El doctor Eric Adler es cirujano plástico facial, miembro de los Latin Doctors y colaborador de MCS.
El doctor Eric Adler es cirujano plástico facial, miembro de los Latin Doctors y colaborador de MCS. (Suministrada)

La nutrición juega un papel crucial en la salud y apariencia de la piel. Una dieta equilibrada, rica en vitaminas, minerales y antioxidantes ayuda a mantener la piel joven, firme y radiante.

Alimentos como frutas, verduras, pescado y nueces proporcionan los nutrientes necesarios para fortalecer la piel, prevenir el envejecimiento prematuro y combatir los daños causados por los radicales libres. Además, beber suficiente agua es esencial para mantener la piel hidratada y luminosa. Es evidente que una alimentación saludable no solo beneficia nuestra salud en general, sino también nuestra apariencia física.

Un artículo sobre los efectos de la nutrición en el proceso de envejecimiento, publicado en la revista médica de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, analizó 31 investigaciones publicadas sobre el tema y concluyó que cambiar los patrones alimentarios es crucial para prevenir el desarrollo de enfermedades, aumentar la longevidad y, principalmente, mejorar la calidad de vida, promoviendo un envejecimiento saludable.

Es ampliamente conocido que una dieta equilibrada o saludable ayuda a prevenir condiciones crónicas como la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, poco se habla de sus efectos positivos a nivel celular, en la piel y en el cerebro. Además, cuando una dieta saludable se combina con un bajo consumo de alcohol y tabaco, hacer ejercicio físico y participar de actividades sociales, se puede modular significativamente el estado inflamatorio del cuerpo. Esto promueve que se fortalezca el sistema inmune y se conserven las habilidades cognitivas por más tiempo. Se estima que, el papel que juega la alimentación en prevenir el envejecimiento prematuro es mayor, incluso, que la influencia genética.

¿Qué son las zonas azules y qué debemos aprender de ellas?

El autor Dan Buettner, en alianza con la National Geographic Society, una organización global sin fines de lucro comprometida a avanzar el conocimiento general de la geografía y el mundo entre el público general, identificó lo que hoy se conoce como “zonas azules”. Estas son áreas con alta concentración de personas mayores de 100 años y de personas mayores que no tienen problemas de obesidad, diabetes, cáncer ni problemas del corazón.

Aunque estas zonas se extienden por distintas partes del mundo y abarcan diversas culturas, todas tienen en común que su población lleva un estilo de vida activo y que consume una dieta balanceada.

A continuación, comparto los hábitos alimentarios que tienen en común y las razones por las cuales se debe considerar adoptarlos para prevenir el envejecimiento prematuro.

Primeramente, los residentes de las zonas azules consumen alimentos frescos, no procesados. La ciencia ha demostrado que ingerir alimentos altamente procesados puede acelerar el proceso de envejecimiento a nivel celular.

Además, en estas zonas se consume una dieta principalmente basada en plantas. Las frutas y los vegetales contienen vitaminas, antioxidantes y otros nutrientes que reducen hasta en un 50 % la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas como cáncer, diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón. Esto no quiere decir que en las zonas azules no consumen carnes, sí lo hacen. Sin embargo, su consumo es moderado y como complemento al plato principal o en ocasiones especiales.

Comer pescado, en su lugar, es una alternativa saludable por su aportación de grasas omega-3, las cuales son cruciales para la salud del cerebro y del sistema cardiovascular.

Las nueces también son parte de su dieta. El contenido de grasas omega-3 hace de las nueces una opción de merienda saludable que, además, no es procesada. Este doble beneficio ayuda a mejorar el enfoque de las personas y a reducir el riesgo de que desarrollen alzhéimer.

Mantenerse bien hidratado es sumamente importante, pues casi todas las funciones del cuerpo requieren agua. Si no eres fan del agua, o te aburres de tomarla por su falta de sabor, añádele una rodaja de limón o de china. También puedes optar por tomar tés de hierbas. El café, tómalo moderadamente, pues tiene capacidades diuréticas y deshidrata. Finalmente, evita comer en exceso, limitando las calorías.

Tener larga vida no necesariamente es sinónimo de estar saludable durante la vejez. Sin embargo, adoptar hábitos alimentarios y de estilo de vida que promuevan una mejor calidad de vida durante el proceso de envejecimiento está en tus manos. Tendrás salud completa y te sentirás —y lucirás— mucho menor que tu edad cronológica.