es el endurecimiento y estrechamiento de las arterias debido a la acumulación de placa.

Cambios en los vasos sanguíneos

Los estrógenos tienen un efecto vasodilatador, por lo que promueven la relajación de los vasos sanguíneos, lo que, a su vez, ayuda a mantener la presión arterial en niveles saludables. Con la disminución de los niveles de estrógeno, los vasos sanguíneos pueden volverse menos flexibles y más propensos a la constricción, lo que aumenta la presión arterial y el riesgo de hipertensión.

Aumento de peso y grasa corporal

Durante la menopausia, muchas mujeres experimentan un aumento de peso y una redistribución de la grasa corporal hacia el abdomen, que se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las mujeres posmenopáusicas tienden a aumentar de peso desde el primer año de la menopausia y experimentan una redistribución de la grasa corporal de un patrón ginoide (de grasa ubicada en los muslos y glúteos) a un patrón androide (de grasa localizada a nivel central del cuerpo, abdomen o tronco abdominal).

Se han observado aumentos significativos en el peso corporal de aproximadamente doce libras durante los primeros 36 meses de la menopausia. El aumento de peso y la obesidad pueden contribuir a la hipertensión, la diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina, que son factores de riesgo para enfermedades cardíacas. También se asocian con una reducción de la sensibilidad a la insulina y un aumento de la presión arterial, cambios que incrementan por la deficiencia de estrógeno.

¿Qué puedo hacer?

  • Las mujeres se pueden beneficiar, intensificando los esfuerzos de prevención cardiovascular en los años que preceden a la menopausia.
  • Las formas más efectivas de prevenir la enfermedad cardíaca incluyen no fumar, estar físicamente activa, comer una dieta saludable, mantener un peso saludable, dormir suficiente y mantener controlados los niveles de colesterol, presión arterial y glucosa en la sangre.
  • Probablemente, el aumento de la actividad física es el aspecto más importante para la buena salud porque reduce el riesgo de enfermedad cardíaca, derrame cerebral, presión arterial alta, diabetes tipo 2 y cáncer, además de mejorar la salud ósea, el control del peso, el sueño y la salud mental.
  • La terapia de reemplazo hormonal también se ha encontrado que puede dar protección cardiovascular, aparte de aliviar los síntomas asociados a la menopausia.

Si tienes dudas sobre las acciones que debes tomar para cuidar tu salud cardiovascular durante la premenopausia, la menopausia y la posmenopausia, busca orientación con un profesional de la salud.