No es momento para demonizar legisladores, ni muchos menos de crear histeria. El momento lo que  exige  es aunar esfuerzos para llegar a unos consensos que le permitan a Puerto Rico salir del atolladero fiscal que enfrenta.

Ese, en síntesis, es el mensaje que le enviaron ayer al gobernador Alejandro García Padilla las principales organizaciones del sector económico del País,  líderes religiosos y uno de los sindicatos más importantes de la Isla; y, por separado, analistas políticos.

“El momento histórico reclama sosiego y solidaridad. Ni la intolerancia, ni la persecución -a los legisladores que le votaron en contra al IVA- deben abrirse espacio ante las diferencias, sino el diálogo y la concertación social”, señalaron mediante carta pública la Cámara de Comercio, la Cámara de Mercadeo y Distribución de Alimentos (MIDA), la Asociación de Hoteles y la Asociación de Restaurantes. 

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A estos se unieron el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves; el obispo de Caguas, Rubén González, el secretario de la Sociedad Bíblica Heriberto Martínez; el Sínodo del Caribe de la Iglesia Evangélica; la Sociedad Puertorriqueña de Planificación y la Unión General de Trabajadores.

En esa misma misiva se  apunta que “juntos podemos construir un nuevo sistema tributario, que a la vez apoye el surgimiento de una sociedad más justa”.

“Lo que está tratado de hacer el gobernador es crear una imagen adversa de los seis legisladores que le votaron en contra a la Reforma Contributiva”, dijo  el analista político Carlos Gallisá, al evaluar las medidas de recorte presupuestario que anticipa el Ejecutivo, inclusive para organizaciones sin fines de lucro.

Gallisá señaló que García Padilla pretende “demonizar” a “Los Seis” y que ha escogido a los sectores más susceptibles de ser provocados para decirles que se pueden quedar sin  fondos.

“Buscó a los que pudieran dar  las respuestas más airadas”, dijo,  para señalar que hay gente que siempre busca llevar al país a “una situación de apocalipsis” para que otros hagan lo que ellos quieren.

El analista Néstor Duprey, por su parte,  planteó que la discusión sobre el tema presupuestario se ha basado en dos escenarios extremos:  un impuesto al consumo que más que duplicaba el actual y  unos recortes “draconianos” para el presupuesto de 2015-2016. 

“Hay un punto medio”, dijo Duprey, quien   celebró que el Gobierno ahora reconozca que lo que busca son  $947 millones, no $1,500

“Es una pena que se haya llevado al País a este extremo. Esto tiene un efecto detrimental en el ánimo del colectivo  y fuera..., que como no  nos conocen, no entienden lo que pasa”, dijo  sobre las divisiones.

Duprey mencionó que hay recortes “más realistas y menos onerosos”, como serían los de publicidad, consultorías profesionales y reducirle los fondos a la Comisión Estatal de Elecciones.

Sostuvo que también están las propuestas de recaudos de “Los Seis”, entre ellas el impuesto a las megatiendas.

Con respecto a un aumento al IVU, observó que uno, un poco más alto que el actual “la gente lo podría entender”.

Mientras, el analista Ignacio Rivera tildó a García Padilla de “agitador de un pueblo desesperado”.

“Un Gobierno tiene que ser símbolo de la conciliación y él está reaccionando como un nene  que, como perdió el juego rompió el bate”, dijo.

Rivera habló de la posibilidad de subir un poco el IVU, eliminar agencias que no cumplen ninguna función,  quitarles contratos “ a los amigos” y fondos a la CEE.

“Se pueden lograr los fondos sin necesitar de aumentar grandemente el impuesto al consumo”, apuntó Gallisá.

Un alza “bajita” del IVU supuestamente contaría con votos para pasar tanto en Cámara como en Senado.