En Estados Unidos, uno de cada tres adultos tiene prediabetes, pero solamente un 15 % de esta población lo sabe.

La prediabetes significa que el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre está más alto de lo normal, pero no ha llegado a niveles tan altos como en la diabetes tipo 2.

Una explicación sencilla de este proceso es que, cuando nos alimentamos, el cuerpo absorbe la glucosa de los alimentos que están en el intestino y esta glucosa viaja por la sangre hasta llevarla hacia las células para proporcionar la energía que necesitamos para funcionar. Si se acumula mucha glucosa en la sangre y no entra en las células, se le conoce como resistencia a la insulina.

Lo alarmante es que la resistencia a la insulina no presenta síntomas, puedes padecer la condición durante años y no saberlo hasta que llegas a la diabetes. Pero, sí se presentan señales como: mucha sed, orinar con más frecuencia de la acostumbrada, ver borroso y bajar de peso sin intentarlo. La prevención y la revisión médica anual es importante para detectar la condición a tiempo y tener la oportunidad de revertirla.

¿Qué debes hacer?

  • Controlar el peso. Debes darle importancia a la grasa de la cintura.
  • Ser activo. Comienza con una actividad moderada como caminar.
  • Hábitos saludables de alimentación; medir las porciones es necesario.
  • Consumir carbohidratos saludables. Consumir frutas, vegetales y legumbres frescos.

Nuestra alimentación puede ser nuestra medicina. Tenemos una farmacia en la cocina.

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La autora es chef y propietaria de Criolite, Corp.