¿Sabías que ese dolor de oído, de cabeza o en el rostro puede ser causado por un síndrome en la mandíbula? Tienes una articulación, a cada lado de la mandíbula, que la conecta con el cráneo. Si hay un trastorno en esa área, causará dolor en la articulación de la mandíbula y en los músculos que controlan su movimiento. A esto se le conoce como síndrome temporomandibu­lar (trastornos de ATM). Lo cierto es que no se le presta mucha atención, pero son los que se activan cada vez que hablas, masticas y tragas.

Según la oficial dental del Estado, doctora Elai­ne M. Pagán, las razones por la que una persona puede padecer de ATM son multifactoriales. De hecho, se presentan casos comórbidos, que es cuando diferentes factores o condiciones coexisten en la misma persona. Entre las cau­sas más comunes, la odontóloga mencionó la genética, la artritis, la fibromialgia, una lesión en la mandíbula, los niveles altos de estrés, la dieta, los hábitos de morder cosas duras o indebidas y apretar o rechinar los dientes (bruxismo).

Pagán informó que los síntomas asociados con los trastornos temporomandibulares pueden ser:

  • Dolor o molestia detrás del oído donde se encuentran las articulaciones
  • Bloqueo de la articulación, cuando abres y cierras la boca
  • Dolor o sensibilidad al tacto en la mandíbula
  • Dificultad o dolor cuando masticas
  • Dolor en la cara, cabeza o cuello
  • La sensación de chasquido al abrir y cerrar la boca

En la mayoría de los casos, las molestias o dolores son temporales y pueden aliviarse con tratamientos simples. No obstante, a veces, es necesario ver a más de un especialista para ali­viar el dolor y los síntomas.

“Mi recomendación es que, como parte de la visita de rutina, le solicites al profesional de la salud que haga una evaluación de cómo está la condición de tu articulación temporomandibu­lar. El profesional puede determinar si tienes o no un problema y decidirá si hace un referido a un profesional de la salud oral experto en el síndro­me temporomandibular”, informó la odontóloga del Programa de Salud Oral del Departamento de Salud.

Además, la especialista enfatizó que los trata­mientos son individualizados, porque dependen de la causa. Una vez se sepa por qué tienes las molestias, entonces se procede con el trata­miento. Entre las alternativas de tratamiento más comunes están:

  • Ejercicios de estiramiento, apertura o relaja­ción de los músculos
  • Ejercicio de estiramiento y relajación man­dibular
  • Terapia física (frío, calor)
  • Consejería o técnicas para reducir el estrés
  • Comer alimentos más blandos
  • Medicina alternativa, acupuntura, señales de cargas eléctricas
  • Protectores bucales o de la mordida, también llamados férulas

La recomendación de ejercicios depende del diagnóstico. Las personas con dolores agudos deben acudir a un fisiatra que ayude con terapias e indique los ejercicios adecuados. A continua­ción, algunos ejercicios recomendados por los fisiatras para relajar, aliviar el dolor o fortalecer la mandíbula:

  • Masaje de la musculatura. Para ayudar a mejorar la circulación en esa zona y ayudar a la descompresión de los cóndilos. Hay que recordar que la mandíbula se extiende cer­ca de las sienes y por encima de las orejas, zonas que también pueden ser masajeadas.
  • Apertura y cierre con la lengua en el paladar. Con la boca cerrada y relajada, coloca la punta de la lengua en el paladar. Sin despe­gar la lengua, hay que abrir y cerrar la boca. Prestar atención para no mover la mandíbula hacia los lados.
  • Tirar de las orejas. Tumbados, debemos cogernos por el lóbulo de la oreja y tirar suavemente hacia los pies hasta notar una resistencia, llegados a este punto debemos mantener la tensión y notaremos que el teji­do empieza a relajarse.
  • Movilidad lateral. Con la boca relajada, mue­ve la mandíbula hacia la izquierda y hacia a la derecha.
  • Movilidad anterior. A diferencia de la movi­lidad lateral, con la boja relajada, mueve la mandíbula hacia adelante y hacia atrás.
  • Apertura con resistencia. Colocando la mano bajo la barbilla y ejerciendo una pequeña presión, haz fuerza con la mandíbula para intentar abrir la boca.
  • Movilidad anterior con resistencia. Colocan­do la mano en la barbilla y realizando una pequeña presión, intenta llevar la mandíbula hacia delante.
  • Estiramiento de la musculatura cervical y del esternocleidomastoideo. Ambos músculos están estrechamente relacionados con la articulación temporomandibular y su relaja­ción ayudará.

También existen medidas de cuidado perso­nal que pueden ayudarte a tratar o prevenir esta condición. Entre estas, la odontóloga mencionó identificar los niveles de estrés y buscar ayuda para manejarlos.

¿Cómo puedes prevenir el síndrome temporomandibular?

  • Visita regularmente el dentista y asegúrate de que evalúe las articulaciones de la man­díbula.
  • Debes estar atento a cualquier dolor que puedas sentir en el área; no es normal tener un dolor de oído o ruidos en la articulación.
  • Evalúa si estás masticando y tragando de la manera adecuada.
  • Evita el hábito de morder cosas duras como los lápices.
  • Cuando hagas deporte de alto riesgo, utiliza un protector bucal.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.