Es cierto que las plataformas digi­tales son útiles para crear un sentido de comunidad, y obtener y difundir información, entre otras cosas, pero, una vez comienzan a ser causa para la pérdida de sueño, baja autoestima, cansancio, irritabilidad y estrés, es momento de disminuir el tiempo de su uso, indicó el psicólogo social Alexis Rodríguez Ramos. No obstante, esta recomendación, aunque simple en teoría, puede resultar difícil de implementar en una sociedad en la que revisar las redes sociales es una parte indispensable del día a día. Entonces, ¿cómo se evita usarlas por tiempos prolongados?

Identifica el problema

El usuario debe precisar por cuánto tiempo durante el día está usando los medios sociales, destacó el también profesor en el Departamento de Cien­cias Sociales de la Universidad de Puer­to Rico, Recinto de Cayey.

Esta información es sencilla de obte­ner, a través del dispositivo móvil, que es por donde el 99 % de los usuarios activos en redes sociales en Puerto Rico acceden a las distintas plataformas, según el informe Digital 2021 de la agencia creativa We Are Social.

El doctor explicó que, en la parte de las configuraciones de los celulares, hay una opción para ver en detalle el tiempo que la persona está invirtiendo en cada una de sus aplicaciones de redes sociales.

“Buscar estos datos es útil para saber si uno, realmente, tiene un problema con relación al uso excesivo de las pla­taformas como Facebook, Instagram, etcétera”, añadió.

La cantidad de tiempo adecuado dependerá de la edad del usuario. “En el caso de una persona mayor, una o dos horas podrían hacer un buen horario para participar de las redes [sociales] de manera ociosa. Sin embargo, si es un menor, una hora como límite es lo más apropiado”, abundó Rodríguez Ramos.

Una vez que el usuario identifique que está desarrollando tendencias problemáticas en torno al uso de las plataformas, será más fácil parar de usarlas excesivamente, enfatizó.

Mantén las aplicaciones en tu celular

Aunque parezca contraproducente, se recomienda mantener las aplica­ciones de las redes sociales disponi­bles en el dispositivo móvil.

“Lo ideal es que uno pueda manejar el uso y evitar el elemento de la prohi­bición”, puntualizó Rodríguez Ramos.

Borrar las aplicaciones por completo puede ser una medida muy drástica y podría generar una amplificación del deseo de revisar las redes sociales. Además, eventualmente, el usuario tendría la oportunidad de descargarlas nuevamente y retomar el uso desme­dido de ellas.

Por el contrario, si se mantienen en el celular, se puede desarrollar un control en torno a las redes que, a la larga, sería más beneficioso, plan­teó el educador.

Apaga las notificaciones

Las notificaciones de las redes socia­les son esas alertas que aparecen en la pantalla para indicar que alguien ha interactuado de alguna manera con el contenido del perfil del usuario. En ocasiones, estos avisos, incluso, apa­recen cuando uno de los amigos del usuario ha publicado algún contenido nuevo.

Por tanto, estas alertas pueden ser una gran distracción, afirmó el doc­tor. Es algo así como un anzuelo con carnada.

“Si la notificación sale en tu teléfono, te va a motivar a ver qué pasó. Una vez entres [a la plataforma digital], es pro­bable que te quedes más rato viendo [publicaciones nuevas]”, dijo.

Crea distanciamiento físico entre tu persona y tu dispositivo

La oportunidad perfecta para comenzar a separarse del celular es cuando se hace ejercicio, se lee o se hace cualquier otra actividad en la que no es necesario utilizar el teléfono móvil, especificó el doctor.

“La idea es poner [el dispositivo] en un lugar que uno sepa que está ahí, pero, entonces, hacer algo separado del celular. No tiene que ser por largos períodos porque, obviamente, si nos llaman por una emergencia, pues uno tiene que estar cerca. La meta es, poco a poco, ir creando una distancia en ciertos momentos para ir rompiendo con ese vínculo tan estrecho que tiene uno con el dispositivo”, expresó Rodrí­guez Ramos.

Divide tu tiempo

Por su parte, el terapeuta de adic­ciones Humberto Valenzuela Morales destacó la importancia de dividir el tiempo de manera consciente.

Similar a cómo se determina la hora para desayunar, almorzar y cenar, “se pueden establecer unas horas especí­ficas para entrar a las distintas plata­formas sociales y dedicarle un tiempo premeditado”, continuó.

De esta forma, el usuario comienza a tomar el control y es más improbable que pase horas en las redes sociales, agregó Valenzuela Morales.

La disciplina es clave

Para cumplir con todo lo mencio­nado anteriormente se requiere dis­ciplina y para desarrollar disciplina se necesita tiempo, recalcó Valenzuela Morales.

“No hay varitas mágicas ni píldoras milagrosas”, resaltó. Aunque es retante al comienzo, disminuir el tiempo que se invierte en las redes sociales podría ser sumamente beneficioso, pues, según Rodríguez Ramos, habrá más oportunidad para que el individuo pueda desarrollar relaciones inter­personales, desarrollar destrezas y, en general, mejorar su estado mental y emocional.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.