“Creía haber entrado en la menopausia porque estuve sin menstruación durante tres años. Pero, el mes pasado tuve un periodo de sangrado, ¿es eso normal?”.

Es importante entender que la menopausia es la época de la vida de una mujer en la cual se detiene su capacidad reproductiva y, por ende, las menstruaciones llegan a su fin. Esto se produce porque los ovarios de la mujer dejan de producir las hormonas estrógeno y progesterona.

En términos clínicos, llegas a la menopausia cuando no has tenido menstruación durante doce meses. Es ahí cuando se marca el comienzo de la menopausia.

El cambio a esta nueva etapa de vida en la mujer suele ocurrir naturalmente y con mayor frecuencia después de los 45 años, con un promedio de 51 años. En ese proceso, la mujer atraviesa muchos cambios hormonales, físicos y mentales.

La mujer puede experimentar calores o sudoración nocturna, dificultad para dormir, sequedad vaginal, cambios de humor, dificultad para concentrarse, menos cabello y más vello facial. Pero, la señal principal para establecer la llegada de la menopausia es que se presentan cambios en la menstruación. La señal principal que establece la menopausia es la ausencia de menstruación.

Según se acerca la etapa menopáusica, es común que las menstruaciones se vuelvan irregulares. A esos primeros cambios en la mujer se le conocen como la perimenopausia o período de transición a la menopausia.

En medio de la perimenopausia, la menstruación puede desaparecer un mes y luego aparecer, o desaparecer por varios meses y después empezar los ciclos regulares otra vez durante algunos meses. En este proceso, las menstruaciones también tienden a presentarse en ciclos más cortos, por lo que podrían ser más frecuentes o abundantes de lo normal.

Cuando ya han transcurrido doce meses de la ausencia de menstruación, la mujer entra en la menopausia; si, después de esto, se presenta algún sangrado vaginal, por más mínimo que sea, es importante buscar evaluación médica inmediatamente.

En la mujer posmenopáusica, la presencia de sangrado uterino anormal en forma espontánea e inesperada requiere evaluación rigurosa e inmediata para determinar el origen de dicho sangrado, aun cuando la cantidad de sangrado haya sido mínima (inclusive una mancha).

La causa más común de sangrado posmenopáusico es la atrofia y pólipos endometriales. Sin embargo, es necesario descartar cáncer endometrial, que es la causa en aproximadamente el 10 por ciento de las pacientes.

El sangrado vaginal posmenopáusico puede ser producido múltiples causas, tales como:

  • Cáncer de útero, incluido el cáncer endometrial y el sarcoma uterino
  • Cáncer del cuello uterino o de la vagina
  • Adelgazamiento de los tejidos que recubren el útero (atrofia endometrial) o la vagina (atrofia vaginal)
  • Fibromas uterinos
  • Pólipos uterinos
  • Infección del revestimiento uterino (endometritis)
  • Medicamentos como terapia hormonal y tamoxifeno
  • Traumatismo pélvico
  • Sangrado del tracto urinario o del recto
  • Sobrecrecimiento excesivo de las células que componen el revestimiento del útero (hiperplasia endometrial), que es considerada una condición precancerosa.

Cabe mencionar que la causa de tu sangrado puede ser totalmente inofensiva; sin embargo, el sangrado posmenopáusico también podría ser algo grave, así que es importante que veas a tu médico de inmediato para que pueda realizarte un examen físico, una sonografía endovaginal o pélvica, y una biopsia del endometrio, y así poder llegar al diagnóstico de la causa del sangrado y determinar el tratamiento adecuado.

El autor es ginecólogo-obstetra y miembro de los Latin Doctors.