Personal del Negociado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD) junto a vigilantes del Departamento de Recursos Naturales concentraron la búsqueda de la tripulación desaparecida en la costa de Fajardo, el pasado 8 de agosto, en el área de las islas de Mona, Monito y Desecheo, sin encontrar evidencia alguna que les ayude a dar con su paradero.

Durante el recorrido se visitaron varios puntos en busca de evidencia, pero no tuvieron éxito en su misión, informó la portavoz de prensa del NMEAD, Kiara Hernández.

Agregó que siguen recibiendo una gran cantidad de escombros, pedazos de botes o piezas y de ropa que han sido recuperadas en varios puntos de la isla las cuales no fueron identificadas por los familiares de los cuatro pescadores.

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El domingo se informó que todas estas piezas deben ser revisadas por el coordinador del programa de Búsqueda y Rescate, Nino Correa quien luego de analizarlas y si se corrobora que tienen alguna relación con los desaparecidos una vez sus familiares las identifiquen, deben ser entregadas al Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) de Fajardo como evidencia.

Hasta el momento la única pieza recuperada que ha sido identificada como positiva fue la chancla de uno de los tripulantes localizada el martes a las 2:15 p.m. por un pescador que se dirigía hacia Fajardo que la divisó a unas 23 millas al norte de Loíza de acuerdo con las coordenadas que le fueron entregadas.

El personal de los 44 municipios costeros y de la islas municipio de Vieques y Culebra junto al Negociado de FURA, entre otras agencias y voluntarios, continúan con la encomienda de inspeccionar sus zonas dos veces al día.

La investigación reveló que horas antes de su desaparición a eso de la 1:30 p.m. la lancha Proline de 22 pies de eslora, blanca, con el nombre "Wepa" fue colocada en el agua y partió de la marina en Fajardo. Se estima que a las 2:08 p.m. la misma regresó remolcada por otro pescador que los encontró entre la isla de Palomino y el Cayo Icacos luego de confrontar problemas con un motor.

Una vez le reparan el motor averiado y le abastecieron de combustible, hicieron caso omiso a las advertencias de que no salieran a navegar al mar porque el casco de la embarcación tenía grietas o agujeros, lo que ocasionaba que se llenara de agua, carecían de bombas de succión, ni ancla y partieron en un viaje de prueba.

De lo que no están seguros es sí tenían salvavidas en el compartimiento designado.

A eso de las 5:26 p.m. una de las hermanas de los pescadores recibió una llamada telefónica en la que le pedía que llamara a la compañía Sea Tow para que los remolcara ya que la lancha se había averiado cerca de la isla de Palomino. Cuando llegaron al lugar no los vieron, pero pensaron que otro pescador los había llevado a puerto seguro como en la primera ocasión lo que no ocurrió.

Del análisis realizado a sus teléfonos celulares se desprende que a las 6:26 p.m. trataron de establecer alguna conexión posiblemente buscando mapas a través de una de las aplicaciones de los teléfonos, pero el sistema no les dice dónde se originó la misma. Ya para las 6:34 p.m. se desconectó la señal.