Luego de culminar su evaluación individual de más de una treintena de jugadores boricuas hoy en la tarde, el nuevo dirigente del Equipo Nacional, Rick Pitino, dijo sin titubear que el jugador que más le impresionó fue nada más y nada menos que el veterano de 38 años de edad, Larry Ayuso.

Y no solo por su habilidad de anotar el triple o salir de cortinas, sino por su entrega durante la práctica privada que sostuvo frente a Javi González, Isaac Sosa y Javier Mojica en el Roberto Clemente a pesar de que no se le requirió practicar debido a que jugó 32 minutos la noche anterior en Guaynabo, donde anotó 21 puntos – incluyendo cinco triples – para ayudar a los Mets a vencer a los Leones de Ponce, 87-84. 

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Pitino le hubiese gustado ver el mismo compromiso de Carlos Arroyo, quien también fue invitado pero optó por no asistir pues aún está indeciso si estará disponible para la Selección Nacional debido a razones familiares.

“Todo el mundo lee en mi grupo. Cuando llegué, me dijeron que hubo un artículo en el periódico en el que Arroyo dijo que tiene 36 años de edad, que quiere descansar, que quiere estar con la familia. No fueron mis palabras. Fueron las de él. Yo solo repetí lo que él dijo”, se defendió Pitino al aseverar que no tenía intenciones de menospreciar el juego o el legado de canastero fajardeño.

“Invitamos a todos los jugadores a ver si querían participar de los trabajos individuales. Y Larry Ayuso, que tiene 38 años y que yo vi jugar el jueves en la noche (en Guaynabo) la noche anterior, se presentó. Yo le dije que no tenía que participar de la práctica porque ya yo lo había visto en acción. Pero él me dijo “Yo quiero practicar. Quiero representar a Puerto Rico”. En el caso de Carlos, creo que es un jugador extraordinario que ha tenido una gran carrera. Pero si él no quiere jugar, yo lo comprendo perfectamente. El ha estado en una Olimpiada y dos Preolímpicos (más dos Repechajes) y quizás no quiere jugar más. Mi trabajo no es convencerlo a él o a nadie. Yo estoy aquí trabajando sin paga, sacrificando mis vacaciones con la meta de tratar de clasificar a Puerto Rico”.

Durante sus sesiones de prácticas individuales en Arecibo, Ponce y Santurce, Pitino dijo que trató de enfatizar no solo en el área de destrezas, sino también en la intangible del deseo.

“En esas prácticas cortas con los jugadores quería ver la intensidad de cada jugador, si estaban dispuestos a dar la milla extra cuando estuviesen cansados. ¿Cuál de ellos tendría la disponibilidad de dejarlo todo en la cancha si falta un minuto de juego y estamos abajo por siete puntos? También evalué capacidad de lanzar, movimientos ofensivos, trabajo de pies en defensa. Pero más que nada evaluar el deseo de cada uno. No estoy aquí para escoger a los mejores 12 jugadores, sino a los 12 que más tengan ganas de representar a Puerto Rico. Necesito los jugadores que quieran darme toda su pasión para poder clasificar”.