Definitivamente, no hay persona en este mundo que no lleve un ritmo de vida muy acelerado, en el cual reine el estrés y las pocas horas de sueño. Aunque suene duro, es una realidad bastante presente, ya que solemos enfocar nuestra energía en gran cantidad de cosas. Sin embargo, dejamos de lado necesidades básicas para nuestro correcto funcionamiento, como lo es dormir.

Como refieren múltiples estudios científicos, en los últimos años, los trastornos del sueño han adquirido una mayor importancia debido a la prevalencia de estas enfermedades. Sin lugar a duda, el síndrome de apnea-hipopnea del sueño es uno de los más comunes entre la población mundial, causando una somnolencia excesiva durante el día y una alteración en los procesos cognitivos necesarios para el desarrollo de las tareas cotidianas.

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¿Por qué es tan importante el sueño?

En primer lugar, debemos saber que el sueño es un proceso biológico complejo, ya que mientras dormimos, las diversas funciones cerebrales y del cuerpo siguen activas para mantener saludable nuestro organismo. Por esta razón, si no logramos tener un sueño de calidad, esto puede ocasionar una serie complicaciones para la salud física y mental, explica el National Institutes of Health (NIH) citado por el portal web, Semana.

Cabe señalar que, la falta de sopor puede ser un factor de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas, como obesidad, hipertensión, diabetes y depresión, así también como cáncer. Asimismo, puede generar problemas en la concentración y la atención, e inclusive repercutir de forma negativa en nuestro estado de emocional.

De igual forma, puede provocar la reducción del tamaño del cerebro, ya que este órgano tan complejo se regenera durante las horas del descanso nocturno. Según un estudio publicado por la revista Neurology, el perder muchas horas de sueño reduciría el volumen de la materia gris en determinas zonas cerebrales. Además, esto influye en la memoria y el aprendizaje, puesto que durante este proceso reponemos neurotransmisores, por lo que el insomnio produce una pérdida de conectividad entre las neuronas presentes en el hipocampo.

¿Cómo lograr un sueño de calidad?

Como bien menciona Merril Mitler, neurocientífico de la NIH, el no dormir afecta la calidad de vida porque el cansancio se vuelve protagonista y el rendimiento es deficiente. Por esta razón, afirma que una buena calidad de sueño se completa con 4 a 5 ciclos, donde se presentan movimientos oculares, espasmos y periodos profundos.

Por su parte, Andrew D. Huberman, profesor de neurobiología de la Universidad de Stanford, asegura que los patrones de sueño van acorde al ciclo circadiano, en otras palabras, el reloj natural del cuerpo.

De igual manera, refiere que para saber cuál es la hora ideal para ir a dormir, es necesario prestar atención al cuerpo y a su reacción durante el día, en especial, destaca la necesidad de identificar en qué momento del día notamos una pérdida de energía.

Básicamente, a lo que apunta la teoría de este especialista es que una persona debería irse a dormir unas siete u ocho horas después de haber experimentado ese bajón. Por ejemplo, si un individuo empieza a sentir un mayor cansancio a las dos o tres de la tarde, estima que la hora ideal para irse a la cama sería de 9 pm a 10 pm.

Ante dicho planteamiento, es fundamental tomar en cuenta que cada persona puede presentar ciclos de sueño diferentes, por este motivo, cada caso debe ser tratado de forma particular.

Por otro lado, si presentas algún tipo de dificultad para conciliar el sueño, es importante que recurras a un médico especialista, quien podrá realizar un diagnóstico y proponer el tratamiento o técnicas más adecuadas.