En el inicio del testimonio del agente del Negociado Federal de Investigación (FBI, en inglés) que estuvo a cargo de la pesquisa contra el productor Sixto Jorge Díaz Colón, conocido como Sixto George, la Fiscalía federal comenzó a establecer la teoría de que este se encontraba endeudado cuando supuestamente extorsionó al exsecretario de Asuntos Públicos bajo la administración de Ricardo Rosselló, Anthony Maceira.

Juan Carlos López Velásquez, el agente investigador, narró en la tarde de este viernes que acudió el 26 de julio de 2019 hasta el apartamento en el que Díaz Colón residía en Caguas a eso de las 8:30 a.m. Comentó que vio una sombra y notó que el aire acondicionado estaba encendido, pero que nadie respondió.

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Informó que después fue al restaurante Il Postino, en Miramar, en el que Díaz Colón tiene acciones, para buscarlo. Tampoco lo encontraron. Luego, regresaron a eso de las 12:35 p.m. al apartamento de Caguas y el ahora acusado les estaba esperando.

López Velásquez dijo que Díaz Colón supuestamente le expuso que nadie había abierto la puerta en la mañana, porque le dio una directriz a su esposa para que no lo hiciera.

Le dije a mi esposa no abriera, porque creía era del Servicios de Rentas Internas que debía dinero o porque no había pagado la hipoteca”, sostuvo el agente, al hacer alusión a la respuesta que recibieron.

Como parte del interrogatorio de la fiscal Myriam Fernández, salió a relucir que el FBI solicitó el historial de crédito de Díaz Colón. Pero, no se pudo conocer qué información contenía, ya que eran las 5:10 p.m. y el juez federal Francisco Besosa determinó recesar el juicio hasta el próximo lunes a las 9:00 a.m.

Sobre la visita a la residencia, el agente federal dijo que estuvieron allí desde las 12:35 p.m. hasta las 5:40 p.m. Comentó que Díaz Colón se mantuvo cogiendo el celular y soltándolo sobre una mesa en todo momento.

Ese teléfono le fue ocupado al acusado, ya que había una orden judicial. Buscaban acceder a los mensajes que allí contenían.

Entre lo poco mostrado por la fiscal, se encontró un mensaje que Díaz Colón envió vía mensaje de texto y por Whatsapp a Raúl “Raulie” Maldonado Nieves, hijo del exsecretario de Hacienda, Raúl Maldonado Gautier, ese mismo día 26 de julio de 2019.

Te necesito RUSH”, leía.

Como respuesta, recibió un “lo siento. No puedo hablar ahora”.

Otros mensajes que salieron en la pantalla del tribunal eran del 25 de junio de 2019. Los mismos fueron enviados por Whatsapp, presuntamente a Maldonado Nieves. Estos leían: “Quieres que nos veamos más tarde. Te invito a Musa a almorzar. Quiero descojonar a estos hijos de pu... Sin armas no puedo enfrentarme a estos cabrones”.

También indicaban: “No puedo enfrentar a estos bastardos. Dime que tú vas a hacer. No entiendo tu silencio Raulie”.

Estos mensajes supuestamente fueron enviados por Díaz Colón a Maldonado Nieves a cuatro días de que presuntamente se había reunido con Maceira Zayas para extorsionarlo en ese mismo restaurante Musa de Santurce.

En esta reunión, efectuada el 21 de junio de 2019, se alega que Díaz Colón le pidió a Maceira Zayas $300,000 para comprar el silencio de Maldonado Nieves y que los controvertibles chats de Telegram no fueran publicados.

La publicación de esos mensajes en la que el exgobernador y su equipo de trabajo hacían comentarios racistas, machistas, homofóbicos y ataques políticos, generaron manifestaciones masivas que empujaron a Rosselló a renunciar a su cargo el 24 de julio de 2019.

Maceira Zayas también alegó en su testimonio que Díaz Colón le pidió ayuda para renovar los contratos de Collective Impact y Social Consulting, un contrato de asesoría para colaborar en levantar la imagen del exmandatario, así como anuncios gubernamentales para establecer un segmento de noticias positivas para la administración Rosselló en el programa radial que producía para esa época, Nación Z.

Por otro lado, esta visita que Díaz Colón recibió de agentes del FBI a su hogar el 26 de julio de 2019 fue en la que supuestamente lo “entramparon”.

La afirmación la hizo ayer, jueves, el acusado a la prensa. Le ganó que el juez federal lo regañara y le recordara que existe una orden de mordaza en este caso, por lo que no puede emitir expresiones.

Lo que contó Díaz Colón fue que “el FBI fue a mi casa. Estuvieron cuatro horas y media. De esas cuatro horas y media, estuvieron casi dos horas y media, las últimas dos horas y media insistiéndome en que yo llamara a Raulie, y yo le explique de mil maneras que yo no iba a llamar a Raulie. Y fue tanto el hostigamiento, que yo terminé llamando a Raulie. Yo hablo con un abogado en la noche. A mí nunca se me va a olvidar esto. Ese abogado me dijo bien claro: ‘¿Cómo tú haces un delito delante de agentes federales? ¿Cómo tú haces eso?’ Si me están diciendo que es en colaboración con ellos. ‘Chico mano, si agentes federales te están diciendo que cometas un delito, ya tú sabes que tú estás frente a agentes que no son’... Esto tiene una palabra, perdón que me confunda... Me coaccionaron, entraron en mala conducta”.

“Ellos me decían que esto es confidencial. Y es que yo no, yo no estoy dudando de ustedes (los agentes), porque yo juraba que tenía tres agentes de ley y orden en mi casa. Me estaban trampeando y ya lo verán, porque literalmente yo llamo a Raúl el 26 de julio, el 29 de julio sale en todo, en todo Puerto Rico, que yo había sobornado a Raulie, cuando yo nunca llamé a Raulie por voluntad propia. Entonces, a mí me entramparon, literalmente”, añadió.

Durante el juicio, todavía no han salido detalles de esta llamada telefónica en la que supuestamente Díaz Colón le ofreció a Maldonado Nieves el pago de los $300,000 para no divulgar más chats comprometedores de la administración Rosselló.