Cuando la diabetes y el embarazo se relacionan se requiere un manejo cuidadoso que garantice la salud de la mamá y el bebé.

La diabetes gestacional es un tipo de diabetes que puede aparecer en el embarazo, aunque mamá no tenga diabetes. Esto ocurre cuando el cuerpo no puede producir suficiente insulina durante el embarazo. La insulina es la hormona que permite que la sangre utilice el azúcar como energía y los cambios durante esta etapa hacen que las células no la usen eficazmente.

Según la nutricionista y dietista Lilyana Figueroa, las mujeres embarazadas o que planifican un embarazo deben estar atentas, específicamente en los primeros meses, al consumo de dulces, debido a que, la glucosa en la sangre que disparan estos alimentos puede ocasionar la predisposición a tener diabetes gestacional. Existen mujeres completamente sanas que pueden desarrollar diabetes gestacional y, una vez dan a luz, regresan a su vida normal y no tienen diabetes. De igual forma, pueden tener diabetes tipo 1 o tipo 2 preexistente, por lo que necesitan minimizar los riesgos con un control estricto de su glucosa en la sangre, antes y durante el embarazo. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), alrededor del 50 % de las mujeres con diabetes gestacional tendrán diabetes tipo 2 más adelante.

“Las primeras semanas, la diabetes gestacional puede ocasionar riesgos bastante severos tanto para el bebé como para la mamá. A veces, las mujeres que tienen diabetes gestacional o que están en riesgo no presentan síntomas, más allá de tener sed excesiva o algún tipo de cansancio que achacan al embarazo. Al no presentar síntomas muy visibles, tenemos que estar de la mano de esos doctores, monitoreándose la glucosa”, detalló la educadora en diabetes.

Dentro de los riesgos la licenciada mencionó:

  • Defectos de nacimiento que pueden afectar el cerebro, la columna vertebral o el corazón.
  • Incremento de la probabilidad de tener un aborto espontáneo
  • Parto prematuro
  • Preeclampsia
  • Obesidad o sobrepeso

Por tanto, exhortó a las mamás a no faltar a las visitas prenatales de seguimiento para hacerse las revisiones de rutina. “Al ser riesgos bastantes serios, los doctores están siempre revisando esos niveles de glucosa de mamá, porque los bebés pueden desarrollar defectos congénitos causados por el impacto de esa glucosa en la sangre que están recibiendo constantemente”, explicó Figueroa, quien también es educadora en enfermedad renal.

Siete consejos de cuidado para un embarazo saludable y un bebé sano

1. Mantén un monitoreo constante con tu médico. Sigue las indicaciones médicas de la frecuencia para examinar tu nivel de azúcar en la sangre y cuando tengas síntomas.

2. Evaluación y control de harinas o azucares refinados. Cuando la mujer está embarazada, surgen antojos de comidas como pizza, hamburguesa o postres que tienen grasas en abundancia, azúcares refinados y harinas. Aunque este tipo de alimento no se tiene que eliminar completamente, se debe controlar su consumo de una vez al día o a la semana.

3. Vigilancia del aumento de peso. La mujer embarazada con un peso adecuado solo debe aumentar entre 25 a 35 libras. Si está aumentando y alcanza más de 35 libras, es momento de medir esas porciones. Un nutricionista-dietista o un educador en diabetes pueden ayudar a crear un plan individualizado, que beneficiarán a la futura madre durante esta etapa tan bonita del embarazo.

4. Incorporar actividad física. Caminar, nadar, hacer pesas livianas (antes, durante y después del embarazo) puede ayudar a mamá a mantener un peso saludable y a dar lo mejor de ella para su bebé. La actividad física ayuda a fortalecer el corazón y los huesos, alivia el estrés y aumenta la producción de leche para la lactancia, entre otros beneficios. Hacer ejercicios tiene múltiples ventajas y es un factor importante en el embarazo y en el parto, no obstante, a veces no se le da el énfasis necesario.

5. Fibra no solo en alimentos integrales sino también en los vegetales. La fibra es uno de los micronutrientes que las nutricionistas están más pendientes de que mamá tenga presente, porque le ayuda a sentir saciedad. La fibra puede ayudar a regular el azúcar, las grasas y el colesterol, lo que contribuye a que mamá minimice esos antojos. Por ejemplo, se recomienda el consumo de arroz integral, pan o galletas integrales que le puedan aportar fibra.

6. Consumo de frutas y vegetales. Las frutas y vegetales tienen vitaminas y minerales que funcionan como si tuviéramos un multivitamínico. Si van a elegir algo dulce, la sugerencia es que prefieran frutas, porque tienen vitaminas, minerales y fructosa que el cuerpo asimila mejor.

7. Moderar el consumo de edulcorantes y azucares artificiales. Esto es bien importante, porque hay que disminuir o controlar el consumo de edulcorantes artificiales. Por ejemplo, si se elige un refresco de dieta, pero se le suma la galleta de dieta o el café y a todo se le añade ese tipo de azúcar, lamentablemente, aumenta el consumo de edulcorantes.

“Si ya mamá tiene diabetes, tan pronto sepa que está embarazada, debe hablarlo con su médico para que esté bien monitoreada, porque, a medida que aumenta o disminuye de peso, influye en su ingesta de insulina y debe tener un plan previo para todos estos cambios. Mamá embarazada con diabetes no puede soltar su tratamiento médico, porque eso es lo que va a mantener estable esa glucosa para que bebé pueda mantener su desarrollo adecuadamente”, exhortó Figueroa.

La periodista es colaboradora de Puerto Rico Saludable.