Tendencias en los tratamientos de infertilidad
En Puerto Rico hay acceso a tratamientos, que igualan a las clínicas de mayor renombre fuera del país

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Sin lugar a duda, el tiempo ha sido aliado del desarrollo de la tecnología médica. En las últimas décadas, los avances en los tratamientos de fertilidad han revolucionado el acercamiento médico a la gestación, haciendo posible que un mayor número de personas puedan ampliar su núcleo familiar.
Desde la evolución de la biopsia genética de embriones para incrementar la capacidad de un embarazo viable, así como la generación de óvulos para personas cuya producción está limitada por tratamientos médicos agresivos como la quimioterapia, hasta la expansión de alternativas para personas que desean posponer su reproducción. La gama de opciones para “proteger o preservar la fertilidad es muy amplia”, así lo afirmó el ginecólogo y presidente de la organización Puerto Rico Obstetrics & Gynecology (PROGyn), doctor Nabal Bracero. Él funge como director médico de la clínica de fertilidad puertorriqueña Genes Fertility Institute.
Además de estos servicios, el doctor Bracero añadió que desde el Genes Fertility Institute se ofrecen “todos los demás tratamientos asociados a la fertilidad, desde donación de óvulos, subrogación gestacional y fertilización in vitro, todo con un enfoque en el diagnóstico específico de los síntomas y condiciones del paciente”. Además, añadió que, aunque se trata de una clínica pequeña, se distingue por el cuidado personalizado a los pacientes y la calidad de tratamientos, que igualan a las clínicas de mayor renombre fuera de Puerto Rico.
A juicio del doctor Bracero, este acercamiento integral a la salud reproductiva es fundamental para diseñar un curso de acción, pues, “muchas veces, los pacientes se frustran porque no tienen un diagnóstico de su tratamiento. Hay mucho que evaluar antes de determinar el servicio adecuado a las condiciones particulares de un paciente, como la gestación, las trompas de Falopio, la ovulación, la anatomía pélvica y mucho más”, acertó, señalando que, en ocasiones, otras especialidades médicas ignoran la evaluación reproductiva del paciente, imposibilitando, a veces, una gestación futura.
Por otro lado, el galeno también atribuyó los recelos que acompañan someterse a tratamientos de fertilidad a su baja probabilidad de éxito, pues “las personas a veces olvidan que, hasta los tratamientos más avanzados, como las biopsias genéticas de embriones, generan un 70 % de éxito”, explicó. Al mismo tiempo, hizo hincapié en las realidades fisiológicas del ser humano. Sobre este particular, describió que somos “pobres reproductores; incluso una pareja sin ningún tipo de problemas reproductivos (el mejor de los escenarios) no necesariamente va a tener una probabilidad de éxito de embarazo de más de un 20 %”. Por ello, Bracero se ocupa de honrar los sacrificios económicos, emocionales y de tiempo en los que incurren sus pacientes cuando optan por un servicio reproductivo.
No obstante, con el pasar del tiempo, la evolución de los tratamientos ha beneficiado a las personas gestantes en cada etapa del proceso de la reproducción asistida. Desde la ampliación de su accesibilidad económica hasta el robustecimiento de los marcos de seguridad y los mecanismos de monitoreo de embriones para optimizar la viabilidad del embarazo, la tecnología permite evitar muchos riesgos asociados con la edad de la persona gestante.
“Ahora tenemos tecnología para garantizar que, a través de la biopsia genética, esos embriones se ven bien antes de transferirlos. Este proceso también funciona para evitar embarazos múltiples. Asimismo, estamos incorporando videograbadoras capaces de grabar cómo el embrión se va formando a través de los días en cultivo, lo que ayuda a identificarlos para darle al paciente la mejor oportunidad de embarazo”, aseveró el facultativo.
Entre las consideraciones que una persona interesada en cualquier servicio reproductivo debe preservar, Bracero despuntó la importancia de la edad en “todo lo que se trate de búsqueda de embarazo y potencia reproductiva”, pues, según alertó, la edad del óvulo de la mujer podría determinar si existe alguna aneuploidía (o alteración en el número de cromosomas de un embrión) y, por consiguiente, la viabilidad de este.
Por último, Bracero resaltó como imperativo el derecho de todo paciente a no irse con dudas de una consulta con su ginecólogo, pues “por el tipo de vida tan rápido que vivimos, tanto del lado del paciente como del lado del profesional de la salud, la cita de rutina usualmente cubre muchos temas, pero, a veces, ignoramos las preguntas relacionadas con la fertilidad”. Recordó, también, que, “para acudir a una clínica de fertilidad no hace falta ningún referido y los ginecólogos de Puerto Rico están muy bien entrenados para atender cualquier tipo de preocupación u orientación reproductiva”, finalizó.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.

Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.